La cotidianeidad y el alcance de las computadoras e Internet han hecho que en el mundo ya se aprovechen estos medios para lo que se denomina “ciberterapia”, es decir la aplicación de una psicoterapia específica en la cual la interacción paciente-terapeuta está mediada por herramientas tecnológicas de comunicación e información.
El resultado de un reciente estudio realizado en España que revela la utilidad que puede generar un servicio de asistencia psicológica “on line” (Ver ¿Quiénes piden ayuda..) pone sobre la mesa profesional una discusión que genera apoyos y resistencia.
Mientras que algunos destacan que la mediación tecnológica permite, entre otras cosas, superar el pudor de quien tiene un problema, meditar y reflexionar antes de escribir sobre el teclado y dejar en ese escrito huellas que servirán al psicólogo para llevar adelante su abordaje; hay quienes se oponen a esta modalidad. Entre los principales argumentos, quienes comparten esta postura, sostienen que se erradica uno de los pilares de la terapia: el contacto “cara a cara” con el paciente.
“Desde el Colegio de Psicólogos de la Provinicia no podemos avalar esta modalidad porque no está reglamentada en Córdoba. Es un tema controvertido que en este momento nos pondremos a analizar”, sostuvo la titular de la entidad, Cristina Bravo a Comercio y Justicia.
Si bien reconoció que en otros países se está implementando, señaló que ninguna provincia argentina lo ha reglamentado, al tiempo que advirtió que con la ciberterapia se dificultaría, por ejemplo, el control de que sea efectivamente un profesional matriculado quien efectivamente esté respondiendo del otro lado de la pantalla o la situación de mala praxis que pudiera existir.
En el otro extremo y defendiendo este tipo de prácticas se encuentra Leticia Luque, psicóloga, analista de sistemas de información y docente de la Facultad de Psicología de la UNC quien considera que “es importante que la psicología se abra a nuevos desarrollos e incorpore en su seno las herramientas tecnológicas que pudieran contribuir a la eficacia y la efectividad a sus prácticas psicoterapéuticas”.
Progresos y herramientas
“La característica central (de la ciberterapia) no es la distancia paciente-terapeuta, sino el uso del poder y las ventajas de la comunicación sincrónica y asincrónica de las prestaciones de Internet (chat, video conferencia) y los teléfonos móviles, y la posibilidad de generar entornos virtuales mediante realidad virtual, con el fin de potenciar los beneficios de la psicoterapia tradicional”, rescata Luque.
Quienes ya implementaron esta modalidad en otros países destacan los progresos obtenidos en el tratamiento de trastornos de ansiedad y fobias, particularmente en relación con la fobia social. También está siendo utilizada en desórdenes de la alimentación y como apoyo en rehabilitación neuropsicológica.