Los años de una vieja institución, como lo es Comercio y Justicia, quedan marcados en términos históricos por acontecimientos que por su impacto e importancia, marcan un antes y un después en la vida del conjunto de personas que habitan sus pasillos.
Este 2024 es uno de ellos y el hecho del que hablamos, que nos marcó a fuego, fue la partida para siempre de nuestro querido Leo Luna.
Histórico fotógrafo del Diario, Leo compartió con nosotros durante más de 22 años. Fue uno de los primeros socios de la Cooperativa que administra la editorial. Fue consejero de su directorio, compañero en las buenas y en las malas, redactor a veces. Buen amigo, siempre y en todo momento.
Y nos marcó porque fue un barrilete cósmico: jugaba todos los partidos y se corría toda la cancha. A veces anotaba, otras veces no. Traducido y en la antigua jerga que hablamos los periodistas, oficiaba de foto, editor gráfico, archivo, secretario de cierre… Estaba y se notaba. Hoy no está y su ausencia es presente.
Ausencia que no lo es sólo para nosotros, sino para muchas otras personas y -digámoslo fuerte y claramente- para el periodismo de Córdoba, donde dejó una marca indeleble porque Leo era la definición del reportero gráfico comprometido. Con su tiempo, con su patria, con su pueblo de trabajadores y familias que se ganan el pan con el sudor de sus frentes.
Tanto que fue el fotógrafo de las causas sociales y del movimiento de los derechos humanos y quien retrató cada marcha que registró Córdoba desde 1983 a la fecha.
“Amado y respetado por todos quienes lo conocieron y compartieron momentos de su vida, destacan su mirada sensible y profunda en cada foto”, recordó el medio colega La Nueva Mañana, cuando Leo partió.
Por eso, el pasado 26 de marzo, cuando falleció producto de una complicación del dengue, todo el arco de la prensa, del fotoperiodismo y diferentes referentes y entidades de la sociedad a las que plasmó con su labor, despidieron a este incansable cronista de la realidad.
Además de cooperativista y dirigente cooperativo, Leonardo Luna fue docente en su especialidad y ganador de múltiples premios a lo largo de su carrera. Juez del Concurso Rodolfo Walsh de fotografía, Luna participó en diferentes medios gráficos y publicaciones de la provincia con su prisma personal.
“Siempre defendió con convicción sus ideas, al mismo tiempo de manera respetuosa y amable; era imposible pelearse con él”, recordó el periodista Miguel Apontes, del Círculo Sindical de la Prensa: “Nuestro reconocimiento y homenaje a esta gran persona por sus virtudes como fotógrafo, por su compañerismo y generosidad, por su legado único”.
Qué más decir. Afloran emociones pero escasean palabras cuando se trata de despedir a un amigo y compañero tan entrañable.