Esta iniciativa creada por Pablo Ariel Menardi, fue premiada por el Concurso de Ideas Emprendedoras 2021 del Ministerio de Industria, Comercio y Minería de la Provincia. El proyecto se encuentra en una etapa inicial y actualmente se encuentra desarrollando las muestras en forma artesanal pero para desarrollar el mínimo producto viable se requiere comprar un equipo importado. “Esta iniciativa es de triple impacto, porque genera ingresos extra a los pequeños productores minifundistas de la provincia de Córdoba”, menciona Menardi. Además entrega un producto de alta calidad, diferenciado y aporta valor aportar en la medida que mejora sus condiciones de vida.
Se trata de un producto de alta demanda para nuestro mercado objetivo, proveyéndolos de una lámina 100% fruta, rica y natural, sano, sin agregado de ingredientes artificiales, sin agregado de azúcares, apto celíacos y diabéticos, práctico, nutritivo, de larga vida útil y bajo coste.
Fruit Strips colabora también con la inclusión de personas con capacidades diferentes (síndrome de Down y Autismo), quienes participarán en la etapa final de producción (etiquetado) bajo el asesoramiento de técnicos y sus profesores. “De esta manera cumplimentamos un rol de responsabilidad social para con nuestra comunidad también”, reflexiona el emprendedor.
Respecto a las etapas del proceso de producción de este producto natural, comienza la recepción y selección de la fruta, donde se eliminan frutas en descomposición, partidas y con demás impurezas. Este proceso se hace en forma manual, realizando una selección visual por medio de los operarios encargados de esta etapa. Luego se procede al lavado de la fruta, a través de la sanitización. Se lava las frutas para eliminar suciedades y microorganismos dañinos. Esta parte se hace en pileta de acero inoxidable con bachas de lavado y satinizado con una capacidad de 100 litros. Posteriormente se realiza el procesamiento de la fruta, licuándola, transformando la fruta en puré, utilizando una procesadora de alto rendimiento de capacidad industrial. Luego se procede al secado y enfriamiento, eliminando el agua de las frutas, utilizando un horno convectivo de baja temperatura con capacidad de 10 a 20 bandejas por cocción. Por último en la etapa de etiquetado y embalaje, se hace el etiquetado, colocando los datos de la empresa y la etiqueta nutricional, que realizan en forma manual personas con capacidades diferentes, Se prevé disponer de etiquetas y cajas de embalajes de acuerdo a la producción mensual, estimada en unos 500 cajas por mes.
Menardi, quien tiene una experiencia de 20 años trabajando en la industria de la alimentación agregó: “Sabemos además que la demanda de este tipo de productos a nivel mundial crece en forma notable por la necesidad de buscar una alimentación consciente”. La idea, agregó, es rescatar frutas regionales, focalizadas en frutos típicos de Córdoba, como el piquillín, entre otros.