La ciudad ofrece, además de actividades como el rafting, una exquisita gastronomía, viñedos y bodegas de fama mundial, pesca de especies y paseos por paisajes sublimes
San Rafael es conocido como destino tradicional de rafting, un descenso en gomones por los correntosos y cristalinos ríos que embellecen el paisaje. Pero esa localidad cuyana ostenta para la curiosidad del turismo gastronomía de primer nivel, viñedos y bodegas de fama mundial, pesca de especies muy preciadas, amplia y variada hotelería y paisajes encantadores.
Ubicada en el sur de la provincia de Mendoza, a menos de 700 kilómetros de la ciudad de Córdoba, el lugar se destaca por brindar actividades de aventura aptas para todo público.
“Tenemos ofertas para todos los gustos: familias con chicos, jubilados, jóvenes en busca de adrenalina y parejas que vienen a descansar encontrarán aquí lo que buscan”, asegura Cristian Draghi, presidenta de la Cámara de Turismo de San Rafael.
“De los cinco ríos más importantes que surcan la provincia de Mendoza, dos -el Atuel y el Diamante- pasan por San Rafael; mientras que de los siete lagos, cinco están aquí; y todos ellos con temperaturas (del agua) que entre diciembre y Semana Santa oscilan entre 20 y 22 grados, lo que los hace sumamente agradables para nadar o hacer deportes acuáticos”, agrega Draghi.
En este abanico de opciones se destaca el turismo aventura, con el clásico rafting, pero también lo acompañan otras actividades como tirolesa en el imponente cañón del Atuel, trekking diurno y nocturno en valle Grande visitando cuevas y lugares encantados, circuitos en camionetas 4x 4, tirobangi cruzando el lago de los Reyunos, excursiones en cuatriciclo o cabalgatas a través de montañas y senderos, entre otras alternativas. Éstas son algunas de las excursiones que recomienda el experto.
Particularmente el cañón del Atuel obsequia un recorrido de más de 50 kilómetros que serpentea el río Atuel custodiado por paredes multicolores de 260 metros en ambos costados.
El recorrido atraviesa la Cuesta de los Terneros, el mirador San Francisco de Asís, El Nui (embalse, club de pescadores y villa El Neil) y valle Grande, donde se recomienda un viaje en catamarán, contratar una bajada en rafting o una cabalgata. Por otro lado, también vale la pena visitar Los Reyunos: un mix de vinos, historia, tecnología y aventura a lo largo de las bodegas de la zona, la villa 25 de Mayo, el Área Fundacional y los diques Galileo Vitale y Los Reyunos.
Para los interesados estrictamente en la enología se diseñaron en la zona los caminos del vino, a lo largo de los cuales se conoce todo lo que rodea al mundo del vino y sus procesos de producción, que incluye una visita a una fábrica de corchos, viñedos y degustaciones incluidas en la bodega Goyenechea.