El presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Luis Macario, se mostró moderadamente optimista de cara al futuro del sector y a tenor de las medidas adoptadas por el gobierno de Javier Milei. A días de cerrar el 16º Coloquio Industrial en esta capital, el industrial habló con Comercio y Justicia de la coyuntura, las medidas positivas y las que faltan y sobre el escenario que imagina en el mediano plazo.
– ¿Cómo evalúa la coyuntura actual del sector industrial de Córdoba?
– La coyuntura actual es desafiante, marcada por una recuperación tenue en algunos sectores, pero con una heterogeneidad importante en el desempeño de las distintas industrias. A pesar de la difícil situación macroeconómica, con una recesión imperando, siempre existe una capacidad de adaptación dentro del sector industrial, con algunos indicios de mejora en la demanda y la regularización de los stocks. Sin embargo, el poder adquisitivo sigue afectado, lo que impacta en productos de mayor valor agregado, y esto representa un reto para las empresas porque en esos productos generalmente se encuentran los mejores márgenes.
– Si bien hay una heterogeneidad de sectores, ¿el piso en general ya se alcanzó?
– En términos generales, podría decirse que hemos tocado fondo en varios sectores, aunque esto no se ha dado de manera homogénea, como mencionaba precedentemente. En general, los industriales mencionan que a partir de julio algunos sectores han comenzado a mostrar síntomas de recuperación, lo cual es alentador, mientras que otros siguen estancados, y es esto lo que nos hace pensar que no podemos afirmar que el piso se ha alcanzado completamente en todos los sectores.
– ¿Cuáles son los sectores que lograron repuntar ya en este contexto?
– Básicamente, aquellos sectores que tienen exportaciones son los que mejor traccionan en el crecimiento de nivel de actividad. Así podemos mencionar al sector automotor, que ha mejorado su producción para exportación y está más lento para lo que es el mercado interno; la agroindustria, por una mejor cosecha que la del año previo, aunque los precios están en baja; la maquinaria agrícola, que ha repuntado en el segundo semestre gracias a la baja de las tasas de crédito y a la mejor cosecha, mostrando signos de recuperación, los metalúrgicos/autopartistas tienen claroscuros en virtud de lo que sucede industria automotriz, aunque con un futuro promisorio en virtud de las inversiones millonarias anunciadas recientemente por dos terminales automotrices . Además, algunos productos de la industria alimentaria, como las leches fluidas, han crecido en ventas, y el sector de lácteos en general ha detenido su caída.
– ¿Cuáles aún deberían esperar y cuáles son las causas?
– Los sectores que aún enfrentan dificultades significativas son la minería, que se encuentra 50% por debajo del nivel interanual, y en esto incide enormemente la caída abrupta de la obra pública, el plástico, con una caída de hasta el 40%. En ambos casos, la acumulación de stocks y la reducción de la demanda siguen siendo los principales obstáculos. También la industria de la madera.
– Usted avaló las políticas macro en general del Gobierno nacional. ¿Cuáles son los puntos pendientes por resolver en función de las necesidades del sector?
– Aunque apoyamos la política de reducción del déficit fiscal, persisten varios puntos pendientes. La carga impositiva sigue siendo un lastre importante para el crecimiento, con una cantidad excesiva de tributos que afectan la competitividad. También es crucial avanzar en la reforma laboral, facilitando la contratación y modernizando las relaciones laborales. La desregulación sigue siendo clave para liberar el potencial emprendedor y reducir la burocracia innecesaria que frena el desarrollo industrial. También se debe seguir avanzando en la reducción del gasto público improductivo, para permitir, como decíamos, eliminar impuestos distorsivos como los DEx y el impuesto a los débitos y créditos bancarios.
– ¿Cómo evalúa en general la gestión de este Gobierno, más allá de las políticas macro y el objetivo de déficit cero?
– La gestión del Gobierno ha sido adecuada en algunos aspectos, como el intento de controlar el déficit y promover una mayor disciplina fiscal. Esto lleva inevitablemente a una recesión. No hay que dejar de reconocer el punto de partida y la grave situación que heredó este Gobierno, y por ello decimos que la resolución de los problemas requiere de mucho esfuerzo y sacrificio, que está haciendo la población y de paciencia porque no hay soluciones mágicas e instantáneas. Nuestro país no goza de la confianza de los inversores extranjeros y locales, porque siempre ha defaulteado sus compromisos. La recuperación de la confianza no sucede de un día para otro, y se construye cumpliendo con la palabra y los compromisos. El Gobierno está comprometido en solucionar los aspectos de la macroeconomía, condición está absolutamente necesaria para dar un marco de razonabilidad a donde el sector privado pueda planificar y trabajar con mayor certidumbre. No lo vemos al Gobierno, al menos hoy, pensando en la micro.
– ¿La salida del cepo es una condición indispensable para el crecimiento o las restricciones cambiarias son compatibles con el crecimiento?
– La salida del cepo es fundamental para lograr un crecimiento sostenido. Las restricciones cambiarias actuales crean una gran incertidumbre y dificultan tanto las importaciones necesarias para la producción como la previsibilidad en los negocios. Si bien algunas industrias han logrado sortear parcialmente estas dificultades, la falta de acceso a divisas sigue siendo un freno significativo para la expansión y el desarrollo del sector industrial. En un país normal, no hay cepo. En un país normal, el tipo de cambio es uno sólo.
– Respecto a un año atrás, cuando las restricciones al acceso de divisas eran muy estrictas para los importadores, ¿se regularizó ese flujo?
– Mientras exista cepo, no hay una regularización completa, aunque ha habido una mejora en el acceso a divisas. Los importadores todavía enfrentan dificultades para acceder a divisas de manera fluida, los pagos siguen teniendo restricciones, mucho menores que lo que sucedió en el año 2023, y eso afecta la cadena de suministro y la capacidad de producción de muchas industrias.
– ¿Las desregulaciones aplicadas por el Gobierno que en parte facilitan las importaciones, está impactando en el sector y en cuáles en particular?
– Creemos que debemos estar integrados al mundo. Sólo los países que intercambian con el exterior son los que crecen. Las desregulaciones han tenido un impacto positivo en sectores que dependen de insumos importados, como el automotriz y el de maquinaria agrícola, al facilitar el acceso a componentes clave. Sin embargo, estas medidas también generan preocupación en sectores que podrían verse afectados por una mayor competencia de productos importados, como el de maquinaria local, que teme un aumento en las importaciones si las regulaciones no se manejan adecuadamente. La apertura no significa que debemos ser ingenuos, todos los países defienden su producción en origen, por lo que debe existir una negociación firme e inteligente, que tenga en cuenta las asimetrías y que defienda, no que proteja, a nuestra industria. Sólo con competencia seremos mejores.