Suspensión de vigilador no habilitó autodespido

El tribunal consideró prematura la decisión del trabajador y valoró que antes de romper el vínculo laboral debió solicitarle a su empleadora que le aclarara las condiciones de la medida disciplinaria que le impuso. [privado] Pese a considerar inválida la suspensión dispuesta al vigilador de la empresa demandada, por no contener un plazo determinado ni justa causa ni ser temporánea con el hecho generador, la Sala 4ª de la Cámara del Trabajo rechazó el despido indirecto en el cual se colocó el actor, al considerar que una medida disciplinaria, aunque sea ilegítima, no habilita por sí misma a quebrantar el vínculo. A su turno, S.O. emplazó a la demandada para que le aclarara su situación laboral, por cuanto no le fue permitido el ingreso a su puesto de trabajo. Hecho delictivo Ante ese reclamo, la firma le informó que estaba suspendido, a raíz de que se había cometido un hecho delictivo en la planta. El actor alegó desconocer esa circunstancia e impugnó la medida y se colocó en situación de despido. El tribunal -integrado por Henry Francisco Mischis- señaló que la notificación de la suspensión que efectuó la accionada no tenía plazo, razón por la cual, a mérito de lo dispuesto por el artículo 218 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), no era válida. Asimismo, indicó que no fue fundada en justa causa, ya que el actor no fue imputado por ningún delito penal. A lo expuesto agregó que no se advertía temporaneidad entre el hecho ilícito fundante de la medida disciplinaria y su aplicación, destacando que entre uno y otro transcurrieron aproximadamente once meses, determinando que, por ello, fue improcedente. Sin embargo, la Cámara precisó que la legislación habilita únicamente el reclamo legítimo de los haberes que comprenden el período de suspensión (en caso de que ello hubiera ocurrido), mas no las indemnizaciones emergentes del distracto que disponga el dependiente, con fundamento en la improcedencia de la medida disciplinaria. “El trabajador sólo está facultado para colocarse en situación de despido indirecto cuando se exceden los plazos de suspensión previstos en los artículos 220 y 222 de la LCT”, reseñó el vocal en su fallo. Irrazonabilidad En definitiva, Mischis consideró que el accionar del accionante fue precipitado por cuanto nunca tuvo conocimiento acabado del alcance concreto de la medida disciplinaria que se le pretendía aplicar, lo que debió instar (en función de lo dispuesto por el artículo 10 de la LCT, que dispone que en caso de duda deberá siempre estarse por la continuidad del vínculo), requiriéndole a la accionada que se expidiera sobre ese asunto en forma específica, ya que sólo la irrazonabilidad de la medida hubiera justificado la “decisión rupturista”. [/privado]

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