Como parte de sus políticas para equilibrar la vida laboral y personal de los empleados, una de las prácticas que más creció en estos dos últimos años dentro de las empresas es la extensión de las licencias por maternidad a los padres.
Este beneficio, que fomenta la conciliación entre la familia y el trabajo, se traduce un distintas opciones: reducción de la jornada laboral, posibilidad de hacer home office y licencia extendida, entre otros.
Aunque legalmente la licencia por paternidad remunerada es de dos días corridos, muchas compañías comenzaron a ofrecer un mayor período para el personal masculino que atraviesa la experiencia de la paternidad.
Un sondeo realizado por el IAE Business School entre más de 300 organizaciones locales de diferentes tamaños confirma esta tendencia: 39 por ciento de los consultados otorga licencias especiales por paternidad superiores a las que establece la ley. En las pequeñas y medianas empresas, el porcentaje es de 29 por ciento.
Al respecto, Ángeles Destéfano, quien junto a Patricia Debeljuh coordinó el libro Hacia la Responsabilidad Familiar Corporativa: Guía de Buenas Prácticas, editado por el IAE en alianza con Walmart, señaló que “las políticas que más crecieron fueron las vinculadas con el acompañamiento de la primera infancia”.
“Las licencias y permisos por paternidad y maternidad han avanzado, evidenciando un fuerte crecimiento de estas prácticas en la Argentina, dado que el marco legislativo actual ofrece un número limitado de días ante estas situaciones que, a los papás, no les alcanza”, afirmó la investigadora.
Al mismo tiempo, completó: “Las empresas necesitan de estas políticas si quieren atraer y retener a sus empleados”.
La Guía de Buenas Prácticas, una iniciativa del Centro ICBC Conciliación Familia y Empresa (Confye) del IAE, busca reflejar lo que las empresas de Argentina están haciendo para asumir el desafío de transformarse en una organización familiarmente responsable.