Argentina y su lucha para recuperar su libertad, su independencia y su soberanía

Por Luis Esterlizi (*)

Antesala filosófica

Deificación del Estado y una inconfesada vocación de despotismo

Que el individuo acepte pacíficamente su eliminación como un sacrificio en aras de la comunidad no redunda en beneficio de ésta. Una suma de ceros es cero siempre; una jerarquización sobre la abdicación personal es productiva sólo para aquellas formas de vida en que se realizan, asociados al materialismo más intolerante: la deificación del Estado, el Estado Mito y una secreta e inconfesada vocación de despotismo,

Lo que caracteriza a las comunidades sanas y vigorosas es el grado de sus individualidades y el sentido con que se disponen a engendrar en lo colectivo. A ese sentido de comunidad se llega desde abajo, no desde arriba; se alcanza por equilibrio, no por imposición. Su diferencia es que, así como una comunidad saludable, formada por el ascenso de las individualidades conscientes, posee hondas razones de supervivencia, las otras llevan en sí el estigma de la provisionalidad; no son formas naturales de la evolución, sinó paréntesis cuyo valor histórico es, justamente, su cancelación (…). Bajo una libertad no universal en sus medios ni en sus fines, sin ética y sin moral, le es imposible al individuo realizar sus valores últimos por la presión de los egoísmos potenciados de una minoría. Del mismo modo, bajo el colectivismo materialista llevado a sus últimas consecuencias, le es arrebatada esa probabilidad -la gran probabilidad de existir- por una imposición mecánica en continua expansión y siempre hipócritamente razonada. (Extracto de La Comunidad Organizada – Editorial Codex – Julio de 1974 – Págs. 50 y 51)

Milei y su proyecto anarco-capitalista 

A 10 meses del gobierno de Milei, el pueblo argentino va descubriendo su verdadero propósito: acabar con la libertad, la independencia y soberanía de Argentina. Sólo jóvenes, los más enfebrecidos y grupos económicos y financieros, aún lo siguen y de alguna manera lo acompañan. 

Esto se debe al enorme ajuste que se trasunta en el terrible padecimiento de millones de argentinos, denigrando y avasallando aún más nuestra autoestima para convertirnos en una sociedad dócil, frente a sus mesiánicas imposiciones sobre qué debemos ser como país y sociedad.

Su proyecto de entrega se ejecuta por medio de sus relaciones con entidades financieras anarco-capitalistas para que la producción industrial de las pymes argentinas sea sustituida por importaciones como también la entrega de nuestros recursos estratégicos de producción extractivista como petróleo, litio, cobre, uranio, etcétera.

Esto lo confirma la reunión con diplomáticos extranjeros realizada el pasado 9 de octubre, en la Casa Rosada en la Jefatura de Gabinete con unos 70 participantes entre diplomáticos y representantes del Reino Unido, EEUU, Brasil, España, Japón y Corea del Sur, entre algunos argentinos, explicándoles los enormes incentivos que ofrece el RIGI a las grandes inversiones. Se les mostró un mapa de Argentina, donde figuraban las provincias adheridas a dicho régimen. 

Nunca en estos 10 meses el Presidente le mostró al pueblo un proyecto productivo e industrial con desarrollo social, de acuerdo con nuestras capacidades laborales, científicas, tecnológicas y recursos no renovables, generando pleno empleo como la única manera positiva, inteligente y loable de reconstruir un mercado interno con real poder adquisitivo y de consumo, iniciando el círculo virtuoso de una economía de expansión con importación y exportación, con miles de pymes, expresamente capacitadas y ávidas de crecer, sirviendo al país y al pueblo argentino.

Pero realizar semejante desafío, impone convocar al pueblo en su conjunto a iniciar un plan sistemático y abarcativo, que conlleve como meta establecerla ética y la moral, destruyendo la corrupción que en manos de “la casta” ha convulsionado las instituciones del Estado como muchas de actividades privadas. 

Pero esto no lo entiende una mente enferma de egoísmo y, aunque en su campaña se atribuyó la misión de destruirla, aparece hoy desmentida, ya que la motosierra la usó -peyorativamente- para destruir al Estado como entidad madre de los argentinos y también a las entidades del Estado como escuelas, institutos y universidades, hospitales, clínicas y organismos de la salud, etcétera, como si fuese las extravagancias de un rey, imponiéndose con sus DNU, regulaciones y atribuciones elaboradas por Sturzenegger, incorporado a su séquito. 

Es un proceso que no se interrumpe y proseguirá, conmoviendo la realidad nacional, ante una clase -esencialmente- política que simulará no advertirlo, ya que obviamente lo aceptó cuando le otorgó plenos poderes por un año. 

Quedará como la oposición complaciente que traicionó el mandato popular, entregando nuestra libertad, independencia y soberanía al aprobar este siniestro plan de entrega ominosa e irrespetuosa de valores, principios e históricas actitudes que alguna vez le dieron clara identidad a la Nación Argentina.

Pero también avizoramos que frente a la rebeldía y clara actitud en defensa de lo nacional -jubilados, trabajadores, pymes, estudiantes y distintas organizaciones sectoriales y sociales- quedaron encerradas entre la apatía, complicidad y negligente accionar de una parte del Poder Legislativo, y el avance continuo e inflexible del plan mileista, atacando a las instituciones del Estado, hasta aniquilarlas si fuese necesario.

Es evidente que no quedó sector de la población sin haber sido conculcado en sus intereses basta decir que con la recesión, fueron afectados miles de pymes, comerciantes, trabajadores, etcétera; con el veto a la movilidad jubilatoria, millones de jubilados; con el cierre de instituciones del Estado, miles de desocupados; con el veto a la ley sobre financiamiento a las universidades, miles de estudiantes, profesores, personal de servicio, etcétera, con la quita de subsidios al transporte público millones de ciudadanos; con las privatizaciones de aerolíneas y demás empresas del estado, sin línea de bandera y con miles de desocupados, etcétera. 

Milei eligió a “la casta” para someternos

Esto lo consigue a partir del pérfido y denostado grupo que Milei definió como “la casta”, ya que con ella negoció su relación futura a cambio de los votos que oportunamente lo llevaron al sillón de Rivadavia. 

Este cambio en su comportamiento frente a “la casta” es asumido en clara oposición a su promesa, por medio negociaciones incompatibles con la ética y la moral pública por lo que resulta fundamental tener -como decían nuestros criollos- “un palenque donde ir a rascarse”, cuando en esta oportunidad no es la justicia sino “la casta”, donde abundan coimeros, ratas y delincuentes como él mismo calificó.

Vemos entonces que no reniega de su negociación con “la casta”, aunque se desdiga ante sus seguidores y algunos lo igualen como uno más de la clase política que se mezcla en la lucha por el poder, ya que su objetivo es asumir la potestad del Estado para desde allí, neutralizar el poder de las organizaciones y entidades sectoriales del pueblo.

Finalmente, el propósito de lograr el déficit cero y terminar con la inflación, más allá de obviar datos que incidieron en el proceso inflacionario como fue la devaluación y el aumento exorbitante de servicios públicos, le ha permitido mostrar un “triunfo” a lo Pirro. 

Lo logrado es un éxito hipócrita ya que obtenerlo, le costó al pueblo una incontrolable recesión, con cierres de miles de fuentes laborales, junto a los despidos en las distintas empresas estatales, aumento irrefrenable de la pobreza, alcanzando casi a 53% de los argentinos. De allí que la esperanza de salir definitivamente de la crisis, podría trasladarse hacia fines de 2024 o quizás durante 2025.

La política define la economía y no al revés

Milei dijo que no es un político sino un economista y, si estudió economía, se ha olvidado por completo de que ella forma parte de la filosofía moral de los gobiernos, con la salvedad de que el modelo económico volcado en los presupuestos, debe mostrar el proyecto integral de un país y de la sociedad que lo habita. Eso sí, teniendo en cuenta -además- la realidad internacional va fijando las improntas del futuro mundial al que cada país deberá inevitablemente sumarse en algún momento.

El objetivo político de Milei hay que descubrirlo analizando los resultados conseguidos por medio de sus medidas económicas en relación al contexto interno y con el exterior en cuanto a los compromisos de deudas con el FMI y acreedores y las intenciones claramente expuestas de conectar a la Argentina con los sucesos internacionales. 

Como lo expresé: lo que se decide proyectar en el país deviene de lo que acontece en lo internacional, cuando actualmente lo que se dirime es un nuevo orden mundial, como resultado de la lucha del poder unipolar de los EEUU, con la conformación de un poder multipolar, integrado por China, Rusia, India y demás países del mundo. 

Milei tomó la decisión en soledad, soslayando la opinión del pueblo y aceptando de la realidad mundial, la continuidad del poder unipolar de EEUU, sumando a su vez el acompañamiento de Inglaterra e Israel, o sea todo el poder al mundo anglosajón. 

Por eso, su modelo económico es coincidente con el concepto de la libertad y concentración del poder del Estado en el Presidente, cercenando derechos y garantías constitucionales, dejando a cada ciudadano que encerrado en su propia libertad individual, se olvide de preocuparse por el pueblo y su país.

Una vez afirmado como Presidente y conseguido el poder total de las decisiones, apoyó a Ucrania en su enfrentamiento con Rusia, a Israel en su lucha contra Palestina y a EEUU en su guerra tecnológica y comercial con China, expresando que nunca se relacionaría con los países comunistas, rechazando la invitación a Argentina de integrar el BRICS, al mismo tiempo que declaraba que terminaría con los principios independistas argentinos profesados hasta el momento. 

Pero -ante problemas con el FMI y la no postergación de los vencimientos de deudas- el Presidente, sin tener asegurado el pago de dichos compromisos, recurrió a un país como China. De esta manera, China pasó de ser un país odiado, denostado e incluso obligado a paralizar la construcción de las represas que se construyen en Santa Cruz, a ser una potencia que había que considerarla importante gracias a su fuerte intercambio comercial con Argentina. 

Como vemos, para Milei no existen imposibles de ninguna naturaleza en sus acciones ya que aprovecha la crisis de representatividad que viven los partidos para tentarlos a negociar cuando no tiene otro recurso, e incluso con los países comunistas, sin abandonar jamás su estrecha relación con el mundo anarco-capitalista, los intereses anglosajones y los poderosos capitales financieros que ven la oportunidad de hacerse de la producción extractivista, sobre todo.

Su plan, leyes, dispositivos y organismos represivos

La violencia incontenida de Milei en sus expresiones y frases insultantes para con “la casta”, parten de años de contactos con ellos, pensando que, en caso de ganar la Presidencia, debía establecer un plan de negociaciones, un sistema de inteligencia política y escuadrones contra piquetes y protestas, ante su claro propósito de desmantelar al Estado y el poder del pueblo organizado.

Además tomó la decisión de ser el rey en el metier partidocrático, ya que por obra de la influencia neoliberal -según disposiciones incorporadas por las reformas de 1994- los partidos quedaron como las únicas instituciones validadas, para acceder a cargos electivos y a la Presidencia.

Milei propuso combatir “la casta”, no porque la odiara, sino porque era la posibilidad de plantearse distinto combatiendo la corrupción y el despilfarro que existía, como también denostarla con los más falaces calificativos, hasta conseguir que el hartazgo popular lo apoyara.

Pero sabía que más tarde dicho ámbito, debía aprovecharlo por las prerrogativas que le brinda un régimen en decadencia y obtener por medio de contubernios, los apoyos necesarios, como hoy la realidad ratifica. 

Por eso recurrió a un dirigente de reconocida trayectoria y relación de años con todos los partidos políticos y coaliciones como el Sr. Guillermo Francos, que como Jefe de Gabinete de Ministros, ejerce las funciones fundamentales de negociador especial entre el Presidente y “la casta”.

A los sectores más díscolos como piqueteros y entidades gremiales y sociales, creó la estructura gubernamental más moderna que son las fuerzas represivas, y antipiquetes, hoy a cargo de la ex-candidata a presidente por JPC,Patricia Bulrrich.

El tiempo partidocrático

Con los triunfos de sus dos vetos sobre el financiamiento a la movilidad jubilatoria y de las universidades, fue el momento en que Milei inicia su campaña para las elecciones de 2025, que bajo el comando de su hermana, la secretaria Karina Milei, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, comenzaron los primeros actos utilizando lo que distingue a todas las campañas desde hace más de 40 años: la confrontación, eligiendo como contrincante principal al kirchnerismo en la figura de la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner.

Destaco que en esta movida de LLA, con quienes son parte del fracaso de los últimos 40 años, el ex presidente Mauricio Macri después de haberle dado su apoyo a sus vetos, ha quedado en stand by, por el momento.

Pero creo que como la gota que rebalsó el vaso, en la partidocracia comienza a gestarse un cambio en profundidad, que espero sirva para que los partidos recuperen la mística, la enorme importancia de su militancia, pero esencialmente la relación con los sectores del pueblo en sus estructuras organizativas, si es que piensan servir al país y no a líderes desgastados y envilecidos.

Conclusiones

Debemos terminar de convencernos que Milei, no es el presidente que verdaderamente hoy, necesita la Argentina y su pueblo.

Queda en claro que su política, es la anti-política ejercida por la sociedad argentina entendiendo por política –no la de los partidos- sino la visión y manera solidaria, integradora y armonizadora que ejercen hombres y mujeres solos o por medio de las entidades donde participan sean barriales, sectoriales, sociales etcétera, con sus vivencias conformadas en toda una existencia e historia fortalecidas por la unidad para proyectar y defender Argentina. 

Por lo tanto es valiosísima la existencia de movimientos políticos, económicos y sociales, que buscan integrar y equilibrar sus intereses para que la armonía y el consenso del pueblo organizado solucione los conflictos nacionales. 

Los únicos ciudadanos que no participan en estas experiencias son los individuos que de alguna manera profesan diferencias extremas de consistencia racistas, clasistas y a veces religiosas

Para resolver el desafío de recuperar la libertad, independencia y soberanía perdida por el avance que expone el proyecto anarcolibertario de Milei, los partidos siguen siendo no solo inútiles sino perjudiciales para defender al pueblo por ser-actualmente -como el camaleón que cambia de colores según la ocasión-. 

La estructura no regida por políticos sino por hombres y mujeres de distinta posición social, sectorial, política o religiosa pero claramente acorde a nuestra idiosincrasia, son los movimientos apartidarios que constituyen organizaciones libres del pueblo, pero solidarias e integradoras en situaciones especiales entre ellas o al servicio del país. 

Estoy convencido de que ese valor muy peculiar del hombre y mujer argentinos ha sido clara expresión de las movilizaciones multitudinarias, multisectoriales e integradoras en defensa de la Educación pública el día 11 de septiembre a la plaza de Mayo y contra el veto presidencial, al Congreso el 2 de octubre. La lucha recién comienza.

(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba

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