<?xml version="1.0"?><doctrina> <intro><bold>Sumario: I. Introducción. II. Regulación normativa: a) En el orden nacional; b) En el orden provincial. III. Posiciones doctrinarias y recepción jurisprudencial. a) Tesis que niega prioridad al primer embargante; b) Tesis que admite prioridad al primer embargante. IV. Nuestra opinión. a) Fundamentos; b) Naturaleza de la prioridad del primer embargante. V. Conclusión</bold> </intro><body><page><bold>I. Introducción</bold> Generalmente, en la etapa de ejecución de sentencia suelen presentarse pugnas de pretensiones entre los distintos embargantes del bien realizado o a realizar. Sin embargo, el presente trabajo se circunscribirá al análisis de la situación del primer embargante frente al ejecutante en nuestra provincia. Con el objetivo de dilucidar la situación planteada, intentaremos responder si el primer embargante goza de prioridad para ser pagado con relación al ejecutante y, en caso afirmativo, si esa prioridad constituye una preferencia o un privilegio. Es necesario destacar que para comenzar a analizar la prioridad del primer embargante con relación al ejecutante deben darse dos circunstancias: 1) Que no haya concurso del demandado, pues allí rige el principio de igualdad y distribución a prorrata y 2) Si es una ejecución individual, que no se trate de acreedores con privilegio especial sobre la cosa embargada <header level="4">(1)</header>. A los fines del tratamiento del tópico que nos ocupa analizaremos la normativa vigente en el orden nacional y provincial, para luego distinguir las posturas doctrinarias y jurisprudenciales que existen al respecto. <bold>II. Regulación normativa</bold> <bold>a) En el orden nacional:</bold> La solución está consagrada en el art. 218 del Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Nación, el que textualmente dispone: “El acreedor que ha obtenido el embargo de bienes de su deudor, no afectados a créditos privilegiados, tendrá derecho a cobrar íntegramente su crédito, intereses y costas, con preferencia a otros acreedores, salvo en el caso de concurso. Los embargos posteriores afectarán únicamente el sobrante que quedare después de pagados los créditos que hayan obtenido embargos anteriores”. En consecuencia, en caso que existan varios embargos trabados sobre el mismo bien, quien embarga en primer lugar obtiene una preferencia sobre los embargantes ulteriores y sobre cualquier otro acreedor no embargante que no tenga un privilegio especial sobre la cosa. <bold>b) En el orden provincial: </bold> Sobre el particular, en la legislación procesal local encontramos el art. 594 que dispone: “Sin estar pagado completamente el crédito del ejecutante, no podrán aplicarse a otro objeto las sumas realizadas, a menos que sea para el pago de las costas de la ejecución o de otro acreedor de preferencia” <header level="4">(2)</header>. <bold>III. Posiciones doctrinarias y recepción jurisprudencial</bold> La situación del primer embargante en nuestra provincia ha dado origen a interpretaciones disímiles tanto en doctrina como en pronunciamientos judiciales, presentándose dos posturas antagónicas: quienes niegan prioridad al primer embargante y quienes la admiten. <bold>a) Tesis que niega prioridad al primer embargante</bold> En esta postura se enrolan quienes sostienen que no es posible reconocer al primer embargante preferencia sobre uno posterior que realizó la ejecución de la cosa embargada. Dentro de esta línea de pensamiento son variados los argumentos que se ofrecen. Por una parte sostienen que los privilegios sólo pueden provenir de la ley, atento lo dispuesto por el artículo 3.875 del Código Civil que reza: “El derecho dado por la ley a un acreedor para ser pagado con preferencia a otro se llama en este Código, privilegio”; y por lo dispuesto en el artículo 3.876 cuando expresa que “El privilegio no puede resultar sino de una disposición de la ley”; en consecuencia, “no es posible crear un solo privilegio por vía de analogía por más que la equidad y la justicia así lo aconsejen, pues es preferible una solución injusta al desorden jurídico que significaría el quebrantamiento de la institución y del sistema legal que la reglamenta” <header level="4">(3)</header>. Asimismo señalan que la materia de los privilegios es privativa del derecho de fondo y su regulación es exclusiva del Congreso de la Nación: “Se trata de una cuestión propia del derecho sustantivo y en el Código Civil no hay precepto alguno que abone la conclusión de que el primer embargante tiene derecho preferente al pago” <header level="4">(4)</header>. Según algunos partidarios de esta teoría, la ausencia en nuestro código de forma de una norma expresa que consagre la preferencia del primer embargante, aunque la misma se halle reconocida en el orden nacional - art. 218 CPCN -, no puede extenderse al ordenamiento procesal local lo dispuesto por el CPCN, “máxime cuando del artículo 594 del CPCC no se desprende que el primer embargante sea un acreedor con preferencia al ejecutante”<header level="4">(5)</header>. En consecuencia, la norma del artículo 218 del CPCN resulta inaplicable en nuestra provincia y si lo fuera, su constitucionalidad podría ser cuestionada razonablemente con el argumento de que la regulación de los privilegios es una materia exclusiva del Congreso de la Nación <header level="4">(6)</header>. Otro argumento que se esgrime en defensa de esta postura es que el embargo sólo constituye un acto meramente procesal que no afecta la naturaleza del crédito para cuya efectividad el mismo se decretara, por lo cual, a quien se haya limitado a trabar un embargo no se puede otorgar preferencia ni privilegios de créditos <header level="4">(7)</header>. Un embargo, por más adelantado que esté en el tiempo, nunca dejará de ser una medida cautelar y el derecho preferente al cobro no está en su naturaleza <header level="4">(8)</header>. En el mismo sentido se expresó que el embargo sólo supone el sometimiento o sujeción de un bien determinado del deudor a la ejecución forzada que produce el efecto de su indisponibilidad relativa (art. 736 y 1174 del Código Civil) pero no representa un derecho de pago preferente a otro acreedor quirografario <header level="4">(9)</header>. Finalmente se sostiene que la aplicación del adagio latino <italic>prior tempore potior iure</italic> admite el reconocimiento de prioridad en el cobro al ejecutante que obtuvo en primer lugar la realización de los bienes del deudor <header level="4">(10)</header>. Esta corriente interpretativa es minoritaria en la doctrina y en la jurisprudencia; sin embargo contamos con pronunciamientos que la receptaron <header level="4">(11)</header>. <bold>b) Tesis que admite prioridad al primer embargante </bold><header level="4">(12)</header> Los adscriptos a esta postura <header level="4">(13)</header> sostienen que el primer embargante debe ser pagado con anterioridad a los embargantes ulteriores, incluido el ejecutante. Dentro de esta línea de pensamiento existen diferentes variantes: a) quienes entienden que el embargo es “un privilegio judicial” que juega en las ejecuciones individuales y crea a favor del primer embargante un privilegio para ser pagado con preferencia a los acreedores quirografarios o munidos de un privilegio igual o inferior que embargan el mismo bien con posterioridad <header level="4">(14)</header>; b) quienes consideran que el primer embargante goza de una “preferencia” <header level="4">(15)</header>, aun con relación al propio ejecutante. “Convertida la cosa afectada en dinero a raíz de la subasta dispuesta en otro juicio, el derecho cautelar se transfiere al precio con el cual no puede ser pagado el ejecutante si el primer embargante no es desinteresado”<header level="4">(16)</header>. Los sostenedores de esta postura positiva dirigen todos sus esfuerzos a rebatir uno a uno los argumentos en los cuales se basa la tesis contraria: consideran <header level="4">(17)</header> que nuestro código de fondo consagra la prioridad en el pago a favor del primer embargante: “En el Código Civil existen preceptos inconcusos que sirven de base a la conclusión de que el primer embargante disfruta de una preferencia, la prioridad en provecho del primer embargante y en caso de simultaneidad, la concurrencia a prorrata surge de la combinación de los artículos 3882, 3889, 3919 a 3922 y 3210 del CC, es decir resulta de la propia legislación de fondo”<header level="4">(18)</header>. También entienden que en nuestra propia ley de procedimiento existe una norma que consagra esa preferencia al pago: “El art. 594 del CPC, al establecer que mientras no esté satisfecho el crédito del ejecutante no puede destinarse a otro objeto la suma realizada a menos que sea para pagar... otro acreedor de preferencia”, está aludiendo no sólo a los privilegios en sentido técnico sino también a la preferencia sustentada en otros principios como es el caso del primer embargante”<header level="4">(19)</header>. En el mismo sentido, la Dra. Zavala de González <header level="4">(20)</header> sostiene que “en el Código de Procedimiento Civil no se cuenta con una norma expresa o directa como el art. 218 del CPCN; no obstante, la misma solución surge de lo previsto por el art. 911 del CPC, en cuya virtud la posibilidad de reintegro del ejecutante tiene como limitación, además de las costas de la ejecución, lo necesario para el pago de otro acreedor de preferencia y entre estos acreedores se ubica el primer embargante. Si bien el embargo no impide que otro acreedor realice la subasta, ésta no puede lesionar el derecho del primer embargante que se transfiere al precio obtenido en virtud del principio subrogatorio. Por otra parte aplican el principio <italic>prior tempore potior iure,</italic> sosteniendo que “el primer embargante tiene prioridad o preferencia para el pago de su crédito sobre el embargante posterior. Esta preferencia genera - a favor de quien la obtuvo - el derecho a ser pagado con antelación a aquellos acreedores que obtuvieron una medida similar con posterioridad por aplicación primero en el tiempo, mejor en el derecho”<header level="4">(21)</header>. Señalan que en las medidas cautelares inscriptas opera el principio de oponibilidad, “oponibilidad que perdería parcialmente su eficacia si no se admitiese que ella confiere, además del derecho persecutorio (<italic>ius persecuendi</italic>), una preferencia para la satisfacción de su crédito frente a otros acreedores posteriores en el tiempo (<italic>ius prioritaris</italic>)”<header level="4">(22)</header>. “Si el precio de venta no alcanza para que todos cobren, ello significa que los no pagados embargaron cuando el valor del bien ya estaba cubierto por los anteriores”<header level="4">(23)</header>. Trabado un embargo, ese acto preserva para el embargante toda la aptitud solvente del bien embargado sin que tal aptitud pueda ser cercenada por los embargos posteriores que deben respetar los legítimos derechos constituidos hasta ese momento<header level="4">(24)</header>. Finalmente afirman que, estando los bienes sometidos a la jurisdicción del juez que los embargó en cuanto sean necesarios para satisfacer la deuda que originó esa medida, no pueden al mismo tiempo estar a merced de otros jueces y ser destinados a la extinción de otras obligaciones<header level="4">(25)</header>. Al haber efectuado un recorrido por la doctrina que sostiene que el primer embargante goza de una prioridad en el pago de su crédito, corresponde ilustrar ese estudio con los pronunciamientos de nuestros tribunales en su favor. Esta tesis ha sido receptada en numerosos pronunciamientos dictados por nuestras Cámaras de apelaciones en lo Civil y Comercial <header level="4">(26)</header>. Ya en el año 1901 la CSJN sostuvo: “Establecida la prioridad del embargo y no habiéndose invocado privilegio especial, debe acordarse preferencia a aquél”<header level="4">(27)</header>. Es de fundamental importancia poner de resalto que al expedirse el máximo tribunal al respecto aún no existía la norma consagrada en el art. 218 de la ley adjetiva nacional, motivo por el cual consideramos que ese dispositivo legal no ha hecho sino recoger y regular una solución que ya se hallaba consagrada en la jurisprudencia imperante. Por su parte el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba ha dicho: “El derecho de cada embargante se extiende sobre el valor actualizado de su respectiva garantía. Antes de estar cubierta esa suma no puede pagarse al siguiente y si el precio de venta no alcanza para que todos cobren, ello significa que los no pagados embargaron cuando el valor del bien ya estaba cubierto por los anteriores”<header level="4">(28)</header>. <bold>IV. Nuestra opinión</bold> Los argumentos vertidos por la tesis que otorga prioridad al primer embargante frente al ejecutante nos resultan en un todo convincentes atento que desmoronan uno a uno los fundamentos sobre los que se construyó la tesis opuesta. <bold>a) Fundamentos</bold> La razón de adoptar esta postura tiene base doctrinaria en los argumentos vertidos en el presente trabajo a favor de la misma y jurisprudenciales. De todas maneras, si dichos razonamientos no resultan cautivantes, a ellos cabe agregar la inexistencia en el orden nacional de declaración de inconstitucionalidad del art. 218 CPCN que reconoce tal prioridad y la recepción de tal tesitura por un número importante de códigos de forma provinciales<header level="4">(29)</header>. Es necesario añadir que desconocer la prioridad del primer embargante importa desconocer los efectos del embargo, no tener en cuenta lo dispuesto por la ley 17.801 en cuanto prevé la oponibilidad a terceros de las inscripciones de gravámenes (art. 2 inc. b) y confundir los conceptos de preferencia y privilegio. En cuanto a los efectos del embargo, no hay duda de que el mismo es una medida cautelar y las medidas cautelares -como género- pueden definirse como “los arbitrios o resoluciones judiciales que tienen como fin garantizar el resultado del proceso o anticipar durante la sustanciación del mismo la probable resolución que pueda dictarse al resolverse la cuestión principal”<header level="4">(30)</header>, en tanto que el embargo es “la afectación o individualización de un bien del deudor al pago del crédito cuestionado”<header level="4">(31)</header>. Por su parte Podetti, citando a Redenti, señala que el efecto fundamental del embargo es el de aislar o distraer del patrimonio del deudor los bienes embargados (y precisamente para eso es que hay que individualizarlos), “para crear con ellos una masa separada y distinta sometida a los fines de la ejecución a un régimen jurídico enteramente particular”<header level="4">(32)</header>. El objeto del embargo es la individualización e indisponibilidad del bien afectado, mediante la cual se asegura que el importe obtenido por la realización judicial será aplicado a satisfacer el interés del acreedor. Es decir que la prioridad que acuerda el embargo anterior respecto de los posteriores se funda en la función de garantía que predica el gravamen. Por ello no reconocer tal prioridad “importa desconocer los efectos del embargo y el consecuente traslado de la cautelar al producido del bien en virtud del principio de subrogación real”<header level="4">(33)</header>. Respecto a la prueba de la existencia del primer embargo es necesario destacar que el art. 2 inc. b de la ley 17.801 prevé la oponibilidad a terceros de las inscripciones de gravámenes, imponiendo la prioridad registral. Esa prioridad es la realización del derecho que confiere la calidad de ser primero en el tiempo, y la publicidad y oponibilidad deriva de la registración <header level="4">(34)</header>. En tal sentido la jurisprudencia ha dicho que “la sola inscripción registral acredita la existencia y subsistencia del primer embargo <header level="4">(35)</header>. En consecuencia, el embargo trabado por el acreedor quirografario crea una prioridad contra los subsiguientes embargantes que se traduce en una preferencia para cobrar según el orden de la inscripción registral, sobre el producido de los efectos ejecutados. <bold>b) Naturaleza de la prioridad del primer embargante</bold> La prioridad del primer embargante, ¿constituye una preferencia o un privilegio? Es de destacar que la regulación normativa del instituto de que se trata será diferente según la respuesta a este interrogante, pues si se considera que el primer embargante goza de privilegio, debe ser consagrado como tal en nuestra ley sustantiva, en tanto que si se trata de una preferencia, es suficiente con su consagración en la ley ritual local. A fin de dar una respuesta acabada es necesario brindar previamente nociones generales de ambos conceptos. El privilegio es un derecho de preferencia, pero el derecho de preferencia no se identifica o agota en el privilegio. “Las preferencias son el género y los privilegios solamente la especie. Hay preferencias que atienden a la 'naturaleza' del derecho (privilegios) y otras que se fundan en la 'prioridad temporal'. Unas y otras pueden conferir 'mejor derecho' y justificar una garantía de este tipo”<header level="4">(36)</header>. Molinario <header level="4">(37)</header> expresa que “se entiende por privilegio el derecho dado a un acreedor exclusivamente por la ley, sin que medie convención a tal efecto, para ser pagado con preferencia a otro acreedor”. Concluyentes a tal respecto son las consideraciones del reconocido tratadista en dichos temas, que distingue los privilegios de las preferencias al señalar que la expresión “causas legítimas de preferencia” tiene mayor extensión que la palabra “privilegio”; a la primera podemos calificarla de expresión genérica y a la segunda de específica; todo privilegio es una causa legítima de preferencia, pero no toda causa legítima de preferencia es un privilegio. Las causas legítimas de preferencia, además de los privilegios, son: la hipoteca, la prenda y la prenda con registro. Consideramos que el embargo obtenido en primer término es otra de las causas legítimas de preferencia. Más precisamente, el primer embargante goza de un derecho de preferencia que es de tipo temporal sobre el segundo o posteriores, en razón del tiempo de la traba de la medida cautelar. De acuerdo con lo establecido en los art. 3875 y 3876, CC, sólo el código de fondo <header level="4">(38)</header> genera o impone los privilegios, y las normas contenidas en el ordenamiento sustancial no crean privilegio alguno con relación al embargo obtenido en primer término. En consecuencia el primer embargante no goza de un privilegio puesto que no está comprendido entre los que con tal calidad establece la ley (art. 3876, Cód. Civil)<header level="4">(39)</header>. “La preferencia que otorga el embargo, al ser de naturaleza procesal <header level="4">(40)</header>, no constituye un privilegio, de manera que el fundamento de la prioridad que acuerda el embargo no debe buscarse en las normas que disciplinan los privilegios, pues éstos no están dados en función de los caracteres del crédito sino en la diligencia del acreedor”<header level="4">(41)</header>. En concordancia con lo expuesto al sostener que se trata de una preferencia, consideramos que la misma debe ser regulada en las leyes procesales <header level="4">(42)</header>. Nos resta ahora determinar si tal preferencia se halla consagrada en nuestra ley ritual. Al respecto el art. 594 del CPC dispone: “Sin estar pagado completamente el crédito del ejecutante, no podrán aplicarse a otro objeto las sumas realizadas a menos que sea para el pago de las costas de la ejecución o de otro acreedor de preferencia”. Dicha norma ha dado lugar a interpretaciones disímiles con relación a lo que se entiende por “otro acreedor de preferencia”, por existir lo que se denomina “una laguna de reconocimiento” pues nos encontramos ante una indeterminación semántica o vaguedad de los conceptos <header level="4">(43)</header>. Sin embargo, entendemos que una hermenéutica integradora de las normas de nuestra ley ritual permite incluir al primer embargante dentro de lo que el art. 594 denomina otro “acreedor de preferencia”. En consecuencia y de acuerdo con lo dispuesto por los art. 593 a 596 del CPC, el orden de preferencia con relación a las sumas obtenidas en el producido en la subasta es el siguiente: gastos de justicia; acreedores privilegiados o con embargo anterior al ejecutante que, habiendo promovido tercería de mejor derecho, en la misma se le haya reconocido su preferencia al cobro; ejecutante; acreedores con embargo ulterior; costas de la defensa del ejecutado, ejecutado. <bold>V. Conclusión</bold> El primer embargante goza de una prioridad para el cobro de su crédito respecto del propio ejecutante. Dicha prioridad consiste en una “preferencia” que surge de lo previsto en el art. 594 del CPC &#9632; <html><hr /></html> <header level="3">* Agradecemos el aporte brindado por el Dr. Leonardo González Zamar en el presente trabajo. </header> <header level="3">1) Semanario Jurídico Nº 1282, p. 350. CCCTrab. y CA Villa Dolores 15-12-99, Sentencia 28, Tercería de Mejor Derecho de Bco. Prov. de Córdoba en Fisco de la Provincia de Córdoba c/ Merep y Cía. SRL Apremio (Voto de la Dra. María del Carmen Cortés de Olmedo).</header> <header level="3">2) El art. 911 del CPC - derogado por la Ley N° 1419 - disponía: “Sin estar reintegrado completamente el ejecutante, no podrán aplicarse a otro objeto las sumas realizadas a menos que sea para las costas de la ejecución o para el pago de otro acreedor con preferencia”, y el art. 912 del mismo cuerpo legal expresaba: “Los acreedores comunes no podrán concurrir en colisión con el ejecutante, si no se hubiera formado juicio de concurso al ejecutado”. </header> <header level="3">3) Molinario, Alberto D., “Los privilegios en el derecho civil argentino”, Librería Jurídica, Bs.As., 1941, p. 23.</header> <header level="3">4) Foro de Córdoba, N° 50, p.134 y ss. Cámara 2ª C. y C. en autos “Tercería de Mejor Derecho de Juan Mucic en autos: Bertello, Claudio c/ Eva Laurentina Becker y otro -PVE -” AI N° 333 de fecha 04/08/98 (Del voto en disidencia de la Dra. Victoria María Tagle).</header> <header level="3">5) Foro de Córdoba, N° 50, p. 129. Juzgado de 1ª Inst. y 22ª Nom. CC, autos “Tercería de mejor derecho de Juan Mujic en autos: Bertello, Claudio c/ Eva Laucentina Becker y otro - PVE “ AI 721, 14/11/1997. En el mismo sentido Carlos Guevara señala que “al no existir en nuestra legislación procesal una norma de contenido similar al art. 218 del CPCN, no podemos sostener que exista tal preferencia”, en “¿Derecho de preferencia del primer embargante?”, Foro de Córdoba, N° 38, p. 101.</header> <header level="3">6) Guevara, Carlos E., “¿Derecho de preferencia del primer embargante?”, Foro de Córdoba, cit., p. 101.</header> <header level="3">7) Fallo citado en nota 5.</header> <header level="3">8) Guevara, Carlos E., “Otra vez sobre el inexistente derecho de preferencia del primer embargante”, Foro de Córdoba, N° 50, p. 137.</header> <header level="3">9) Foro de Córdoba, N° 50, p. 132</header> <header level="3">10) Guevara, Carlos E., “Otra vez sobre el inexistente derecho de preferencia del primer embargante”, Foro de Córdoba, cit, p. 137; del mismo autor “¿Derecho de preferencia del primer embargante?” Foro de Córdoba N° 38, p.101. En el mismo sentido, C. 2° C.C. Cba. voto en disidencia de la Dra. Victoria María Tagle, en Foro de Córdoba, cit, p. 135.</header> <header level="3">11) Además de los citados en notas 4 y 5; Semanario Jurídico Nº 1290, t. 82, p. 599, C 1ª CC Cba., 06/12/1999, Autos: “Tercería de mejor derecho en Ecograin SA en: Baruj, Judith Miriam c/Víctor Hugo Genesio - Ejecutivo -”.</header> <header level="3">12) Los Dres. Agrelo Consuelo, Beltramone Horacio, Pérez Verónica Z. y Vidal Claudia llevaron a cabo un trabajo de investigación titulado: “Prioridad del primer embargante”, el cual ha sido presentado al Departamento de Derecho Procesal y Práctica Profesional; las Dras. Verónica Pérez y Claudia Vidal se encargaron de la elaboración y desarrollo de la tesis positiva que aquí se transcribe. </header> <header level="3">13) Podetti, Ramiro y Busso, Eduardo: “Código Civil Anotado”, Compañía Argentina de Editores, Buenos Aires, t. III, 1949; Palacio, Lino: “Derecho Procesal Civil”, Abeledo Perrot, Bs.As. , 1991, t. III, p. 315; Martínez Botos, R.: “Medidas cautelares”, Universidad, Bs. As. 1990 p. 237.</header> <header level="3">14) Fernández, Raymundo L.: “Tratado Teórico- Práctico de la hipoteca, prenda y demás privilegios”, t. II, Nº 1459, Ed. Luis Rubino, 1941, p. 405.</header> <header level="3">15) Llambías, Jorge J.: “Tratado de Derecho Civil. Obligaciones”, 3ª ed, Abeledo-Perrot, Bs. As., 1978/1980; Pizarro, Ramón D. y Vallespinos, Carlos G.: “Instituciones de Derecho Privado - Obligaciones”, 2, Hammurabi, José Luis Depalma - Editor 1999, p.374.</header> <header level="3">16) Zavala de González, Matilde: “Doctrina judicial - Solución de casos 1”, Editorial Alveroni, Cba. , 1998, p. 303.</header> <header level="3">17) Es de destacar que tal argumento no es compartido por la totalidad de los adscriptos a esta tesis. </header> <header level="3">18) Ayarragaray, Carlos: “Prioridad en favor del primer embargante con crédito quirografario”, JA, 1942-III-sección doctrina, p. 67 y ss.</header> <header level="3">19) C 8ª CC en: “Tercería de mejor derecho del fisco de la Provincia en autos: Municipalidad de Villa Allende c/ Sánchez María Agustina - Apremio”. AI 211, 4/8/1999.</header> <header level="3">20) Ob. cit.</header> <header level="3">21) Cfr. fallo citado en nota 1.</header> <header level="3">22) Zavala de González, Matilde, ob. cit.</header> <header level="3">23) Foro de Córdoba, N°10, p. 107. TSJ, Sala CC, en “Valinoto JA solicita levantamiento de embargo en: “Grau y Cerrito ECI SRL Quiebra Recurso de Revisión, vocales: Roitman, Petito y Kaller de Orchansky, Sentencia 25 del 13/06/89. </header> <header level="3">24) LLC, 1996_842. C8ª CC Córdoba, 7/11/95. “Huespe e Hijos SAIC, José c. Lambertti, Mirna R.” (Del voto del doctor Napolitano, de la mayoría).</header> <header level="3">25) Foro de Córdoba, N° 38, p.101. C5ª CC, autos: “Tercería de mejor derecho del Banco de la Provincia de Córdoba en autos: Asifin SACIF c/ Marcos Daniel Ruchtein -Ejecutivo-.” Sentencia N° 76, 27/6/1996; Semanario Jurídico Nº 1116, t. 75, p. 557. </header> <header level="3">26) Cfr. C4ª CC Córdoba, 21/2/83 en: “Banco Regional de Córdoba c. Lanzaco, Héctor O.”, LLC, 984_423; CCyC Bell Ville, 13/2/85 en: “Colussi, Herley A. c. Benvenuto, Francisco”, LLC, 985_598, con nota de Julio R. Sánchez Moreno; C 2ª CC, Auto 209, del 28/8/92 en: “Hidroconst y otra c/ Víctor Nicolás González y/o sus herederos s/ ejecutivo - Retención de fondos-”, Tribunal de origen: Juzgado de Primera Inst. y 16ª Nom. ; C8a. CC Cba., AI N° 241, 7/11/95, del voto del doctor Napolitano, de la mayoría en: “Huespe e Hijos SA, José c. Lambertti, Mirna R.”, LLC, 1996_842; C. 5ª CC en: “Tercería de mejor derecho del Banco de la Provincia de Córdoba en autos: Asifin SACIF c/ Marcos Daniel Ruchtein -Ejecutivo”, Sentencia N° 76, 27/6/1996, Foro de Córdoba, N° 38, p. 96 y ss.; CC 5ª en: “Campos Tomasa c/ Francos Hnos. SA - Ejecutivo - Tercería de mejor derecho del Banco Social de Córdoba”, Semanario Jurídico Nº 1309, t.83, p.372. </header> <header level="3">27) Fallos 91:396.</header> <header level="3">28) Cfr. TSJ, Sala CC, Sentencia 25 del 13/06/89 en “Valinoto JA solicita levantamiento de embargo en: “Grau y Cerrito ECI SRL Quiebra Recurso de Revisión”, vocales: Roitman, Petito y Kaller de Orchansky, Foro de Córdoba, N° 10, p. 107.</header> <header level="3">29) Art. 218 del CPC de Chubut; art. 218 del CPC de La Pampa; art. 218 del CPC de Posadas; art. 218 del CPC de Viedma; art. 218 de CPC de San Luis; art. 258 del CPC de Mendoza. Con relación a esta última ley ritual - CPC de Mendoza- cabe destacar que al efectuarse un comentario de la norma, la doctrina en “Código Procesal Civil de Mendoza y Leyes Complementarias”, Ediciones Jurídicas Cuyo- 2ª edición actualizada, setiembre de 1997 expresamente afirma lo siguiente: “... La sección tercera recoge las enseñanzas de la doctrina y de la jurisprudencia recogiendo el privilegio del primer embargante”.</header> <header level="3">30) Rodríguez Juárez, Manuel E.: “Cuestiones procesales”, Ed. Alveroni, Córdoba, año 1998, pág. 137.</header> <header level="3">31) Alsina, Hugo: “Derecho Procesal Civil”, t. IV, Ediar, Bs. As., 1996, p. 62.</header> <header level="3">32) Eisner, Isidoro: “Sobre la posibilidad y efectos de la venta privada de bienes embargados judicialmente”, LL, 155-1981-C-961.</header> <header level="3">33) JA 1995, I-488, y fallo citado en nota 1. </header> <header level="3">34) Zavala de González, Matilde, ob. cit., p.304.</header> <header level="3">35) En la resolución dictada por la Cámara 5ª CC, en: Tercería de mejor derecho del Banco de la Provincia de Córdoba en autos: Asifin SACIF c/ Marcos Daniel Ruchtein -Ejecutivo. Sentencia N° 76, 27/6/1996, Foro de Córdoba, N° 38; SJ 1116, t. 75, p. 557, se destaca la opinión de la jueza de 1ª instancia. Por eso la sentenciante, con gran acierto, afirma: “...La sola registración registral acredita la existencia y subsistencia del primer embargo, sin que la contraria haya alegado ni arrimado prueba alguna sobre alguna circunstancia que enerve el derecho de prioridad que asiste a la entidad bancaria (vg. caducidad, orden de levantamiento o cancelación). La caducidad a que hace referencia el art. 465 del CPC no opera de pleno derecho tal como lo afirma el ejecutado. La norma es expresa cuando señala que vencido el plazo establecido para que el embargante promueva la demanda “...el afectado podrá pedir la cancelación...”.</header> <header level="3">36) C. 1ª CCyCA Río Cuarto en: “Tercería de Dominio en Quevedo, Sergio Ernesto c/ Víctor Saurina -demanda ejecutiva -”, sentencia 50 del 03/08/00 Vocales De Olmos, Avalos, Cenzano, Foro de Córdoba, N° 67, 2001, año XII, p. 222.</header> <header level="3">37) Molinario, Alberto D.: “Los privilegios en el derecho civil argentino”, Ed. Librería Jurídica, Valerio Abeledo, Bs. As., 1941, p. 23.</header> <header level="3">38) El art. 3875 CC dispone: “El derecho dado por la ley a un acreedor para ser pagado con preferencia a otro, se llama en este Código privilegio” y por su parte el art. 3876 establece: “El privilegio no puede resultar sino de una disposición de la ley...”. </header> <header level="3">39) Eisner, Isidoro: “Sobre la posibilidad y efectos de la venta privada de bienes embargados judicialmente”, ob. cit., p.77.</header> <header level="3">40) La distinción entre privilegios y preferencias fue hecha en los siguientes fallos: TSJ, AI 249 del 6/8/1998, “José Huespe e Hijos SAIC c/ Mirna Rita Lamberti- Ejecutivo -Recurso Directo Hoy Recurso De Revisión”; TSJ, Sala Civil y Comercial, en: “Tercería de Aramburu Nemesio y otros en incidente de regulación de honorarios del doctor Meier, en López, Hugo Santiago y otros c/ Virginia Cavalletti de Abib - Ordinario - Recurso Directo - Hoy Revisión, AI N° 902, 30/12/96, (Voto de los Dres. Sesin y Moisset de Espanés), en Foro de Córdoba, N° 36 p. 150 y ss.</header> <header level="3">41) Conf. fallo cit. en nota 1. </header> <header level="3">42) Ramacciotti, Hugo y López Carusillo, Alberto I.: “Compendio de derecho procesal civil y comercial de Córdoba”, T.III, Ed. Depalma, Bs. As., 1987, p.47 expresa ... “el embargo otorga una preferencia al pago creada por las leyes instrumentales”.</header> <header level="3">43) Alchourrón, Carlos E. y Bulgyn, Eugenio: “Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales”, 4ª reimpresión, Astrea, Bs. As., 2002, p.63.</header></page></body></doctrina>