Por: Frente nacional por la salud de las personas con VIH y hepatitis virales
El VIH, las hepatitis virales y la tuberculosis son las pandemias olvidadas. Las personas afectadas por ellas somos parte de las poblaciones más excluidas y marginadas de esta sociedad.
Se piensa que estas patologías transmisibles altamente prevalentes son cosa del pasado, que ya nadie muere por su causa. Esto no es así. Actualmente, entre cuatro y seis personas mueren todos los días por enfermedades relacionadas con el SIDA.
Todos los años se notifican, en promedio, 11 mil casos de tuberculosis, 4.500 de VIH y 2.500 de hepatitis virales. Además, fallecen unas 5.000 personas a causa del VIH y las hepatitis. El sistema de salud no siempre llega a tiempo.
Desde 2014, la comunidad organizada del VIH y las hepatitis, en conjunto con Ministerio de Salud de la Nación, comenzó a trabajar en un borrador que modifica la Ley Nacional de Sida vigente (23798), pero que también incluya otras patologías que no estaban incorporadas al marco normativo.
Durante esos primeros dos años, hasta su primera presentación en la Cámara Baja, se trabajó intersectorial y federalmente, llevándose a cabo decenas de reuniones y audiencias públicas en todo el país, para identificar cuáles eran las nuevas demandas sociales de un colectivo diverso de personas que, históricamente afectado por múltiples carencias, estigmas, discriminación y desamparo, necesitaba de nuevas políticas desde el enfoque de los derechos humanos.
Lamentablemente, en estos casi siete años desde su primer ingreso al Congreso, este proyecto de ley integral, intersectorial y de perspectiva interseccional no ha logrado aún siquiera tratarse ni una vez en el recinto.
“Todos los años se notifican, en promedio, 11 mil casos de tuberculosis, 4.500 de VIH y 2.500 de hepatitis virales. Además, fallecen unas 5.000 personas a causa del VIH y las hepatitis. El sistema de salud no siempre llega a tiempo”.
En diciembre del año pasado, el proyecto con dictamen de las comisiones perdió estado parlamentario por tercera vez. Sin embargo, las organizaciones no tiraremos la toalla. Fue así que, gracias al activismo, la militancia y la incidencia de las organizaciones en la calle y en las redes, logramos que el Poder Ejecutivo incluyera en el decreto que convocó a las sesiones extraordinarias de febrero 2022 nuestro proyecto de ley. Aun así, parece no ser suficiente para el reconocimiento de los derechos. Este proyecto busca mejorar la calidad de vida, no solamente de todas las personas con VIH, hepatitis virales, ITS y tuberculosis y garantizar su acceso a la salud integral, sino también trabajar bajo el paradigma de la promoción de la salud y la prevención; todo ello, con perspectiva de género y de derechos humanos, ofreciendo herramientas para acabar con el estigma y la discriminación.
Las mujeres con VIH durante muchos años fueron un colectivo invisibilizado dentro del universo de las personas portadoras.
Los estudios demuestran que las mujeres sufren mayores situaciones de estigma y discriminación que los varones.
Este proyecto de ley nos permite afianzar nuestros derechos, tener un respaldo ante las violencias ejercidas, no sólo por la sociedad en su conjunto sino principalmente por el sistema de salud, la discriminación y el prejuicio ante su maternidad y la forma elegida para ejercerla.
¿Hasta cuándo vamos a seguir comprometiéndonos como país ante los organismos internacionales a adherir y cumplir metas que la realidad evidencia que no estamos en condiciones de cumplir, cuando las muertes evitables siguen siendo una historia repetida y seguimos postergados y discriminados?.
Los representantes en el Congreso de la Nación tienen responsabilidad social, jurídica e histórica de legislar y transformar aquel texto en derechos concretos con fuerza de ley.
Exigimos que las comisiones de Acción Social y de Presupuesto y Hacienda ratifiquen con urgencia en una sesión conjunta el dictamen de la ley de VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis. Exigimos la media sanción.
Prevenir lo evitable
En febrero pasado, a más de 30 años de la sanción de la Ley Nacional del Sida (23798), organizaciones y redes de personas que viven con virus de inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis virales, tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS) reclamaron que se apruebe una nueva normativa para mejorar la calidad de vida de los pacientes y prevenir muertes evitables.
Según uno de los últimos boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina 140.000 personas viven con VIH y 4.500 nuevos casos se notifican cada año.
Además, se calcula que 17 por ciento de las personas que viven con VIH no conoce su diagnóstico, lo que genera que 29,9 por ciento se entere en una etapa avanzada.
El proyecto de ley, elaborado por varias organizaciones, hace hincapié en la necesidad de declarar de interés público y nacional la respuesta integral e intersectorial al VIH, las hepatitis, la tuberculosis y las ITS.
Según sus promotores, el texto incluye una respuesta integral, con enfoque de derechos humanos, pensando en las mujeres, en las gestantes, en la niñez y en las personas privadas de la libertad.
También destacan la importancia de incluir las infecciones más importantes dentro del VIH, que además son enfermedades transmisibles de prevalencia en todo el mundo.
Según datos de la cartera de Salud, 50 por ciento de las personas con hepatitis crónica desconoce su diagnóstico; la tasa de incidencia de sífilis en la población es de 22,84 cada 100.000 habitantes, y predice que cuatro de cada cinco personas van a contraer uno o varios de los tipos de virus del papiloma humano (VPH) en algún momento de sus vidas.
La iniciativa también menciona la producción pública de medicamentos, la investigación y el desarrollo científico.