Carolina Dams, decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Austral, opinó sobre la realidad del Venture Capital (VC) en Argentina. Resaltó la necesidad de contar con fondos para que emprendimientos exitosos den otro salto
En los últimos años, el emprendedorismo en Argentina creció a pesar de muchas adversidades. Pero, posiblemente, la más significativa es la falta de financiamiento de Venture Capital (VC), según explica Carolina Dams, decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Austral.
Los emprendimientos acceden a distintos tipos de financiamiento a medida que van creciendo y validando sus modelos de negocio, continúa la especialista. Inicialmente, se financian con capital propio de los fundadores y con dinero de familiares y amigos.
Luego acuden a los inversores ángeles: individuos, generalmente que no tienen alguna relación preexistente con el equipo emprendedor, que aportan su dinero y su experiencia al proyecto. “En el mundo, muchos emprendedores exitosos se convierten en inversores ángeles. En esta misma etapa, los emprendimientos también pueden participar en procesos de aceleración. Las aceleradoras se caracterizan por trabajar con grupos de emprendedores, aportando no sólo capital sino también asesoramiento, capacitación, actividades de networking”, explica.
Así, con el surgimiento de las aceleradoras de negocios, la inversión ángel en Argentina parece haber crecido. “Hasta este momento, el emprendimiento ha logrado obtener, a través de las distintas modalidades, entre US$50.000 y US$500.000. Algunos, posiblemente los mejores, puedan conseguir rondas que superan US$1 millón de inversores ángeles”, destaca Dams.
Además, completa: “A esta altura, la mayor parte de este tipo de empresas, que cuenta con un modelo de negocios consolidado y un equipo de gestión sólido, necesita más capital para poder crecer y no caer en el valle de la muerte. El valle de la muerte se da cuando una empresa logra alcanzar hitos fundamentales. Sin embargo, la necesidad de caja para crecer es mayor a la generación de caja a través de ventas. Si en esta instancia no logra financiarse, está condenada a morir”.
El momento del VC
En el mundo, la industria del Venture Capital (VC) es la que toma la posta en la carrera de financiamiento de una startup. “Este tipo de opción de financiamiento ha sido casi inexistente en Argentina. Durante la última década, muy pocos fondos de VC han realizado inversiones en el país, principalmente por el contexto político y económico. Por este motivo, los emprendedores argentinos han tenido que buscar este tipo de financiamiento afuera, y la mayoría no ha tenido mucho éxito. El riesgo de inversión en este tipo de empresas es alto, y si a ello se le agregan los riesgos que presentaba Argentina, el escenario se hacía apto sólo para pocos fondos de VC internacionales. Por este motivo, muchos emprendedores argentinos no han podido desarrollar plenamente el potencial de sus negocios”.
Fondos para aceleradoras
En este marco, la Dirección Nacional de Capital Emprendedor del Ministerio de Producción lanzará hoy el primer Programa de Fondos y Aceleradoras de la Argentina.
Basado en casos exitosos en el mundo, ofrecerá instrumentos de coinversión para financiar y desarrollar empresas nacionales de alto impacto. En el lanzamiento del programa expondrá el profesor Josh Lerner, referente académico mundial en esta temática.
“Este lanzamiento es una alentadora noticia para el ecosistema emprendedor. El VC es un elemento fundamental para el crecimiento de empresas de alto impacto y se caracteriza por aportar mucho más que capital, y por ello se lo conoce como ‘dinero inteligente”, puntualiza Dams.
Fondos de VC en el mundo han permitido el desarrollo de las mejores empresas como Apple, Microsoft, Intel, entre otras. En Argentina, Mercado Libre, Globant y Despegar. A su vez, las empresas impulsadas por VC son más innovadoras y crecen más que empresas no invertidas por VC, y generalmente llegan a hacer una oferta pública de acciones (OPA).
El desarrollo de la industria de VC también tiene impacto en la economía en general, generando creación de empleo, innovación tecnológica, crecimiento en exportaciones y la generación de nuevos emprendimientos.