Sólo 14% de las empresas que son incubadas en diferentes casa de altos estudios de Iberoamérica -casi todas de reciente creación- cuenta con mujeres entre sus promotores. Además, la presencia de ellas es más escasa en los sectores tecnológicos, a los que se vinculan muchas empresas de origen universitario.
A pesar de la contribución de las mujeres al progreso económico y social, su visibilidad en la economía iberoamericana, y su peso en la actividad emprendedora en particular, es muy inferior a los de los hombres. Lo mismo ocurre en el ámbito del emprendimiento universitario, según el informe “Mujeres Emprendedoras en la Universidad Iberoamericana: casi todo por hacer”, editado por RedEmprendia con el respaldo de Banco Santander, por medio de Santander Universidades.
El informe analiza las cifras de los programas de emprendimiento e incubación de empresas aportadas por 17 universidades que forman parte de RedEmprendia, así como del directorio de empresas de la red universitaria, que registra los datos de casi un millar de spin-off y startups.
Según esta información, sólo 14% de las empresas estudiadas –casi todas de reciente creación- cuenta con mujeres entre sus promotores. Los datos indican que la presencia femenina es más escasa en los sectores tecnológicos a los que se vinculan muchas empresas de origen universitario, siendo las mujeres mayoría en ámbitos como la psicología o la sociología, y minoría en áreas como la física, las matemáticas, las ciencias tecnológicas o las ciencias de la tierra y el espacio.
Sin base tecnológica
Según Carolina Arce, fundadora de la plataforma Smartkidi y ganadora del programa One Billion Women Impact 2014, “las mujeres hoy son las mayores consumidoras de tecnología, sin embargo, no están considerando la opción de estudiar carreras de base tecnológica.
Prácticamente no hay mujeres creando tecnología ¿Cuántos productos o nuevos servicios se está perdiendo el mundo?”
El estudio indica, además, que la participación de la mujer tiende a disminuir a medida que se avanza en las etapas de los programas de apoyo al emprendimiento.
Las mujeres, que en las universidades analizadas representan algo menos de 42% de los participantes en la primera fase de capacitación emprendedora, suponen 34% en la etapa de asesoría técnica, previa a la constitución de la empresa, y bajan a 28% en la fase de incubación empresarial, ya sea porque las mujeres se han incorporado más tarde al fenómeno del emprendimiento o porque desisten antes de materializar su proyecto en negocio.
Este descenso puede paliarse complementando la formación y asesoría que la universidad ofrece a las emprendedoras con referentes del mundo del emprendimiento y con redes de apoyo.
En este sentido, Montse Piquer, fundadora de la empresa Nidmi, afirma que “los universitarios necesitan conocer historias reales” y que a la hora de promover el emprendimiento femenino en la universidad “avanzaríamos mucho si estudiásemos y compartiésemos casos de éxito empresarial vividos por la mujer”.
Propósitos de la red
RedEmprendia estableció entre sus objetivos estratégicos “aprovechar y fomentar la participación de la mujer en el emprendimiento empresarial” y para ello se propone, en primer lugar, “identificar las barreras y limitaciones a las que se enfrentan las mujeres iberoamericanas”, ya que la perspectiva de género no se ha incorporado de manera habitual al análisis de la actividad emprendedora en las instituciones académicas.
Además, la Red creó “M3, Mujeres que Mueven el Mundo”, un conjunto de iniciativas para impulsar el emprendimiento femenino universitario en Iberoamérica, desde la concepción de la idea hasta su consolidación e internacionalización.
“Entendemos que no hay otra vía que la de trabajar conjuntamente para acortar las brechas de género en el emprendimiento de origen universitario en Iberoamérica. Siendo conscientes de que nuestro aporte es un grano de arena para una inmensa montaña, también lo somos de que las montañas se van haciendo grano a grano”, señala la red universitaria.