Conforme al texto proyectado, autor puede ser cualquiera y cualquiera puede ser su sexo; incluso, puede serlo una prostituta o un prostituto que ejerzan la prostitución. No obstante, y a estar por lo que dispone el proyecto, estos últimos nunca serán castigados, lo que lleva a entender que es por recibir el pago, por ofrecer, o por pagar. Puede quedar la duda sobre si el apéndice se refiere a una exención personal de pena o a una hipótesis de no punibilidad.
Mediante el ofrecimiento, la figura prevé una infracción que puede presentar algún problema en razón de que es posible se interprete que basta o que es suficiente el hecho de ofrecer, o si, además, se precisa que el destinatario deba conocer dicho ofrecimiento o dicha propuesta. Si se acepta lo primero, la infracción será puramente formal y quedará consumada tan pronto aquella conducta se hubiese manifestado. Si, por el contrario, se adopta el criterio restante, el delito admitirá tentativa y hasta será posible el desistimiento de la consumación (C. Penal, art. 43).
Es suficiente, en este aspecto, pensar en un ofrecimiento a distancia llevado a cabo por medido de lenguaje escrito. El rechazo del ofrecimiento, por el motivo que fuere, y aun sin razón alguna, carece de eficacia con respecto a la consumación.
Entrega quien da o pone a disposición lo que se hubiese acordado, de manera tal que pueda decirse que quien voluntariamente lo acepta, lo ha hecho con conocimiento de que el beneficio es a cambio de un uso sexual a tener con aquél o con un tercero. Esto último, porque la figura proyectada no establece ninguna limitación sobre el punto. Carece de importancia que el pago sea efectuado antes o después del uso sexual o que éste se hubiese efectivamente llevado a cabo. La infracción queda igualmente consumada cuando por circunstancias ajenas a la voluntad no se pudo realizar, e igualmente carece de importancia el lugar en el que el ofrecimiento o el pago se hubiesen realizado. No es necesario que la persona a la que se dirige el ofrecimiento sea prostituta o prostituto. Puede carecer de esa condición, e igualmente la conducta del autor será punible.
Si el autor del ofrecimiento es persona que ejerce la prostitución, y en el modo de su ejercicio éste resulta escandaloso porque se causa molestia a terceros, el hecho, aunque no sea castigado como delito, es de carácter contravencional y punible por este título. En este sentido, el C. de Córdoba dispone, dentro del capítulo sobre decencia pública, art. 69, lo siguiente: “Serán sancionados con arresto de hasta veinte días quienes, ejerciendo la prostitución, se ofrecieren o incitaren públicamente molestando a las personas o causando escándalo”. Por constituir una falta que ha sido sancionada conforme a los poderes conservados por las Provincias y no delegados a la Nación, lo que dispone el Proyecto de orden nacional no deroga la punibilidad de la prostitución escandalosa que seguirá vigente, aun cuando el proyecto fuese convertido en ley■
Los espectros de la actualidad económica
Por José María Rinaldi (*) Las temporadas de los experimentos neoliberales que predominaron desde la dictadura cívico-militar, pasando por la convertibilidad y...