miércoles 4, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Juan Carlos Junio: “El cooperativismo es eficaz para gestionar grandes núcleos económicos”

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Juan Carlos Junio participa desde su juventud en el movimiento cooperativo, ligado al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), que actualmente preside. También es director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC) y tiene una extensa carrera dentro del Banco Credicoop Cooperativo Limitado. Expone sus ideas en su sitio web y propone una visión analítica de lo que representa para el modelo asociativo la confrontación de sentidos frente al modelo de gobierno libertario. En diálogo con la agencia ANSOL, analizó los desafíos que hacen al sector cooperativo ante la compleja realidad argentina.

-¿Cómo ve al cooperativismo en la actual coyuntura política?

-Tenemos en el cooperativismo problemas específicos y cuando hay un Gobierno que no lo fomenta, sino que piensa que es una opción social desestimable, es lógico que vengan iniciativas que nos afecten. Y es también lógico que nosotros debamos hacer una acción defensista de nuestros intereses.

Esto no quiere decir que nos desligamos de los grandes problemas que tiene la sociedad argentina. Es posible y deseable compatibilizar una postura de defensa de nuestros intereses sectoriales con una cultura solidaria sobre el resto de los problemas del país. No tanto a nivel estratégico, sino social y cultural. Debemos ser sensibles a los problemas de la educación pública, de la salud pública, de los valores culturales. Como hemos hecho siempre los cooperativistas.

Debemos tener una defensa importante del rol del Estado. Si no, vamos a vivir una sociedad de mercado, con grandes corporaciones multinacionales y locales, que va a derivar en un mundo más hostil.

En el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, desde el Centro Cultural de la Cooperación, desde las 276 filiales del Banco Credicoop, debemos aportar a ese debate cultural que el mundo cooperativo debe brindar, en defensa de sus principios y valores. Nuestra visión del cooperativismo se ratifica más que nunca y es la de un cooperativismo bien comprometido con los problemas del tiempo y de la época.

-¿Es posible pensar empresas cooperativas altamente competitivas en mercados desregulados?

-La experiencia histórica demuestra que no es plausible. En todo caso, podrá ser opinable. La experiencia muestra que cuando el Estado lo fomenta, el cooperativismo crece. Un Estado que las protege de grandes corporaciones monopólicas con las que compite. Y a la inversa, cuando hay un Estado hostil hacia el sector, el cooperativismo puede ser mutilado. En 1966, había mil cajas de crédito y desaparecieron 400 en unos meses, durante la dictadura de Onganía.

El cooperativismo debe ser fomentado por el Estado porque no se beneficia un señor o grupo menor de personas, sino la sociedad en su conjunto.

-¿Cómo se manifiesta la crisis actual del capitalismo y cuál es el lugar del cooperativismo allí?

–En el mundo capitalista, hay una crisis civilizatoria u orgánica. No es una crisis cíclica ni financiera. Es civilizatoria porque abarca casi todos los órdenes de la economía y de la vida social y cultural. Es una crisis energética, una crisis relacionada con todo lo relacionado a los recursos naturales. Esto implica una disputa de carácter internacional.

Hay una crisis migratoria muy grave porque el capitalismo abandona países, regiones y hasta continentes enteros que inevitablemente terminan por tirarse en una canoa al mar. Hay una crisis de valores culturales, más allá de los enfoques económicos. Hay una crisis climática y ecológica que es evidente. Hay una crisis general del sistema que lleva también a una crisis democrática.

El cooperativismo surge como opción ante esta crisis. Una opción a todas esas corrientes que en sí mismas tienen valores individualistas, destructivos, negadores de la convivencia humana, de asumir las dificultades sociales que existen en la sociedad actual. El cooperativismo tiene valores que están saliendo al encuentro de todo eso, con las ideas de la solidaridad, del bien común y del humanismo.

-¿Puede ofrecer el cooperativismo una solución integral?

–Lo que ha logrado plasmar el cooperativismo son soluciones concretas y específicas, sobre la base de principios y valores cooperativos que logran resolver los problemas de los pueblos, de la sociedad. Está demostrado en casi todo el mundo que el cooperativismo puede ser una solución de gestión solidaria, que no sólo resuelve problemas de pequeños núcleos humanos, sino que es capaz de resolver y de afrontar a grandes núcleos humanos, de millones de personas.

El cooperativismo es eficaz para gestionar enormes complejidades económicas, tecnológicas, en todas las ramas de la actividad. El Banco Credicoop por ejemplo es una organización enorme. Tiene 1.250.000 asociados, 276 cajas, millones de usuarios. Tenemos cerca de 5 mil trabajadores. Sostenemos la doctrina cooperativa, los valores de solidaridad, de cooperación y somos capaces de ser eficientes en la gestión y en la prestación del servicio. La ecuación de democracia y eficiencia es posible.

No creemos que solo sea posible en los términos de una pequeña organización. La famosa doctrina de que “lo pequeño es bello”. Nosotros creemos que esa belleza se puede trasladar a grandes organizaciones cooperativas. Si no, esa idea es un chaleco. Creemos que grandes núcleos sociales y económicos puedan gestionar con la idea del cooperativismo. En Argentina, los ejemplos son el cooperativismo de crédito, de seguros, agrario, de servicios públicos.

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