El Gobierno retomó las negociaciones con el laboratorio Pfizer para avanzar en la compra de su vacuna contra el coronavirus, luego de que los contactos no llegaran a buen puerto por diferencias en el contrato.
“La ministra de Salud (Carla Vizzotti) junto con todo el equipo retomó las negociaciones con Pfizer para entender el estado de situación y cómo se pueden generar algunos cambios para avanzar en un posible contrato”, señaló la asesora presidencial Cecilia Nicolini.
En declaraciones radiales, la funcionaria nacional afirmó que “las negociaciones a veces se frenan y luego se retoman”, ante lo cual remarcó que “en ningún caso están cerradas o imposibles de poder pensar en firmar o en avanzar”.
“Tiene que haber acuerdo entre las partes”, añadió Nicolini.
La vacuna COMIRNATY/BNT162b2 obtuvo el registro de emergencia por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) el pasado 22 de diciembre mediante la Disposición 9210/20 del organismo, que había subrayado que el desarrollo de Pfizer presentaba “un aceptable balance beneficio-riesgo”.
Pese a haber obtenido el visto bueno de la ANMAT, las conversaciones para la provisión de la vacuna no pudieron culminar con la firma. Según había trascendido, el gigante farmacéutico habría establecido cláusulas “abusivas” en la letra chica del contrato: en ese sentido, informes periodísticos publicados en el Reino Unido y Perú señalaron que uno de los requisitos planteados por Pfizer fue que se ofrecieran como embajadas, bases militares y otros activos como garantía ante una eventual demanda por efectos adversos de la vacuna.