La innovación es otra prioridad para el desarrollo de este tipo de empresas. Y, hacia adelante, el impacto de la tecnología digital es clave para que continúen integrando un “sector dinámico y fuerte”.
En un mundo en constante cambio, las empresas familiares deberán afrontar en los próximos años varios desafíos para no perderse entre las grandes compañías. La competencia y los costos son mayores, los cambios son más rápidos y las firmas familiares “deberán adaptar sus estructuras y forma de operar”, según se desprende de la Encuesta Global Sobre Negocios Familiares 2014, realizada por PricewaterhouseCoopers (PwC) a más de 2.300 ejecutivos del segmento, en 40 países.
El primer desafío es modernizar y profesionalizar a la compañía. “Desde 2012, las empresas familiares se han vuelto mucho más pragmáticas; sus prioridades son permanecer en el negocio y aumentar su rentabilidad y, muy por detrás, se encuentran los asuntos vinculados con la familia y la comunidad”, especifica el informe, para el que se consideró a empresas con un volumen de ventas de entre US$5 millones y US$1.000 millones anuales.
¿Qué significa profesionalizar a una compañía? “Es darle una estructura para poder innovar, diversificarse, exportar más, crecer más rápido y ser más rentable. Siete de cada 10 empresas familiares en el mundo ya están vendiendo sus productos o servicios a otros países. La profesionalización también debe ser “rigurosa” para los miembros de la familia. “Se debe regular la manera en que la familia interactúa en la empresa, con canales formales de comunicación y una infraestructura para la toma de decisiones”.
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Las empresas en mercados emergentes como China, Taiwán, Perú, Turquía, Rusia y Europa Oriental son los que más buscan profesionalizarse; y las que parecen tener menor interés son aquellas en mercados como el Reino Unido (30%), Alemania (28%), España (27%), Canadá y Estados Unidos (19% y 20%, respectivamente).
En la actualidad, las empresas familiares representan entre 70% y 90% del PBI global y seis de cada 10 creció en el último año. La mayoría tiene el foco puesto en países como China (57%), la región de Medio Oriente (40%) e India (40%). El 63% de los encuestados consideró que la “situación económica” es un desafío clave para 2015 y otro gran reto es la capacidad de reclutar personal calificado: hoy es una preocupación para la mitad de las empresas.
La innovación es otra prioridad para el desarrollo de este tipo de empresas, y hacia adelante, el impacto de la tecnología digital es clave para que continúen siendo un “sector dinámico y fuerte”. Pablo Boruchowicz, socio a cargo del área de Pymes en PwC Argentina, explicó que “la hiperconectividad está revolucionando las formas de relacionamiento en las empresas, y es en este contexto donde las empresas familiares pueden correr con ventaja por su flexibilidad. En un mundo cada vez más globalizado, la innovación es un factor clave para lograr mayor competitividad”.
Ante todo, profesionalizar la empresa adquiere particular importancia cuando se llega a discutir sobre otro desafío importante: la sucesión. Cinco de cada 10 afirman que tienen planes de sucesión para “casi todos los puestos directivos”, aunque sólo 30% están documentados. “Sólo 16% asegura que posee procesos sólidos de sucesión”, confirmó la encuesta.
“Una sucesión debe planificarse con tiempo, pensando en preservar el negocio. La sucesión debe ser entendida como un proceso y no como un hecho puntual. Es por ello que la mejor sucesión es aquella que no se siente, que no se advierte, que no causa traumas ni en la empresa ni en la familia”, concluyó Boruchowicz.