La importancia de registrar tu marca y tu patente: un imperativo para el éxito empresarial

Por Sergio Castelli (*) y Candela Saieg (**)

En el mundo empresarial actual, en el que la competencia es feroz y la innovación es constante, registrar una marca y una patente se ha convertido en un paso indispensable para cualquier emprendedor o empresa. Aunque muchas veces se subestima, este proceso no sólo protege la identidad y los productos o servicios de una empresa sino que también proporciona ventajas estratégicas en el mercado. En esta nota, exploraremos en profundidad la importancia de registrar tu marca y tu patente, así como el procedimiento y los beneficios que esto conlleva.

La propiedad industrial abarca tanto marcas como patentes y modelos industriales. Registrarlos es un componente crítico en la protección de la propiedad intelectual de una empresa. Sin un registro adecuado, las empresas corren el riesgo de que sus ideas, diseños y nombres sean copiados o utilizados sin autorización.

¿Qué son las marcas y patentes?

Una marca es un signo distintivo que identifica productos o servicios de una empresa y los distingue de los de otras. Puede ser un nombre, un logotipo, un eslogan, o incluso un diseño. Registrar una marca otorga derechos exclusivos sobre su uso en el mercado, lo que significa que nadie más puede utilizarla sin el consentimiento del propietario.

Por su parte, una patente es un derecho exclusivo que se concede sobre una invención. Este derecho permite al inventor excluir a otros de fabricar, usar o vender su invención sin su permiso durante un período específico, que en Argentina es de 20 años. Las patentes son esenciales para proteger innovaciones tecnológicas y procesos únicos.

Estas figuras se encuentran reguladas en nuestro país en instrumentos jurídicos diferenciados.

Las marcas y designaciones marcarias están reguladas en la Ley Nº 22362, la cual establece los parámetros y principios que rigen el derecho de propiedad marcario. Entre otras cuestiones esclarece qué marcas son registrables, qué alcance y vigencia tiene su protección, qué actos son considerados infracciones y qué acciones tienen los titulares contra terceros que vulneran sus derechos de propiedad. La ley fue modificada en los últimos años mediante decretos reglamentarios que incorporaron, por ejemplo, la digitalización del expediente, presentación obligatoria de declaración jurada de uso, el procedimiento de oposiciones, caducidad, nulidad, entre otros aspectos. 

Las patentes de invención y modelos de utilidad están instrumentadas en la ley Nº 24.481 y decretos modificatorios. Su estructura es muy similar a la ley de marcas, en sentido a que ambas regulan y delimitan los derechos de propiedad de los titulares. Sin embargo, se distinguen tanto en cuestiones sustanciales como formales.

¿Cuáles son los beneficios de registrarlos?

Uno de los principales beneficios de registrar una marca o patente es la capacidad de prevenir que otros utilicen tu propiedad intelectual sin tu permiso. Esto es especialmente relevante en sectores altamente competitivos donde la innovación es constante. La titularidad permite a las empresas tomar acciones legales tendientes al cese de uso, contra quienes infrinjan sus derechos de propiedad.       

A su vez, el registro de patentes fomenta la innovación al proporcionar a los inventores y titulares un incentivo para desarrollar nuevas ideas susceptibles de aplicación industrial. Al ofrecer un período de exclusividad, las patentes permiten a los inventores recuperar sus inversiones en investigación y desarrollo, lo cual impulsa el avance tecnológico y la creatividad en diversos sectores.

Una marca registrada permite a las empresas construir una identidad sólida en el mercado frente a la competencia, dentro de un entorno empresarial saturado. Los consumidores suelen asociar marcas con calidad y confianza. Una marca bien establecida puede atraer a más clientes y facilitar su lealtad. Además, puede ser un activo valioso que se puede vender o licenciar, generando ingresos adicionales.

Es fundamental mencionar que la ley beneficia también a los consumidores, al poder identificar y distinguir productos y servicios en el mercado, asociándolos directamente con una marca determinada: atributos, como calidad, reputación y origen, lo que les permite tomar decisiones informadas al momento de comprar. Si dos o más marcas son similares y comparten rubro (ya sea por comercializar los mismos productos o prestar idénticos servicios), puede llevar a que adquieran un producto/servicio que no es el que realmente desean. En ese sentido, la protección legal asegura que las marcas sean únicas y fácilmente reconocibles, minimizando el riesgo de confusión y perjuicios a terceros.

Resulta claro que el valor de una empresa no se mide sólo en términos de activos físicos sino también en su propiedad intelectual. Una marca registrada y patentes pueden aumentar significativamente el valor de una empresa en el mercado. Inversores y compradores potenciales valoran aquellas que poseen derechos de propiedad intelectual bien establecidos, ya que esto puede traducirse en oportunidades de ingresos a largo plazo.

¿Cuál es el proceso a seguir para registrarlos?

El proceso de registro de una marca o patente puede parecer complicado, pero es un paso esencial que no debe ser ignorado. Por ello, muchas empresas optan por contratar abogados o agentes de propiedad industrial, especializados en la materia. Este asesoramiento legal es fundamental para asegurar que el proceso de registro se realice correctamente y para que posteriormente se tomen las acciones necesarias en caso de infracción.

El procedimiento de registro de marcas consta de:

Primer paso – búsqueda de antecedentes y factibilidad de registro: antes de registrar una marca, es crucial realizar una búsqueda para asegurarte de que no esté ya registrada por otra empresa.

Segundo paso – presentación de solicitud: una vez confirmada la disponibilidad, se debe presentar una solicitud ante la oficina de marcas correspondiente en tu país, que en nuestro país es el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI).

Tercer paso – examen de la solicitud: la oficina correspondiente revisará la solicitud en cuenta a los requisitos formales y, si todo está en orden, procederá a publicar la marca en boletines oficiales de marcas, para que terceros puedan presentar oposiciones.

Cuarto paso – concesión del registro: si no hay oposiciones por parte de terceros, y no hay observaciones de fondo por parte de los analistas del INPI, la marca se registrará oficialmente, otorgando al solicitante derechos exclusivos sobre su uso por 10 años.

Por su parte, las patentes de invención requieren de un proceso más complejo. Debido a que inicialmente requiere de mayor preparación y del trabajo conjunto de agentes o abogados con la participación de profesionales de diferentes áreas. También a que, una vez presentada la misma ante INPI, de acuerdo con su complejidad, el procedimiento consta de más pasos a tener en cuenta para lograr la concesión. Entre ellos, los más importantes, son:

Primer paso – investigación de patentes existentes: al igual que con las marcas, es fundamental investigar si la invención ya ha sido patentada.

Segundo paso – preparación de la solicitud: debe ser detallada e incluir carátula, formulario, descripciones técnicas, dibujos y reivindicaciones.

Tercer paso – presentación de la solicitud: se presenta ante la oficina de patentes correspondiente, donde será revisada por un examinador.

Cuarto paso – examen y concesión: el analista revisará la solicitud para asegurarse de que cumpla con los requisitos de novedad y utilidad. Si se aprueba, se otorgará la patente.

El registro sólo es el inicio de la vida, no finaliza con este acto. Una vez que se concede una marca o patente, es fundamental realizar diferentes gestiones tendientes a mantenerla. Las más relevantes incluyen la renovación de registros para evitar el vencimiento, y la vigilancia activa para detectar posibles infracciones de terceros. Ignorar estos aspectos puede llevar a la pérdida de derechos sobre la propiedad intelectual.

No cabe duda de que dichos procesos requieren inversión de tiempo y dinero por parte de sus titulares. Sin embargo, es importante considerar este gasto como una apuesta al futuro crecimiento y fortalecimiento de los emprendimientos y/o empresas.

Conclusiones

Registrar una marca y una patente es más que un mero trámite legal; es un componente esencial de la estrategia empresarial moderna. La protección de la propiedad intelectual no sólo asegura que las ideas y productos de una empresa estén resguardados sino que también fomenta la innovación, la construcción de marca y proporciona ventajas competitivas en el mercado.

En un entorno empresarial en el que la diferenciación es clave, el registro de una marca puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Asimismo, las patentes no sólo protegen las invenciones sino que también incentivan a los emprendedores a seguir innovando, lo que beneficia no sólo a las empresas sino también a la economía en general.

En conclusión, el registro de marcas y patentes es un imperativo para cualquier emprendedor o empresa que aspire a tener un impacto y posicionamiento duradero en el mercado. Con los recursos adecuados y una estrategia bien definida, las empresas pueden asegurar su lugar en un mundo empresarial cada vez más competitivo y desafiante. La protección de la propiedad intelectual es, sin duda, un paso fundamental hacia el éxito sostenible.

(*) Agente de la propiedad industrial

(**) Abogada

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