Para Claudio Pizzi, licenciado en Administración, el gerente de una firma debe actuar minimizando las cuestiones endógenas a ésta y hacerlo introspectivamente y a fondo, en búsqueda de soluciones realistas y sustentables
La caída de la economía y su confirmación por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que modificó expectativas a la baja respecto del pronóstico de crecimiento de Argentina para el año en curso, son datos que impactan en el crecimiento del sector pyme. “Debemos ser justos con lo que ocurre en las pymes, si se quiere ofrecer una solución integral a la situación que atraviesan”, señaló Claudio Pizzi -licenciado en Administración de Empresas y director de Consultora Dorbaires -Consultoría & Capacitación-, al ser consultado por Factor respecto de las perspectivas que tienen las pymes para sobreponerse ante el enfriamiento de la economía.
Según el especialista, los problemas en las pymes, y la toma de decisiones para resolverlos, no se presentan salvo por cuestiones catastróficas o críticas que requieren de atención rápida. Los datos proyectados por organismos nacionales y extranjeros sobre la situación económica de Argentina son confirmados por lo que pasa en las “calles”, por el “termómetro social”, que muchas veces es más eficiente que los técnicos para describir una situación.
El diagnóstico
Para el profesional, Argentina se encuentra dentro de un ciclo vicioso del que debe salir. Necesita inversiones, pero para que lleguen se requiere ofrecer “perspectivas”, seguridad jurídica, consolidación institucional, crecimiento del consumo, mejora de la productividad y reducción de la presión fiscal. Todos son eslabones de una misma cadena. “Consolidar las pymes llevará un tiempo institucional que, por el momento, es difícil de prever porque generalmente no coincide con el tiempo de la política”, graficó Pizzi.
¿Cuál es el camino que deberían recorrer las empresas hasta tanto se mejoren las condiciones macroeconómicas?
Toda organización económica tiene por lo menos tres objetivos: sobrevivir, crecer y ser rentable. Una parte de la verdad son los datos del Indec y de la Cepal y otro, no menor, es que las organizaciones “escogen los problemas que van a enfrentar”. Es decisión de las empresas y no del mercado.
¿Podría ejemplificar el tema?
Sí, un ejemplo sencillo puede aclararlo. Ante una disminución de las ventas, el propietario y/o gerentes de una pyme, pueden reaccionar de cuatro maneras distintas:
1) Considerar la demanda “estacional” y decir que, de todas formas, el promedio de ventas de este año fue satisfactorio.
2) Decir que que es preferible vender menos con un mayor margen de utilidad.
3) Definir el problema como grave y decir que hay que lanzar una campaña comercial agresiva.
4) Decir que es un problema general, que en tiempos de crisis el poder adquisitivo disminuye y que no se puede hacer nada al respecto.
Si bien el hecho es claro, las ventas disminuyen con cuatro interpretaciones diferentes sobre el problema. El primero no percibe el problema, el segundo lo percibe pero no está suficientemente insatisfecho, el tercero lo percibe y parece motivado a resolverlo y el último concluye que el problema no es de él. Los cuatro, ilustran la importancia de la realidad construida en la toma de decisiones. Cada uno de ellos decidirá en función a su “percepción de la realidad”.
Las opciones
Según Pizzi, es importante entender que cada persona elige por medio de sus sesgos cognoscitivos la realidad que más le complace o la realidad en la que más se siente cómodo, pero -agrega- “ los hechos son los hechos y si se quiere modificar parte de la situación, se debe aprender a manejar los acontecimientos exógenos así como la percepción sobre ellos y sobre lo que se puede hacer para lograr los tres objetivos básicos de la organización económica (sobrevivir, crecer y ser rentables)”.
Indica que la capacitación del personal, la planificación, la profesionalización, la creación de instrumentos de medición y control son parte de la solución, pero otra buena parte es revisar el modelo mental y la concepción de los sesgos del que tiene que tomar la decisión en la empresa. Es necesario reexaminar aquello que tiene que ver con los prejuicios, deseos de control, compromiso emocional, egocentrismo, simplificación y todos los que puedan jugar en contra de un diagnóstico preciso y equilibrado y que luego termine redundando en decisiones equivocadas, incompletas y poco eficientes.
“Administrar ilusiones en las pymes no es otra cosa que justificar una posición ante el entorno, otorgándole más poder a él que a sus propias posibilidades de salida. Es esperar los tiempos de la política, de las grandes inversiones en vez de actuar introspectivamente y a fondo en búsqueda de soluciones realistas y sustentables”, sentenció el profesional.