Un equipo internacional conformado por científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y de la Universidad de Manitoba, Canadá, reveló que existen sitios vulnerables en la estructura de las bacterias del complejo Burkholderia cepacia, que pueden ser aprovechados “como blancos para combatir microorganismos, a pesar de su multirresistencia a los antibióticos”.
Según explicaron desde la UNLP, las bacterias del complejo Burkholderia cepacia son de relevancia en Argentina y “comprenden diversas especies que poseen una amplia distribución ambiental, una extraordinaria versatilidad metabólica, genomas complejos y de gran tamaño, y una alta tasa de mutación que les permite adaptarse rápidamente a diferentes entornos”.
Además, estas bacterias presentan resistencia a los antibióticos y antisépticos, así como una notable capacidad para sobrevivir en condiciones de escasez de nutrientes, llegando incluso a utilizar ciertos antimicrobianos como fuente de carbono para su supervivencia.
“Estos rasgos son los que hacen que estas bacterias puedan contaminar exitosamente tanques de agua, formulados farmacéuticos y productos que contienen biocidas, además de representar un gran problema de salud pública al causar infecciones crónicas recalcitrantes y multirresistentes en personas con fibrosis quística, en pacientes hospitalizados y en individuos inmunocomprometidos”, informaron los especialistas.
Así es que en agosto de este año, el equipo de la doctora Silvia Cardona, argentina radicada en Canadá, junto a la doctora Alejandra Bosch y una de sus becarias, doctora Beltina León, investigadoras del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y del Conicet, publicaron un artículo en la revista científica Nature Communications.
El trabajo estudia la interacción de diferentes tipos de antibióticos con la envoltura celular de bacterias de ese complejo y “revela nuevas estrategias para combatir las infecciones por bacterias gram negativas multirresistentes a antibióticos”.
“La envoltura celular de estos organismos constituye una barrera única que impide la penetración de antimicrobianos y son la principal causa de su múltiple resistencia. La resistencia intrínseca de estas bacterias a las diferentes clases de antimicrobianos limita severamente las opciones de tratamiento”, dijeron.
Agregaron, además, que “los antibióticos del grupo de los β-lactámicos constituyen hoy las armas más poderosas en la lucha contra estas especies bacterianas.
Sin embargo, las tasas de resistencia se han ido incrementando en el tiempo y actualmente son mayores al 50%. Esta investigación, buscó intervenir en la mejora de las terapias antimicrobianas para combatir estas bacterias multirresistentes”, explicó Bosch.