La problemática de la violencia familiar no quedó ausente cuando ayer se celebró el Día Internacional de la Mujer. Ocurre que quienes trabajan en este flagelo, saben que cuando de violencia doméstica se trata, sin lugar a dudas las estadísticas demuestran que las mujeres son las principales víctimas.
Con motivo de la firma de dos convenios suscriptos entre el Ministerio de Justicia de la Provincia, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y más de 10 gremios provinciales, Comercio y Justicia dialogó con la vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) María Esther Cafure de Battistelli, quien trazó un panorama respecto de la tarea que le cabe al Poder Judicial en relación con esta cuestión.
– ¿Qué diagnóstico hace respecto de la situación de violencia en la provincia?
– Es difícil hacer un diagnóstico porque es un tema sumamente complejo. Lo que podría decir con certeza es que en el Poder Judicial hemos detectado que se mantiene el nivel de denuncias por violencia familiar en un número que ronda entre las 200 y 250 denuncias semanales; en enero llegaron a las 300, pero fue algo excepcional. Por otro lado, es importante destacar como un importante logro la puesta en marcha de los juzgados especializados en violencia, lo que va a permitir darle una mayor dedicación a esta problemática que antes estaba comprendida dentro de los juzgados de Familia, que por sí mismos tienen una ardua tarea. A su vez, la creación de juzgados con competencia en Familia en el interior posibilitará que comience a trabajarse mejor en estos casos, que requieren una mayor especialización.
– ¿Cree que estos nuevos juzgados serán suficientes para contener a las víctimas de la violencia doméstica?
– No sé si serán suficientes, pero por el momento son las posibilidades que tenemos. De cualquier modo, aquí hay que hacer una diferencia: el Poder Judicial no interviene en el tratamiento de las víctimas y los agresores, sino que controla la situación de crisis; los jueces pueden aconsejar y derivar a los afectados a los equipos técnicos. Precisamente, hoy se está trabajando en fortalecer a los equipos técnicos, sobre todo en el interior, donde están faltando.
– ¿En qué otros aspectos trabajará el Poder Judicial este año para contener los casos de violencia?
-Sabemos que todavía falta mucho por hacer. Hasta hoy lo que tenemos es la confección de un mapa de la violencia, que nos ha permitido detectar cuáles son las localidades donde se registran más casos de violencia. Lo que está faltando es trabajar más pormenorizadamente con esos datos para poder conocer, por ejemplo, cuáles son los grupos familiares donde se producen estos casos; en qué nivel económico prevalecen; qué tipo de trabajo tienen los agresores y las víctimas; cuáles es el nivel educativo; si tienen adicciones o poseen antecedentes en otros delitos. Por otro lado, sabemos que es importante aunarnos con el Poder Ejecutivo para lograr mejores resultados; esto no puede ser el trabajo de un ministerio aislado, ni del Poder Judicial. Es un trabajo mancomunado, que además requiere de la ayuda de la familia afectada, porque si el acusado por violencia no trata de superar su problema o la víctima no busca otro camino, puede ser mucho el aporte, pero vamos a fracasar.
– ¿Conoce cuál es la situación de Argentina respecto del resto de los países o la de Córdoba con relación a