Por Andrés Kloster *
El actual panorama presenta en nuestro país una serie de desafíos en todo lo que concierne a la economía del conocimiento. Y estos fundamentalmente pueden acercar oportunidades para impulsar aún más el desarrollo económico y promover una industria que, alimentada por la innovación y la tecnología, ha encontrado terreno fértil y ha mostrado un crecimiento notorio en los últimos años.
Argentina, con sus ventajas competitivas, ha logrado no solo atraer la atención de empresas extranjeras en la industria del conocimiento, sino también ser cuna de múltiples unicornios. A partir de un marco legislativo previsible, en conjunción con la creatividad, flexibilidad y capacidad resolutiva de los talentos argentinos, combinados con una oferta académica de alta calidad, constituyen un activo fundamental. Sumado a esto, el huso horario compatible con EE.UU. y Europa y el sólido dominio del inglés abren puertas a oportunidades internacionales, posicionando a Argentina como un jugador destacado en este escenario.
El crecimiento de las exportaciones ligadas a la economía del conocimiento, representó el 8% del total en 2022, refleja el impacto positivo de esta industria en la economía nacional. El primer semestre de 2023 ha continuado esta tendencia, evidenciando un sector en crecimiento moderado con perspectivas prometedoras para el futuro.
Además, esto es acompañado por la región, dado que América Latina se encuentra en una posición competitiva en el panorama global de exportaciones de Servicios Basados en el Conocimiento (SBC). El último informe de Argencon destaca el crecimiento post pandemia, con un 1.7% del share global y una variación interanual del 16.8%, lo que destaca la importancia y el potencial de la región en este sector.
Si bien la economía del conocimiento en Argentina y Latinoamérica ha logrado avances significativos, aún hay desafíos por superar. La mejora en cuestiones como la infraestructura tecnológica para la conectividad y la educación especializada son cruciales para garantizar un crecimiento sostenible.
A la par de todo lo anterior se halla el trabajo remoto, que ha demostrado ser un facilitador clave para el auge de la economía del conocimiento. La eliminación de las barreras geográficas le permite a las empresas atraer talento de ciudades pequeñas, cuestionando la idea de que solo las grandes urbes poseen las mejores oportunidades laborales.
La tendencia hacia un futuro laboral remoto es innegable. Esta modalidad no solo facilitó la colaboración global, sino que también ha democratizado el acceso a oportunidades laborales de calidad. El período favorable que la industria del conocimiento transita en Argentina y Latinoamérica está allanando el camino para que los talentos y las empresas aprovechen sus oportunidades.
Así, la economía del conocimiento se presenta como una actividad de pleno empleo, en la que hay una oportunidad no sólo de proyectar un futuro profesional de gran calidad, sino también de realizarse personalmente. Lo que depare el futuro será un punto a analizar en el corto plazo.
Pero no se debe desviar el objetivo ni los resultados alcanzados hasta ahora, ya que un retroceso en este sentido causaría un impacto negativo significativo a una de las industrias con mayor crecimiento del país.
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*) Director de marketing de Agencia Eleven.