El especialista presentó su libro Ginecología en módulos, brindó consejos, advirtió de los riesgos de la maternidad postergada y los avances de la ciencia para los casos de embarazo y cáncer.
Por Carolina Klepp – [email protected]
“El médico debe explicar, debe dar detalle y debe enseñar a las mujeres. El médico es un educador permanente. La consulta es una cosa muy linda, pero si se hace muy apurada no pasa nada y ocurre que la enferma ve al médico pero no el médico a la enferma”. La reflexión pertenece al ginecólogo, docente universitario y uno de los directores del IMGO -institución especializada en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las afecciones ginecológicas, mamarias y obstétricas- René del Castillo, quien presentó el viernes su libro Ginecología en módulos en el auditorio de la Fundación Osde.
Al mismo tiempo que explica que los tomos 1 y 2 de la obra que está presentando están destinados a alumnos de los últimos años de la carrera y a ginecólogos generales, no deja de hablarles también a las mujeres para decirles que “no dejen todo en manos de los profesionales”.
“A las mujeres les digo que se cuiden, se controlen y que hagan todos los chequeos pertinentes con gente especializada y que se autocuiden. La enferma tiene que tener conciencia de que ella tiene que cuidarse y no por impulso sino por educación y eso debe hacer el médico: educar y prevenir”, subraya.
Quien fue distinguido este año por la Facultad de Ciencias Médicas (UNC) por el compromiso con su labor académica, vocación docente y sensibilidad social, sostiene que el nuevo libro tiene capítulos muy actualizados, entre ellos el capítulo sobre radioterapia, biología molecular, patología tumoral en las pacientes jóvenes y el respeto por la fertilidad.
“Con el asunto de que las mujeres prolongan cada vez más la maternidad, las chances de tener patologías malignas aumentan porque los cánceres de las mamas y del tracto genital generalmente son productos de años y no de jóvenes. Ahora las mujeres tienden a casarse más tarde, a los 35, 40 años y postergan la maternidad. A esa edad empieza la curva de probables patologías, entonces se encuentran que se embarazan y cuando se dan cuenta, tienen cánceres de mama o de cuello de útero”, advierte.
Del Castillo también sostiene que uno de los temas desarrollados en el libro y de gran actualidad es el de la preservación de la fertilidad en la gente joven cuando tiene cáncer. En ese capítulo detalla “cómo hacer para curar, por un lado, y preservar fertilidad, por otro. Esto es un desafío para el médico y una cosa muy seria para quien lo padece. Por ahí uno se vuelve verdugo y salvador”.
-¿Eso le genera un dilema ético?
– Sí, a cada rato, pero uno ya tiene las cosas bastante claras. Primero, yo soy muy creyente, de manera que para mi el manejo del aborto no existe aunque hay situaciones en que hay que hacerlos, pero uno ya tiene los recaudos y sabe muy bien cuál es el límite que tiene en esto. Los problemas éticos y religiosos se instalan inmediatamente en esto, además del entorno familiar, qué dice la mujer porque -en el fondo- la que menos decide es la que debe decidir, que es la mujer, la portadora del problema.
– Acaba de cumplir 10 años la ley de parto respetado , que aun no está reglamentada. ¿Cuál es su visión sobre las posibilidades que otorga esta ley?
– Yo creo que la mujer es quien decide sobre su cuerpo y tiene que decidir; ahora, eso, crea conflictos muy serios, conflictos éticos muy importantes que la ley en este momento los está contemplando. Creo que la vida hay que respetarla siempre, es prioritaria, salvo que esté en peligro inminente la madre. De lo contrario, yo soy un respetuoso de la vida, yo pienso siempre que hay que salvar al invitado. De todos modos, las situaciones de conflictos son múltiples. A mí me derivan muchos casos de esta asociación fisiopatológica de cáncer con embarazo. Felizmente, cada vez se avanza más y parecería que algunas de las drogas no son ya tan tóxicas sobre el feto. A partir de los tres meses o de las 12, 13 semanas, hay drogas que antes no las podíamos usar y ahora es bastante aceptable y las malformaciones son mínimas. Eso es una buena noticia. Ciertas drogas, sobre todos los antibióticos, después de las 14 semanas, los daños en el chico son mínimos.
– ¿Y qué daños pueden causar?
– Microcefalia, alteraciones cardiovasculares, nerviosas, fallas en las articulaciones de los más variados, anomalías congénitas del corazón, alteraciones cardíacas. Pero, felizmente, ya los oncólogos y los que estamos en esto aceptamos -que aplicándolas después de las 14 semanas- muchas de estas drogas pueden ser utilizadas y el chico puede llegar a nacer a término. Esto es un avance, antes no aceptábamos nada. En cambio, ahora ya hay trabajos internacionales en los que se prueba que estos antibióticos, estos quimioterápicos no producen los efectos tan deletéreos -como creíamos que se producían antes- cuando se realizan cuando el feto ya está maduro, cuando ya tiene su organogénesis bien desarrollada, lo que ocurre después de las 14, 16 semanas, a los cuatro meses, aproximadamente.
Cuidar el sistema
Del Castillo se refirió también al abuso de la metodología diagnóstica complementaria sin una base clínica. “Se hacen una cantidad de radiografías, estudios ecográficos, resonancias magnéticas sin un sentido. A veces nos pone muy mal, nos crea serias dudas, además del costo que significan. El médico tiene que ser consciente y ético. Los métodos complementarios hay que usarlos desde lo más simple a lo más complejo. Si yo le puedo solucionar con una cosa muy simple ¿para qué le voy a pedir un método sofisticado que cuesta cualquier cantidad de dinero, que le va a llevar tiempo y va a fundir las obras sociales o los sistemas de salud del Estado? Hay que pedir lo que realmente es necesario, lo que va a aportar a clarificar la sospecha clínica. Hay que hacer buena clínica y escuchar, tenemos dos oídos y una sola boca.