Ochenta y dos por ciento de los estudiantes y emprendedores universitarios de la Argentina está dispuesto a arriesgarse para iniciar sus propios negocios, según una encuesta global de Santander. A su vez, pese al impacto de la pandemia de coronavirus y el aumento del desempleo juvenil en el ámbito global, esperan tener una situación económica mejor que la de sus padres.
“Es muy alentador ver el grado de compromiso de los jóvenes y estudiantes. Son una generación altamente cualificada que posee las habilidades digitales y la determinación necesarias para afrontar importantes desafíos a futuro. En momentos de cambio e incertidumbre, ser resiliente y flexible puede ser determinante”, expresó Verónica Climent, directora de Gestión y Desarrollo de Personas, Costos, Inmuebles y Seguridad, de banco Santander Argentina.
El informe “Una generación optimista: el futuro del trabajo” está basado en una encuesta realizada por la entidad financiera en nueve países de Latinoamérica y Europa durante el confinamiento causado por el coronavirus, la cual recogió las opiniones de 1.094 jóvenes, la mayoría con edades comprendidas entre 18 y 25 años, acerca del riesgo empresarial, las aspiraciones profesionales, la educación y las competencias.
En el ámbito regional, 74% de los encuestados afirmó que estaba dispuesto o tenía la intención de poner en marcha un negocio; y 39% de aquellos que desean convertirse en emprendedores consideró que crear su propio negocio ahora conlleva un riesgo más elevado que antes de la pandemia pero deseaba hacerlo de todos modos. Tan sólo 26% encontró excesivos los riesgos actuales.
En relación con los resultados de la encuesta, Silvia Tenazinha, directora de Banca Comercial de Santander Argentina, afirmó: “La innovación y el espíritu emprendedor son fundamentales para afrontar los desafíos que surjan como resultado de la pandemia. En Argentina, Santander Universidades apoya diferentes iniciativas en educación y emprendimiento que permiten desarrollar ese espíritu y contribuir con el desarrollo de las personas en la sociedad”.
Asimismo, los jóvenes creen que la educación y la formación son las claves para prosperar y que un conjunto de competencias digitales sólido constituirá el factor más importante para la educación en el futuro.
La formación profesional se considera cada vez más importante y, mientras los jóvenes clasificaron las competencias digitales como las más relevantes, las habilidades sociales y las competencias lingüísticas también ocuparon una posición destacada.
Por último, una aplastante mayoría no cree que los exámenes sean la mejor manera de determinar la idoneidad de un candidato para un trabajo (91%); y también opina que, entre los graduados, la capacidad para adquirir nuevas habilidades es más importante que las materias académicas que estudiaron (43%).