Nueve de cada diez personas afectadas por el sida sufrieron alguna situación de discriminación. En Córdoba, el ámbito laboral encabeza el espacio donde más se ha manifestado alguna vivencia de este tipo. Mejoró la aceptación del entorno familiar.
Noventa y cuatro por ciento de las personas con vih en Argentina ha vivido alguna situación, sentimiento o actitud de estigmatización durante el último año. La “murmuración” de otras personas es la situación más recurrente sufrida por 58% de los consultados, quedando puntera en el primer “Índice de estigma en personas que viven con VIH Argentina 2011”. Se trata de un estudio elaborado por La Red de Personas Viviendo con VIH/Sida y Fundación Huésped, impulsadas por Onusida, que encuestó a 1.197 pacientes en ocho provincias del país, una de ellas Córdoba, cuyo comportamiento respondió al promedio nacional. El estudio midió la discriminación en ambientes familiares, laborales y en el ámbito social.
“En cuanto a nuestra provincia, la situación es similar a lo que arrojó el informe a nivel nacional. No obstante esto, el mayor estigma se da en el ámbito laboral y en el social, ampliado. Hemos notado que en el ámbito familiar se fue produciendo en estos últimos años una mayor aceptación de los diagnósticos y acompañamiento de la persona afectada, esto sobre todo en el núcleo más intimo. Igual sucede en lo social, que incluye a los amigos más cercanos o personas de mayor confianza”, afirmó a Comercio y Justicia el coordinador de la Unidad Ejecutora del Programa Provincial VIH-SIDA , Luis Vega.
“Los casos más frecuentes son la exclusión de actividades y el despido encubierto”, agregó.
Según el índice nacional, 22% de las personas con VIH atravesó alguna situación de discriminación laboral ya sea por pérdida del empleo, negación de un empleo o una oportunidad de trabajo; cambio de la característica o naturaleza de su trabajo o negación de ascenso laboral.
En la cima de los tipos de discriminaciones, luego de la mencionada “murmuración”, siguen “insultos, acosos y amenazas” (34%), “rechazo sexual (25%); “discriminación de miembros “ del grupo familiar” ( 21%). Los encuestados también manifestaron haber tenido que cambiar de lugar de residencia por acoso o amenaza física, entre otras causas.
Sentimiento suicida
Este estudio, que se realizó por primera vez en el país, también indagó en el estigma interno de las personas que viven con VIH que se visibiliza por medio de una gama de sentimientos como inculpación, baja autoestima y sensación de culpabilidad.
“Si bien la proporción de casos es minoritaria, cabe señalar que uno de cada diez entrevistados tuvo sentimientos suicidas o bien sintió que debería ser castigado”.
Finalmente, el informe advierte que “el estigma es reconocido como uno de los principales obstáculos para abordar cuestiones de prevención y atención y garantizar el acceso a los servicios esenciales de salud de las personas que viven con VIH. La realización de una investigación cuali-cuantitativa que describa y profundice en los diferentes tipos de estigma y permita una comparación en distintas escalas geográficas, es un paso adelante para que los obstáculos mencionados dejen de serlo”.
¿Quiénes son?
Perfil de los encuestados
Los encuestados y también los encuestadores fueron personas con VIH. El total de casos fue de 1.197, en ocho provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con representatividad sobre 85 % de la población argentina. Sesenta y dos por ciento eran hombres, el 38% restante, mujeres; 38,5 % tenía entre 30 y 39 años; 29%,, entre 40 y 49; 14 %, entre 25 y 29; 10 %, más de 50.
Cuarenta y uno por ciento tenía nivel de educación primaria; 44,1, secundaria y 15%, nivel educativo superior; 28% trabajaba en relación de dependencia, tiempo completo o parcial; 45% trabajaba por su cuenta y 28% estaba sin trabajo. El 33% llevaba más de 10 años viviendo con VIH.
Situaciones
Según los encuestados, la estigmatización se manifestó de múltiples maneras. Entre ellas:
Murmuración (58%)
Insultos, acosos, amenazas (34%)
Rechazo sexual (25%)
Discriminación miembros grupo familiar (21%)
Forzado a cambiar de lugar de residencia o incapaz de alquilar (21%)
Agresión física (20%)
Acoso o amenaza física (19%)
Exclusión actividades familiares (18%)
Exclusión de actividades sociales (18%)
Presión psicológica pareja (16%)
Discriminación por otras personas que viven con VIH (10%)
Exclusión de actividades religiosas o lugares de culto (5%)