ESCUCHARBenito Cleres, especialista en este tipo de empresas, resaltó la importancia de este segmento empresarial y advirtió de la necesidad de contar con un protocolo familiar y de que sus integrantes se profesionalicen para permanecer en el tiempo.
Las empresas familiares, en Argentina y en el mundo, requieren de una permanente revisión interna en cuanto a su gestión. La profesionalización de este tipo de empresas es un valor agregado de suma importancia que permite que puedan perdurar en el tiempo.
En este contexto, y con el objetivo de formar a dueños de empresas de familia, se realizará un taller en el marco del programa de Capacitación de la Cámara Argentina de Comercio -con el apoyo de la Cámara de Comercio de Córdoba y la Secretaría de Comercio de la Provincia- con la temática: “Manejo y sucesión de las empresas familiares”, dictado por el ingeniero Benito Cleres, quien dialogó con Comercio y Justicia.
– ¿Cuáles son los desafíos que afrontan las empresas familiares en la actualidad?
– En principio, están enfrentando los mismo problemas que afrontan todas las otras organizaciones. Tienen algún tipo de ventaja en cuanto a sus capacidades para poder vincularse emocionalmente entre los miembros, pero tienen una fuerte desventaja en relación a que, si no se manejan adecuadamente estas relaciones vinculares, no se entienden algunos aspectos fundamentales de estas organizaciones, tienen la problemática de que pueden llegar a no progresar en el tiempo. Estadísticamente se puede demostrar que si bien el fundador pretende que la empresa trascienda distintas generaciones, la realidad es que si no sucede es porque se han desatendido aspectos fundamentales.
– Para evitar que eso suceda, ¿los protocolos familiares son de utilidad?
– Claro que sí. Una de las herramientas más poderosas para adelantarse a lo que va a suceder es plantearlo con anticipación. El protocolo, además de ser un acuerdo de voluntades, está escrito y tiene intervención de todos los miembros de la familia. Pensemos que todavía no ha sucedido nada, que está todo muy bien, todavía los chicos no se han casado, los nietos aún están etapa escolar… pero sabemos que en poco tiempo se van a desatar algunas situaciones que, si no se prevén, traerán conflictos y malos entendidos. Y el protocolo es una buena herramienta en estos casos. Porque de lo contrario se destruyen las relaciones vinculares y comerciales y la empresa así no va a poder trascender y se llegará a un punto en el que ocurrirá un estallido.
– ¿Qué importancia tienen esta empresas en la economía del país?
– En Argentina, particularmente, por nuestra idiosincrasia y nuestros orígenes de inmigrantes, las empresas de familia sustentan la economía ya que brindan la mayor cantidad de mano de obra. Lo mismo sucede en otros países de América Latina. Entonces, podemos decir que son fundamentales para el desarrollo de una ciudad, de una provincia, de una región o de un país.
– En términos cualitativos, ¿cómo han ido evolucionando?
– En principio, se ve en empresas de muchos años que los nietos ya tienen estudios universitarios. Y actualmente existen muchas organizaciones, como la Cámara Argentina de Comercio y como cámaras locales, que enfatizan en la importancia de estas empresas y trabajan en pos de su profesionalización. En el mundo existen muchos ejemplos de empresas de familia que han tenido serias dificultades al no profesionalizarse. Aquí en Argentina estamos avanzando en el tema, tal vez no en la medida que quisiéramos, pero cada vez más los dueños deciden capacitarse y profesionalizar su gestión.
– Con base en su experiencia como consultor, ¿cuáles son las inquietudes más recurrentes de los dueños de las empresas familiares?
– En general las inquietudes van variando de acuerdo con la región del país. Particularmente en Córdoba, hemos recibido manifestaciones de preocupaciones sobre la temática de los procesos sucesorios de las organizaciones familiares. Sobre este tema será la capacitación.
