ESCUCHARIndependencia económica y pasión por su empresa encabezan el listado de motivaciones para emprender. Así lo concluye un estudio comisionado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), miembro del Banco Interamericano de Desarrollo, a Ernst&Young.
En la región de América Latina, sólo 30 por ciento de las mujeres que emrenden lo hacen con un fin global. Por el contrario, esta situación es diferente en el caso de los emprendedores: 60 por ciento inicia un negocio con el objetivo de convertir sus empresas en internacionales.
Al menos ésa es la conclusión de un estudio comisionado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), miembro del Banco Interamericano de Desarrollo, a Ernst&Young.
Concretamente, el estudio abarca nueve países de América Latina y el Caribe (entre ellos Argentina) y se llevó a cabo mediante entrevistas con emprendedoras, emprendedores, expertos sobre el ecosistema emprendedor, mujeres ejecutivas y encuestas en línea con el objetivo de destapar el potencial de las mujeres emprendedoras de alto crecimiento en la región.
Más allá de que sólo 30 por ciento de las emprendedoras inician con el objetivo de convertir sus empresas en internacionales, lo interesante de algunos datos del estudio se centra en la comparación con los hombres.
En este contexto, las conclusiones más destacadas del estudio son las siguientes: “Las mujeres mencionan el doble de veces que los hombres a su familia como la principal fuente de apoyo. Este apoyo es de tipo financiero, emocional, y relacionado con el cuidado del hogar y de los hijos”.
Además, el informe asegura que “ 90 por ciento de las mujeres y de los hombres emprende en sectores donde ven claramente una oportunidad de mercado o porque tiene el conocimiento técnico requerido”.
Con respecto al control de la empresa, mientras 80 por ciento de las mujeres es accionista mayoritario, sólo 40 por ciento de los hombres lo es.
Más aún, 50 por ciento de emprendedores (ya sean hombres o mujeres) “debe enfrentar la mala percepción del emprendimiento por la sociedad y los medios, además de la mala percepción pública de la riqueza generada por medios propios”.
Otro punto para resaltar es que 80 por ciento de las emprendedoras no percibe discriminación por ser mujer.
¿Qué las motiva a emprender?
Independencia económica, pasión por su empresa y emplear a otros o hacer algo con propósito son, en ese orden, las tres principales motivaciones, según el informe. Le siguen: reto personal, ganar más dinero y comercializar la idea.
Por último, el estudio pone en relieve las necesidades de las mujeres emprendedoras en la región. Entre las principales, se destacan:
“Crecimiento de sus empresas más allá del mercado local con ayuda de asesoría estratégica” fue una de las consideraciones más votadas por las mujeres empresarias. En esa misma línea, otra de las necesidades frecuentes es el acceso a fuentes de financiamiento institucionales
También, “reconocimiento de la actividad emprendedora como un pilar en la generación de riqueza”, “disponibilidad de mentores que entiendan y conecten con las situaciones particulares que vive una emprendedora de alto crecimiento”, “extensión del papel de los hombres en el hogar”, “acceso a redes de contacto amplias, efectivas y más allá de sus circuitos de amigos y familiares”, y “creer en sí mismas, en su potencial” fueron las otras necesidades que puntualizaron las mujeres de la región.
