La Santa Sede impulsa una incubadora de empresas creada a partir de una encíclica del papa Francisco, que se centra en el desarrollo de proyectos éticos. Hay nueve ya incubados
El Vaticano también se suma al empuje emprendedor e impulsa una incubadora de empresas creada a partir de la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, que se centra en el desarrollo de proyectos éticos. Hasta ahora impulsa nueve proyectos.
Un caso es el de Bertha Jiménez, cuya idea de procesar los desechos para obtener ingredientes surgió con un grupo de amigos de la Universidad de Nueva York. El proceso se conoce como simbiosis industrial.
Así, la harina producida por su empresa, Rise Products, ya se puede encontrar en las preparaciones de un puñado de panaderías y restaurantes de la Gran Manzana y alrededores. Rise Products es una de las nueve startups que han sido seleccionadas para formar parte de la primera aceleradora de empresas del Vaticano.
Otra se llama Laudato si’ Challenge (LSC) y persigue el desarrollo de iniciativas empresariales que beneficien el medio ambiente, propongan nuevos modelos industriales que reduzcan las emisiones y ayuden las comunidades desfavorecidas.
Para desarrollar sus proyectos, las compañías seleccionadas el año pasado han recibido una financiación inicial de 100 mil dólares y la asesoría de un mentor durante seis meses.
Los otros emprendimientos que están siendo incubados son: “Aqus”, que desarrolló un sistema que obtiene la potabilización del agua sin hervirla; “Innov8tia” patentó un sistema que transforma el lodo tóxico (producido en gran medida allí donde hay construcción) en agua y energía; “Mandalius energy”, que compra desechos agrícolas de los campesinos de Uganda y los transforma en combustible limpio; “Papr” es una startup que desarrolla para las empresas sistemas de trabajo que reduzcan el empleo de la carta; “Protrash”, que compra basura de las personas con menores ingresos para reciclar; y “Smart Yields”, una empresa que produce sistemas de agricultura de precisión.