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Argentina sólo destina uno por mil de su PIB a promover pymes

El objetivo es faciliar la expansión del crédito.
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Lo aseguró el presidente de ICSB, entidad que agrupa a investigadores de todo el mundo en torno a las pymes. Inversiones, innovación y desarrollo son las principales dificultades que afronta este sector, y las empresas argentinas no son la excepción.

Por Natalia Riva – [email protected]

Desde el año pasado, el economista rafaelino Rubén Ascua preside el International Council for Small Business (ICSB), entidad que reúne a investigadores del mundo en temas vinculados con la problemática pyme, la creación de empresas y el desarrollo local. Es la primera vez que un argentino -y latinoamericano- está al frente de esta institución, por lo que se espera que la realidad del sector en la región adquiera mayor protagonismo en su tratamiento.

Comercio y Justicia dialogó con el especialista quien destacó, entre otros temas, que el acceso al financiamiento es una de las problemáticas en común que tienen las empresas de este segmento en cualquier parte del mundo.

– ¿En todo el mundo se entiende por pyme el mismo rango de empresas?

– La definición varía según el país porque es una medida relativa. Uno es pequeño o grande en comparación de un elemento de control o con el promedio del universo que estamos analizando. Seguramente una empresa grande de Argentina sería una empresa mediana en Estados Unidos. Y hay diversos patrones, no hay una única fórmula. En realidad, el espectro pyme es el de más difícil definición: porque no hay dudas del tamaño de una empresa grande en cualquier economía; y tampoco hay duda de lo que es una microempresa, es decir, una empresa que está dirigida por sus dueños y que tiene 5 ó 6 empleados. Todo el resto en el medio es pyme.

– ¿Y también varía de acuerdo con los sectores y a las regiones?

– Claro. Hay sectores también que son diferentes. No podemos comparar una empresa frigorífica, que seguramente con 100 empleados es una empresa pequeña, con una empresa productora de software que con esa misma cantidad de empleados seguramente es una empresa grande.

Lo mismo sucede con las regiones. Si se comparan las empresas de Buenos Aires, por ejemplo, con las de La Rioja, seguramente su tamaño será distinto.

– A escala mundial, ¿hay comunes denominadores de las problemáticas que afrontan las pymes?

– Existen, claramente, problemas en lo que significa la actividad operativa, y otros tipos de problemas que hacen a cuestiones a largo plazo en términos de inversiones, de innovación y desarrollo. Creo que la problemática operativa varía en función de la coyuntura que deben afrontar los distintos países. Por ejemplo, en este momento las pymes  argentinas tienen una percepción de su problemática muy diferente a las suizas. Pero en términos de inversión, innovación, desarrollo, tecnología y apertura a nuevos mercados, parece que hay un común denominador.

– Concretamente en Argentina, ¿cuál considera es la principal problemática?

– El acceso al financiamiento es una de las tres problemáticas que se repite a nivel mundial con algunas variantes y con algunas diferencias. Pero si uno habla con un empresario de China o con uno de El Salvador o con uno de Argentina, todos tienen problemas de acceso, por su tamaño de empresa, al financiamiento. Ahora bien, desde el punto de vista de una problemática diferencial del país puede ser la presión impositiva, o el acceso a nuevos mercados, dificultades burocráticas o problemas con el entorno de negocios. Hay un ranking mundial que elabora el Banco Mundial que se llama Doing Business y es lamentable cómo países como Argentina han ido retrocediendo en ese ranking a instancias de otros como Singapur o Tailandia, que han mejorado mucho el entorno de negocios. Particularmente en Córdoba, una de las dificultades que nosotros conocemos es la demora para obtener la habilitación para ampliaciones fabriles por parte de los municipios o del gobierno provincial, lo que atenta contra la captura de oportunidades de inversión.

– ¿Cuáles son los mejores países con mejores o mayores políticas públicas para las pymes?

– En este momento, en los primeros lugares se encuentra Corea del Sur. Es un ejemplo de políticas públicas de desarrollo del entorno de negocios en general y en particular de las pymes. Tiene un muy buen entramado institucional, una muy buena articulación entre los estamentos en una instancia fundamental de una empresa pyme que es el conocimiento y el acceso a recursos. Una empresa no es más que conocimiento en movimiento. Es la dinámica de la aplicación de un conocimiento, que requiere diversos recursos pero, a su vez, también requiere eficiencia, habilidades que normalmente no se encuentran en el común de los mortales, sino que es por eso que algunas empresa les va bien y a otras mal.

– ¿Cómo ve a Argentina en este sentido, en cuanto a políticas públicas?

– En realidad hay una gran asimetría a nivel de los gobiernos regionales o provinciales, en donde uno encuentra cierta infraestructura burocrática en términos de apoyo a pymes. Sucede que hay una falta de continuidad, escasez de recursos y bajo presupuesto. Por ejemplo, es increíble cómo en Argentina se invierte menos del uno por mil del PBI en promoción de pymes. Por otro lado, vemos que en los últimos años la Sepyme ha tenido cierto nivel de continuidad y de bajo perfil junto con algunos programas de Ciencia y Tecnología que se han ido transformando paulatinamente y de manera silenciosa en buenas prácticas de apoyo a pymes.

No podemos decir que estemos en el top de las buenas prácticas, pero se ha ido mejorando mucho si uno toma en perspectiva los últimos 30 años. Si se analiza la preocupación de los gobiernos por las pymes en los 80, tanto en la dictadura como en la democracia, brillaba por su ausencia. Y si se mira la realidad en el largo plazo uno no puede dejar de ser optimista. De cualquier modo, no se ha avanzado demasiado en comparación con Brasil o Chile, que en la región constituyen los mejores países con apoyo a pymes. Incluso Brasil, con el Sebrae, se ha convertido en el país más importante del mundo en términos de presupuesto aplicado a pyme.

– ¿Cuán importante es para una pequeña empresa trabajar de forma responsable o con normas de calidad? 

– Claro que es importante. Pero no nos olvidemos de que una empresa en el mercado se nutre de eficiencia, y esa eficiencia permite generar recursos para que le dé sustentabilidad en el tiempo. Por lo tanto, los grados de cumplimiento de normas de calidad o de RSE o de compromiso con el medio ambiente tienen que ver básicamente con el nivel de exigencia en el mercado en el que se mueven. En términos de los requerimientos de eficiencia, es muy importante que se tengan en cuenta, pero dentro de los mecanismos lógicos que conforman el posicionamiento de la empresa en el mercado. Si uno está en una área donde hay mucho espacio físico y abunda la tierra, es muy probable que los requerimientos de cuidado del medio ambiente sean extensivos en comparación a los requerimientos del cuidado de ambiente intensivo que pueden darse en países muy pequeños,  como sucede en Europa.

Lo aseguró el presidente de ICSB, entidad que agrupa a investigadores de todo el mundo en torno a las pymes. Inversiones, innovación y desarrollo son las principales dificultades que afronta este sector, y las empresas argentinas no son la excepción

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