ESCUCHAREl juez Sergio Torres procesó a dos policías y a dos manifestantes por delitos cometidos el 18 de diciembre en el Congreso de la Nación, en el marco de la protesta contra la reforma previsional.
El magistrado dictó el procesamiento y mantuvo el encarcelamiento cautelar de Dante Barisone, el motociclista de la Policía Federal que arrolló al cartonero Alejandro Rosado, quien sufrió quemaduras y lesiones en su tórax. El agente declaró que lo pisó sin intención, pero Torres lo incriminó por la presunta comisión de lesiones graves, agravadas por abuso de su función como miembro integrante de las fuerzas de seguridad.
Barisone continuará detenido porque intentó entorpecer la investigación al enviarle mensajes a su colega, Alejandro Irarzábal, quien iba en el asiento trasero de la moto, para evitar que declarara.
El juez también procesó al policía de la ciudad de Buenos Aires Alfredo Luna, quien aparece en imágenes tirándole gas pimienta y golpeando al jubilado Juan José Puchet .
Para Torres, el efectivo lanzó el material deliberadamente y le pegó a Puchet sin motivos, ya que no estaba llevando a cabo ningún accionar ilícito. De esa manera, valoró que su proceder implicó un abuso funcional, ya que no está comprendido dentro de las facultades preventivas ni represivas que posee la fuerza que integra.
Luna fue procesado por el delito de abuso de autoridad y está en libertad.
Torres también procesó a los militantes del Partido Obrero (PO) César Arakaki y Dimas Ponce, quienes aparecen en diversas imágenes agrediendo al policía de la Metropolitana Brian Escobar, quien sufrió graves heridas y fracturas y quedó con secuelas irreversibles en su audición.
Arakaki y Ponce quedaron procesados como presuntos autores de lesiones en agresión, intimidación pública y atentado contra la autoridad, agravado por haber sido cometido a mano armada y por una reunión de más de tres personas.
En su fallo, el juez destacó que el artículo 95 del Código Penal establece que cuando en una riña o en una agresión en la que toman parte más de dos personas el resultado es muerte o lesiones graves y gravísimas, aunque no conste quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que ejercieron violencia contra la víctima.
“La irrupción de un grupo de personas (entre ellos, Arakaki y Ponce) en la Plaza de los Dos Congresos, en actitud provocadora, con sus caras tapadas, portando elementos intimidantes e incompatibles con el motivo de la manifestación, generaron en el resto de los convocados, en el personal de la Defensoría del Pueblo y de las fuerzas de seguridad un recelo tal que los llevó a mantener distancia y retroceder”, consignó Torres, acotando que sus conductas motivaron disturbios, corridas y una situación de caos generalizado. “Estos aspectos permiten tener por acreditada la existencia de una voluntad común y subyacente de parte de los causantes”, valoró.
Torres concluyó que quedó probado que el grupo integrado por Arakaki y Ponce tuvo un despliegue orgánico, y recordó que acudieron a la plaza provistos de armas y explosivos de factura casera, pirotecnia, mazas y martillos con los que luego destruyeron el espacio público para proveerse de piedras.
También tuvo por acreditado que respondían a las indicaciones de ciertas personas, identificadas como “líderes”, evidenciando un actuar coordinado.
