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Reconvirtió su tienda física en una totalmente virtual y ya tiene 1.500 proveedoras en el país
Baby Back es una startup de triple impacto que actualmente se encuentra participando del Programa de Aceleración y Escalamiento Incutex, apoyado por la Agencia Córdoba Innovar y Emprender La original iniciativa nació a fines de 2018 para democratizar el acceso de productos de marca de bebé para toda la sociedad y fortalecer una comunidad con intereses complementarios, y de ese modo reducir el impacto en el ambiente.
Se trata de una plataforma de ropa y accesorios de niños, de primeras marcas, de segunda mano. “Nuestro propósito es democratizar el acceso de productos de marca de bebé para toda la sociedad y fortalecer una comunidad con intereses complementarios”, dice a este medio Stefania Kessel, CEO y CMO de Baby Back.
Se trata de una plataforma en la que se pueden vender y comprar prendas y accesorios “como nuevos”, de 0 a 4 años, de marcas reconocidas nacionales e internacionales. La startup cuenta con alrededor de 1.100 proveedoras en todo el país, más de 2.500 usuarios activos y un crecimiento sostenido de 8% mensual. “Ya logramos que más de 50 mil prendas vuelvan a ingresar al circuito para ser recirculadas”, detalla su CEO. “Lo más lindo de emprender es que es una herramienta muy poderosa de cambio y transformación”, considera Kessel.
Generalmente sucede que a los tres meses de que nace el bebé, 92% de lo que se compra ya no se vuelve a usar. “Sumado a eso, la industria textil es la segunda más contaminante del planeta. Un dato revelador es que a cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura”, describe Kessel.
Gracias a esta plataforma, las madres, además ganan dinero al vender, ahorran comprando productos de primera calidad. Además, algunos productos se donan a diferentes instituciones en forma periódica.
“Actualmente las mamás entregan todo lo que quieren vender y nosotras nos encargamos de seleccionar cada una de las prendas, fotografiarlas, publicarlas en nuestra web y gestionar las ventas, la logística y la posventa. Una vez vendidas, las proveedoras pueden cobrar su ganancia optando por transferencia o ‘baby créditos’ para ser usados para adquirir prendas en nuestra web”, añade su socia, Agustina Tade, CFO y COO de la marca.
Reutilizar y reciclar
Lo primero que les piden a las mamás es que cuando separen lo que quieran vender, piensen si volverían a elegir esas prendas para sus hijos. Las emprendedoras realizan una minuciosa selección porque garantizan a los clientes que toda la experiencia de compra será idéntica a la de una tienda convencional de ropa. “Así, pueden comprar con total confianza y seguridad de que el producto que compran va a estar siempre como nuevo”, añade Kessel.
Las prendas y accesorios tienen que estar limpios, listos para vender y en estado impecable. También deben ser de marcas reconocidas, ya que es lo que la gente busca a la hora de comprar second hand. De esta manera, confían en que, por la calidad de la prenda, ésta no se irá deteriorando con el uso o el tiempo; ya sea el color, la estructura o la tela.
Las prendas se toman en consignación y se cobra un porcentaje del precio de su venta, por la gestión. “Somos el nexo entre la mamá que quiere vender lo que tiene guardado y tener un ingreso extra, y la que quiere vestir a su hijo con prendas de primeras marcas, como nuevas, a un precio mucho más accesible”, detalla la emprendedora.
Actualmente se encuentran en una etapa “bisagra” del negocio. “Nos encontramos en un punto de quiebre porque decidimos cerrar la tienda física para que nuestro modelo sea 100% digital. Nos concentramos en tener un warehouse para que las madres dejen los productos para vender y puedan retirar sus ventas que se hacen mediante la tienda online. También contamos con un punto de toma de ropa en la ciudad de Buenos Aires”, explican.
Ronda de inversión
La startup cordobesa se encuentra haciendo su primera ronda de inversión con el objetivo de seguir desarrollando el sistema de automatización de todos sus procesos operativos para poder multiplicar su capacidad productiva y -en un segundo paso- crear el marketplace. “Esto nos permitirá decuplicar las ventas, y tenemos como objetivo armar el equipo que nos acompañe en todo este crecimiento”, revela Kessel.
“Ya validamos el modelo, tenemos un perfecto product-market fit, estamos desarrollando la tecnología, así que lo que sigue es crecer exponencialmente y escalar“.
Las emprendedoras están desarrollando su primer mínimo producto viable (MVP), una plataforma tecnológica end to end que será el vehículo sobre el cual van a operar con este nuevo negocio.
En esta línea, Kessel detalla que proyectan a mediados del año que viene terminar de desarrollar el MVP, potenciando el crecimiento en Argentina, para posteriormente llegar a otros países de Latinoamérica.
“Levantarse todos los días sabiendo que estás haciendo que las cosas sucedan es algo que trasciende el ego. Más allá del impacto positivo que estamos aportando al medio ambiente, todos los meses generamos ingresos a más de 1.500 mujeres de todo el país”, dice orgullosa Kessel.
“Cuando contamos nuestro proyecto, ya sea con un potencial inversor, mentor, proveedor, hombre o mujer, se sorprenden de lo que logramos. Y quizás por las condiciones que existen hoy, la sorpresa puede pasar más porque somos mujeres que por mostrarle lo que efectivamente logramos”, añade. Ambas están convencidas de que ser mujer emprendedora en Latinoamérica es un desafío. “Es un desafío que levanta la vara, te hace tener que ser mejor y destacarte más y ser protagonistas del cambio”, concluye la emprendedora.
