Los resultados de un estudio realizado por investigadores de la facultad de Psicología de la Universidad de Almería, España, señalan que los emprendedores potenciales tecnológicos son más optimistas que las personas clasificadas como potencialmente no emprendedoras.
Otra conclusión es que este tipo de emprendedor no muestra mayores niveles de realismo cuando se compara con los otros grupos de personas estudiadas.
Según explicó Jorge López Puga, uno de los autores del trabajo, existe bastante consenso entre la comunidad científica respecto al papel que juega el optimismo en el bienestar.
“Por lo general, cuanto más optimista es una persona se considera que afrontará mejor los problemas, será más hábil frente a la toma de decisiones, sus relaciones sociales se fortalecerán, obtendrá mejores resultados frente a tareas difíciles y, en definitiva, gozará de una mejor salud psicológica”. Si se traslada esta idea al campo de la gestión y la creación de empresas, se pueden extraer conclusiones parecidas, opinó López Puga. Con esta teoría, se podría llegar a la conclusión de que los emprendedores más optimistas podrán enfrentarse mejor los problemas, optimizarán su toma de decisiones, sus vínculos con otras personas y empresas, tenderán a fortalecerse y, por consiguiente, sus aventuras empresariales serán más viables.
No obstante, añade el investigador, cada vez son más las evidencias de que un optimismo injustificado puede propiciar una gestión empresarial demasiado arriesgada que atente contra la sostenibilidad temporal del negocio.