Esquemas de regreso gradual, pérdida de escritorios fijos, garantía de materiales de protección, nuevas rutinas laborales, algunos de los factores a tener en cuenta tanto por organizaciones como por trabajadores
Con el avance del proceso de vacunación y adaptados a esta “nueva normalidad”, las empresas comienzan a transitar el camino de regreso a las oficinas, buscando establecer esquemas híbridos de trabajo que permitan rescatar lo bueno del viejo modo de producción y organización del trabajo para combinarlo con los beneficios y factores positivos que se establecieron durante la experiencia de la crisis sanitaria.
“Es momento de recuperar cierta normalidad, que desde ya tendrá nuevos componentes y en la cual las personas y su seguridad seguirán estando en primer lugar, pero que deberán contemplar esquemas de trabajo que nos revinculen con la socialización diaria que genera el trabajo, nos saquen del sedentarismo extremo que genera el encierro y nos ayuden a volver a una rutina laboral más sana, más humana, más social y más positiva para nuestro bienestar emocional”, afirmó Andrea Ávila, CEO de la consultora de recursos humanos Randstad en Argentina.
Éstos son los desafíos que el equipo de especialistas en recursos humanos ha identificado como los principales que deberán sortear las organizaciones y trabajadores para el regreso a los ámbitos laborales:
1. Protocolos de higiene y salud. Deberán incluir aforos que aseguren en todo momento el distanciamiento físico: mamparas, estaciones de desinfección en todos los espacios comunes y rutinas de ventilación, limpieza y sanitización rigurosas.
2. Turnos flexibles y burbujas. Los aforos máximos de los espacios de trabajo y la necesidad de evitar la movilización en horas pico y el transporte público empujan la necesidad de reestructurar creativamente los esquemas horarios para garantizar la operación por grupos o burbujas.
3. Provisión de elementos de seguridad. Las empresas deberán asegurar la provisión y correcto uso de equipos y elementos de protección personal durante la jornada laboral.
4. Garantizar el transporte. Las empresas deberán garantizar el transporte de sus colaboradores o acordar beneficios, como los vales de parking y combustible, para aquellos que se desplacen con sus propios vehículos; brindar facilidades para la adquisición de bicicletas, favorecer el carpooling (uso compartido del auto) y otras opciones de movilidad.
5. Esquemas de regreso graduales. Más allá de los esquemas de trabajo que se planifiquen para el futuro, ya sean full presenciales, totalmente remotos o en alguna de las múltiples variantes híbridas, la instancia del regreso luego del largo año y medio de teletrabajo requiere un abordaje flexible y gradual que permita a los colaboradores prepararse, ajustar sus rutinas y sus responsabilidades familiares.
6. Toma de conciencia y responsabilidad individual. Resulta primordial que los colaboradores asuman a conciencia la responsabilidad individual del mantenimiento de las pautas de cuidado y distanciamiento en todos los espacios de trabajo aunque no haya separaciones acrílicas o mamparas, para una vuelta segura a plantas y oficinas.
7. La pérdida del escritorio fijo. En este contexto retroceden las posiciones de trabajo y escritorios fijos y se imponen formatos de tipo coworking, puestos móviles o hot desk y lockers, haciendo que los colaboradores deban adaptarse a no tener más un escritorio personal considerado como un espacio propio.
8. El retorno a los desplazamientos. Más allá de que la organización opte por un esquema híbrido y gradual para la vuelta a las oficinas, los trabajadores deberán asimilar una rutina de mayores desplazamientos, debiendo generar nuevas pautas al interior del hogar los días que toque el trabajo en la oficina.
9. Nuevas rutinas laborales. Decidir qué actividades resulta mejor hacerlas en la oficina y cuáles los días que toca home office. Es poco útil ir a la oficina si se va a estar toda la jornada tras la pantalla respondiendo emails, desaprovechando la oportunidad para el encuentro y la interacción cara a cara con jefes y colegas.
10. Miedos y el “síndrome de la cabaña”. Si bien muchos colaboradores extrañan su lugar de trabajo y el vínculo con colegas, muchos otros también tienen reparos para volver a la oficina, por miedo o por el agobio que les genera volver a una rutina en el “afuera”, afección conocida como el “síndrome de la cabaña”. En muchos casos, la principal barrera es la inercia generada por el acostumbramiento a un largo periodo de rutinas de bajo desplazamiento y limitada socialización.