Los modelos de negocios sostenibles y su potencial para transformar Argentina

En el actual contexto económico el desafío es brindar herramientas para facilitar el desarrollo y la escalabilidad de emprendimientos de triple impacto

En el país coexisten dos escenarios cambiantes y dinámicos; uno, influenciado por la elevada inflación, el cepo a las importaciones y a las compras en dólares en el exterior, y el otro, que muestra inversores, productores y emprendedores con oportunidades reales para seguir desarrollando emprendimientos económicos sustentables con un alto potencial de expansión en el país.

Argentina es un campo fértil para los emprendimientos de triple impacto que promuevan el desarrollo económico sostenible, creando empleo genuino y riqueza, pero que requieren de la gestión e implementación de políticas de Estado en los ámbitos local y regional, y del consenso de la comunidad empresarial y de los inversores para brindarles más respaldo. En el medio surgen varios interrogantes de expertos y especialistas que reactualizan sus análisis, metas y objetivos en función de un entorno volátil, incierto, complejo y ambigüo.

El eje central consiste en analizar la viabilidad de una economía azul que incluye varios de los principios de la economía circular pero con un enfoque que privilegie lo local. Tal cual afirman los promotores de la economía azul, las mejores soluciones a los problemas locales encuentran sus soluciones en oportunidades locales.

Es decir, ¿hasta qué punto es viable la implementación de una economía circular a gran escala que transforme la matriz productiva en Argentina?

“Lejos de ser o no viable, diría que es imprescindible. Tanto por la necesidad nacional como por los procesos que se están dando a escala internacional. Tal vez lo que pueda ser más sorprendente es que esa transformación ya está en marcha, independientemente de que las políticas públicas y la situación macroeconómica puedan o no acompañar esos cambios”, advierte convencido a Comercio y Justicia Luis Lehmann, escritor, politólogo autor del libro Cómo hacer clic hacia una Nueva Economía .

PAPEL PIEDRA. Esta tecnología no utiliza ni árboles ni agua siendo viable, rentable y sustentable.

Lehmann pone como ejemplo la dinámica que viene teniendo el sector agrario argentino, que -a pesar de numerosos obstáculos- es ejemplo de dinamismo y emprendedurismo, aplicando técnicas y tecnologías que lo posicionan a escala internacional. También menciona el sector industrial, que está incorporando una visión de sostenibilidad que hace unos años atrás no existía, tanto para poder competir en el ámbito internacional como para bajar costos en el local. “Aquí también es muy importante mencionar el papel del conocimiento y la colaboración público-privada. Fruto de este esfuerzo, es importante destacar el reciente estudio financiado por la agencia internacional Page para el Ministerio de Producción de la Nación respecto de la promoción de la economía circular en los residuos de seis cadenas de valor de la industria argentina”, comenta Lehmann.

Cada una de estas oportunidades de desarrollo de modelos de negocios innovadores se basa en los recursos disponibles e incluyen materias primas que son localmente accesibles en abundancia, así como en una infraestructura existente para el transporte, el procesamiento y una demanda comprobada en el mercado.

“Nuestro país tiene la oportunidad histórica de transformar una economía basada en commodities y en procesos de gran escala industrial, en una economía basada en productos de valor agregado con capacidad de responder a las necesidades básicas de todos”, señala el economista, escritor y activista belga Gunter Pauli, en su libro La transformación de la economía argentina . La propuesta de Pauli tomó fuerza en 2017 con el apoyo del entonces ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Sergio Bergman , respaldada por el capítulo argentino del Club de Roma.

Según Pauli, existe una diferencia entre la economía azul y la economía circular y es que la primera va más allá de la economía globalizada y verde. Implica cambiar la lógica y trabajar con lo que está localmente disponible. Además, no busca competitividad global sino que busca que las empresas sean eficientes sin que esto les genere un costo extra. En definitiva, el foco radica en sacar el máximo partido de los recursos disponibles y en utilizar todos los residuos.

La economía azul propone cambiar hacia un modelo comercial competitivo que responda a las necesidades básicas de todos con lo que se puede aprovechar localmente . Es decir, es un modelo que permite a los productores ofrecer lo mejor a los precios más bajos mediante la incorporación de innovaciones que generen múltiples beneficios, no solo mayores ganancias.

La economía azul se trata de concepto holístico e innovador respecto al modelo de producción de la economía lineal que consiste en producir los bienes y servicios que los ciudadanos necesitan para ser felices emulando los ecosistemas naturales, asumiendo una responsabilidad compartida y respetando los derechos de las generaciones futuras. En este paradigma se incentiva el rendimiento de los recursos e infraestructuras actuales y se aprovechan los residuos como materia prima para crear nuevos productos. Se busca tener impacto en el territorio, descubriendo cuál es la capacidad de resiliencia de la comunidad y generando puestos de trabajo genuinos desde un enfoque circular. Se trata de volver a poner a la naturaleza en su camino evolutivo y simbiótico, en sintonía con los modelos de negocios que generan valor.

El cambio cultural

Sin embargo, como todo cambio de paradigma, implica profundas transformaciones no sólo en la matriz productiva sino también en la cultural. En esta línea, el primer desafío es promover un cambio cultural que involucre a más empresarios innovadores, a más gobiernos y a más comunidades comprometidas con este paradigma. “Más allá de barreras económicas o normativas, el cambio más importante que tenemos por delante es un cambio cultural que promueva comunidades, empresas y gobiernos más inclusivos, dinámicos y colaborativos. Ese para mí es el ‘clic’ que nos lleve hacia una nueva economía”, detalla Lehmann.

Se trata de incentivar el cambio cultural para que la economía azul pueda convertirse en un sistema económico viable, consensuado y legitimado en Argentina. “Para lograrlo, el rol del empresario innovador y emprendedor es clave. Córdoba tiene muchos casos de éxito para exhibir, desde multinacionales como Geocycle a emprendedores esforzados como RFG, Ecovalor, 3C o Baum entre otros, que deben ser promovidos para que sus procesos se multipliquen en otros casos”, precisa Ariel Clebañer, licenciado en economía y especialista en finanzas sostenibles, en diálogo con Comercio y Justicia.

El segundo desafío es implementar modelos de negocios innovadores con la presencia de emprendedores que busquen soluciones a los desafíos que reclaman las sociedades . “Esto requiere fundamentación científica y la convicción que las soluciones más efectivas no necesariamente requieren siempre grandes inversiones, sino que demandan de información abundante y transparente, incentivando la competencia, y promoviendo asociaciones cooperativas con el capital humano, social y tecnológico existente”, reflexiona Clebañer.

HONGOS. Esta innovadora industria puede generar 600 mil empleos y unos 9.000 millones de dólares.

En esta línea menciona como factores claves que favorecen la expansión de la economía azul, la importancia de las mejoras y la reducción drástica de los costos de comunicación, la servitización de muchos bienes, el desarrollo de plataformas de transacción, la concientización de grandes sectores sociales y la incorporación en los precios de las externalidades, tanto positivas como negativas de una serie de productos y servicios.

El tercer desafío es crear políticas de Estado que conviertan la asistencia en empleo genuino. “Es clave la intervención del Estado como regulador, fijando reglas de juego y estableciendo incentivos a los productos y servicios amigables con el ambiente. Además de sancionar en internalizar en los costos de producción aquellos que afectan al ambiente, incentivando instrumentos poderosos, como así también el financiamiento como mecanismo facilitador de la concreción de proyectos, con una demanda de inversores institucionales y particulares cada vez mayor. Así se completa el ecosistema que demanda el desarrollo de la economía azul”, propone Clebañer.

Sin lugar a dudas, el concepto de sostenibilidad implica no sólo una rentabilidad económica, sino también un componente ambiental y social . Por ello esta nueva forma de hacer economía, que tiene en cuenta todos los factores del ámbito del desarrollo, debe ser amigable con el ambiente, mejorar la calidad de vida y generar nuevas fuentes de empleo genuinos como política inclusiva. “Muchas corrientes de recursos no son tratados de manera adecuada, a lo largo y ancho del país, por ello hay un amplio abanico de nuevas oportunidades”, sostiene Lehmann.

La idea es crear proyectos y empresas que sean rentables económicamente, socialmente inclusivos y ambientalmente sostenibles . “La vinculación público privada es vital para lograr resultados y Córdoba es un ejemplo de promoción que alinea intereses comunes junto a un sector privado que responde con proyectos y desafíos. Vale destacar que es importante desarrollar talentos que tengan la chispa de la inquietud”, propone Clebañer, quien además es consultor en gestión de inversiones financieras y de economía circular.

Cabe señalar que el experto en finanzas sostenibles participó en la emisión de diversos instrumentos financieros, desde obligaciones negociables, fideicomisos financieros y bonos entre ellos la emisión del Bono Sostenible de Banco BICE hasta IPO de acciones en la Bolsa local.

Transformación con estrategias de inversión

Respecto a la vinculación entre proyectos sostenibles que sean rentables económicamente, una de las propuestas para implementar la economía azul en Argentina está contenida en el “Plan A” propuesto por Pauli, según cuya visión debería ser no sólo un plan de transformación sino también una estrategia de inversión. “Ninguna iniciativa puede sostener objetivos sociales y ambientales a lo largo del tiempo a menos que se garantice un flujo continuo de ingresos y la acumulación de capital”, advierte Pauli. Su propuesta introduce el enfoque de sistemas en los que -conscientes de los límites de las industrias existentes- se trata de descubrir nuevos beneficios.

El cuarto desafío se plantea con la necesidad de adecuar y actualizar la legislación vigente sobre economía azul e implementar una reforma en la política fiscal con reglas de juego claras para todos los actores, incorporando nuevas normativas que incentiven los modelos de negocios circulares . Muchos Estados están formalizando legislación sobre economía circular, como impulso para generar nuevos mercados. “Creo que sería un primer paso fundamental desde el sector público. Desde ya deberá ser acompañada con una política fiscal acorde. Aquí también las ciudades tienen mucho para aportar, como primer punto de contacto con el ciudadano, como punto de encuentro con el conocimiento y como generador de economías de escala”, propone Lehmann.

En algunos casos se necesita aprovechar recursos ociosos, hoy desconocidos o ignorados y en otros mediante una baja inversión. En determinadas actividades económicas demandan avances tecnológicos de mayor complejidad y costo. Sea como fuere, su implementación permitiría instrumentar transformaciones profundas en los modelos tradicionales de explotación de sectores estratégicos como la energía y los alimentos”, puntualiza Pauli en su ya mencionado libro.

En algunos casos esta propuesta promueve el desarrollo territorial sustentable de las comunidades donde se implementen y, en otros, funciona como una herramienta para regenerar áreas degradadas.

La lógica del menor daño

El quinto desafío es implementar una economía azul que genere estabilidad macroeconómica y baje las emisiones de gases de efecto invernadero en forma sostenida a escala nacional. Lo anterior está vinculado con la necesidad de lograr como país soluciones asertivas que ordenen su macroeconomía y a la vez generen estabilidad, promuevan la creación de empleo de mayor productividad que sea sostenible en el tiempo. “Por otra parte, tiene compromisos con sus planes de acción climática en los que se incluyen contribuciones determinadas a nivel nacional para lograr la reducción de emisiones en forma sostenida”, menciona Clebañer.

OCÉANOS. El cultivo de algas marinas se utiliza para producir biogás.

En materia de energía sugiere retomar los objetivos de mayor penetración de fuentes renovables en la matriz energética, promoviendo proyectos de energía fotovoltaica, eólica y de biomasa, de los cuales Córdoba tiene muchos ejemplos exitosos para mostrar. “De hecho, algunos de hecho se financiaron con bonos verdes y bonos vinculados a la sostenibilidad o bonos por resultados, que son instrumentos de deuda asociados a objetivos y métricas ambientales, que cada vez tienen más demanda y tendrán costos de financiamiento decrecientes”, analiza el experto en finanzas sostenibles.

Bonos sostenibles

Los bonos sostenibles, que incluyen los bonos verdes y los bonos sociales, tienen un gran potencial para promover la economía azul. “Primero, difundiendo en el mercado financiero los atributos positivos tanto en el aspecto económico, social y ambiental de la economía azul”, valora Clebañer.

Cabe señalar que los bonos sostenibles vienen mostrando un crecimiento exponencial año tras año, lo que refleja tanto el creciente interés de las empresas en financiarse en los mercados como el de los inversores cada vez más comprometidos en financiar proyectos sostenibles y de triple impacto (económico, social y ambiental).

Hay una cartera creciente de empresas que emiten deuda para financiar sus proyectos, debiendo tener su administración ordenada y medir los impactos positivos que sus proyectos generan en los productos que ofrecen. Cada vez hay más sectores y más empresas interesadas en emitir instrumentos financieros. “No es muy complejo y permite a las empresas, generar reputación, acceder a financiamiento más económico y mejorar la gestión de sus proyectos. La innovación y la resolución de demandas de la sociedad, junto con la medición de los impactos, generan un círculo virtuoso”, evalúa Clebañer.

Hongos, larvas de moscas y papel piedra

RESIDUOS. La mosca soldado negra transforma desperdicios en abono y proteínas.

Una de las actividades económicas que menciona Pauli con un alto potencial de desarrollo en Argentina es el cultivo de algas marinas para producir biogás , en el cual además de producir fertilizantes y cultivos para animales no se utilizan fuentes de combustibles fósiles. Un aspecto a considerar es que se están regenerando ambientes marinos que ayudan a establecer poblaciones de peces.

Otro ejemplo que propone es la fabricación de papel como modelo para limpiar los residuos de la industria minera, una forma de aliviar los devastadores efectos de la deforestación, el agotamiento del suelo y del cambio climático.

En algunos casos las inversiones para iniciar una actividad económica sustentable es baja y en otras requiere de una alta inversión. Una granja de hongos puede comenzar con 500 dólares y ese dinero puede recuperarse en dos semanas. La industria de hongos puede generar 9 mil millones de dólares y 600 mil puestos de trabajo. Para instalar una granja de algas marinas con 25.000 dólares por hectárea y esa inversión retorna en tres años, mientras se acumula suficiente flujo de caja para autofinanciar el crecimiento, lo cual puede convertirse en una iniciativa muy rentable.

En el caso de una pequeña fábrica de larvas de mosca puede comenzar con 50.000 dólares y ese dinero se puede recuperar en un año. En el caso de la fabricación del papel de piedra necesita la mayor inversión con más de 100 millones de dólares por planta que podría recuperarse en unos tres a cinco años. Cabe señalar que su elaboración se produce sin la necesidad de extraer árboles ni de utilizar agua.

Es importante señalar que el uso de larvas de moscas puede convertir los desperdicios de la producción de carne, en proteína fresca apta para alimentar a las aves de corral y peces. Esta actividad puede generar tres mil millones de dólares y 150 mil empleos. Sólo teniendo en cuenta el uso de residuos, el país puede aumentar su producción de proteínas en más de 30 por ciento. Esta nueva actividad genera un nuevo desarrollo económico, ingresos y empleos. En el proceso, Argentina limpia su propio entorno, reduce la deforestación y la presión sobre los escasos recursos hídricos, al mismo tiempo que apoya la regeneración del stock de peces, otra fuente de proteínas.

Hay estudios que demuestran que las larvas de mosca tienen un alto valor nutricional y son también una fuente confiable de alimentos. Las mismas pueden poseer niveles de proteína de 60 por ciento sin ninguna manipulación genética o impresión del gen, en comparación con el 35 por ciento presente en la harina de soja. Esto significa que hay una gran oportunidad para aliviar la presión sobre el desarrollo de proteínas para la alimentación animal, mediante el cambio al cultivo de insectos.

Gestión de los rezagos industriales

El reciclaje en Argentina aún no alcanza los dos dígitos en promedio de los seis sectores, teniendo un potencial de expansión muy importante en las diversas variedades de plásticos. El Plan de Acción Nacional de Industria y Cambio Climático establece metas para la economía circular que deben cumplirse hacia el año 2030. A modo de ejemplo, y relevante para el presente trabajo, deben citarse las metas de acero (incrementar 720 mil toneladas de acero recuperado), plástico (recuperar el 20% de PE y PP y el 45% del PET disponible) y papel y cartón (aumentar en el 5% la cantidad de material recuperado).

“En Córdoba, la experiencia exitosa de la vinculación público privada entre la Municipalidad de Córdoba y Geocycle es un ejemplo a replicar de la utilización eficiente de los neumáticos fuera de uso (NFU)”, afirma Clebañer.

Es importante destacar a los proyectos exitosos y dignificar a los recicladores urbanos que permiten usos innovadores de residuos de otras actividades como insumos claves de sus procesos productivos. La creación del Parque Industrial del Reciclado en el Predio de Piedra Blanca es una muestra clara de las acciones que se deben encarar para promover la mayor circularidad posible de la economía, en las diversas etapas de los procesos productivos, para lograr extender la vida útil de los materiales y minimizar los volúmenes a recolectar, tratar y enterrar, para lograr mejores condiciones de vida.