Cordobeses desarrollan un test para la detección temprana de la dislexia, que evalúa la velocidad de lectura en niños de corta edad. Es la primera en su tipo diseñada en el país y fue realizada por un equipo de psicólogos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Según precisó ayer la Agencia de Noticias Científicas Unciencia de la Casa de Trejo, el test busca identificar tempranamente indicadores de ese trastorno de aprendizaje, que suele pasar inadvertido o ser mal diagnosticado y cuya consecuencia más común es el bajo rendimiento académico. En el mundo, entre 10 y 15 por ciento de la población escolar sufre este trastorno. En Argentina, afecta a más de 400 mil alumnos de primaria.
“Miii maaammmá meeee ammma”. “Ennnnn unnn lugaaaar deee la Maaaancha”. “Toooodos looos hoooombres naaaacen liiiiiibres”. La lentitud en la velocidad de denominación de las palabras es un indicador de la dislexia, patología definida como una dificultad en la lectura que imposibilita su comprensión correcta.
Generalmente tiene importantes consecuencias académicas para quien la padece y su resultado más visible es un bajo rendimiento escolar. También impacta negativamente a nivel emocional y sus efectos llegan incluso hasta la vida adulta, a la hora de la inserción laboral.
Un grupo de investigación dirigido por Alberto Fernández, psicólogo y docente de la UNC, desarrolló un examen de diagnóstico neuropsicológico que ayuda a detectar la dislexia en forma temprana (entre cuatro y ocho años). Específicamente mide la velocidad de denominación, es decir, cuánto tiempo demora el niño en nombrar las figuras que están representadas en una lámina. “Diversos estudios han demostrado que la velocidad de denominación está disminuida en los chicos de cuatro a seis años que posteriormente sufren dislexia. Por lo tanto, la prueba funciona como un indicador anticipado del desarrollo futuro de este trastorno”, explica Fernández.
El test incluye cinco figuras representadas en una lámina (casa, cuchillo, mesa, caballo y conejo), cada una de las cuales se repite 10 veces hasta llegar a un total de 50. El niño debe nombrarlas de izquierda a derecha y si la velocidad con que lo hace está por debajo de lo esperable para su edad, corre el riesgo de presentar luego este trastorno.
De acuerdo con los resultados obtenidos, el tiempo de lectura promedio en alumnos de primero a tercer grado es de entre 30 y 60 segundos. Por encima de esa cantidad, comienza a diagnosticarse este trastorno.