Por Luis Esterlizi (*)
Confundir para engañar
Hay que entender y creer imprescindiblemente en los valores y funciones del Estado para asegurar sus responsabilidades constitucionales, para eficientar su funcionamiento y asegurar la libertad, la independencia y soberanía del territorio nacional y de los argentinos, entendiendo esencialmente que no hay que destruirlo y -si éste tiene deficiencias y corrupciones- hay que exterminarlas para mejorarlo ética y moralmente.
Por lo tanto entiendo y conscientemente apoyo la existencia del Estado porque su rol fundamental y su existencia ordenada debe estar al servicio exclusivo de Argentina y los argentinos -circunstancias por las que nos debemos preocupar y ocupar para cuidarlo, eficientizarlo, ordenarlo y protegerlo de todo tipo de especulación y ultraje, ya que su importantísima misión no debe desvirtuarse por quienes -siendo sus copartícipes- lo hacen según sus intereses personales.
Antes de ir directamente al accionar desplegado por el Presidente y sus repetidas sentencias, debemos esclarecernos para entender fehacientemente que, según las definiciones expuestas en el destacados, quienes integran y componen al Estado son los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el territorio nacional y el pueblo que lo habita con sus organizaciones sectoriales y sociales con sus historias, valores y virtudes, por lo que no podemos admitir la ausencia de valores éticos y morales en los que representan al pueblo en sus responsabilidades y derechos.
Mileo dijo recientemente que se infiltró como enemigo de los argentinos con la finalidad de -como un topo- exterminar al Estado nacional.
Milei y su intento por ser él el Estado
Creo que, con las aclaraciones expuestas anteriormente, queda plenamente demostrada la verdadera intención que encierra la amenaza del Presidente, que no es otra que convertirse en el Estado mismo, una vez que destruya al Estado nacional que nos representa actualmente. Un caso evidente de su desplante y menoscabo son los seis meses que viene gobernando por medio de DNU.
Aquí realmente encontramos otra de sus proclamas generada exprofesamente para confundir a todos los argentinos, ya que la motosierra que empleó en su campaña, apuntaba contra “la casta”. Sin embargo, en el fondo lo que pretende claramente es destruir a todo el Estado, lo que de alguna manera va haciendo, según se lo permitan las “negociaciones” con los demás poderes y según el avance de las buenas relaciones -con “la casta”- aunque últimamente los definió como “degenerados fiscales”.
El 29 de abril, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a la “Ley Bases” y la furia presidencial desapareció para proponer realizar, en Córdoba, el “pacto de mayo”, el día 25 de ese mes, con la presencia no sólo de gobernadores sino de dirigentes de distinta extracción partidaria y personalidades públicas y expertos constitucionalistas, fundamentalmente de extracción liberal. Todo esto era posible, siempre y cuando el Senado diera su otra media sanción. Aunque su verdadero propósito es involucrar a partidos, coaliciones y entidades con sus pretensiones.
Sin embargo, el Senado de la Nación, después de que varias organizaciones de empresarios, trabajadores, industriales, grupos sociales, etcétera, se movilizaron y convergieron con sus propuestas y observaciones a la comisión que en primera instancias trata dichas leyes para luego pasarlas al resto del Senado, terminó por darle el pase, aunque son tantas las observaciones en particular que finalmente el Senado sólo votará definitivamente la “ley Bases”, mañana miércoles 12, según se prevé.
En ese interín estamos, mientras el nuevo jefe de Gabinete y Ministro del Interior, Guillermo Francos, experto negociador con “la casta”, buscará por medio de intensas gestiones -no exentas de la aplicación del “toma y daca”- esencialmente con gobernadores y presidentes de los bloques, para que el Senado finalmente termine por aprobarlas, inclusive teniendo en cuenta que días más adelante ingresará al Senado, la reforma al sistema jubilatorio que fue aprobada contra la decisión presidencial por Diputados, los “degenerados fiscales”.
Como el pueblo puede observar, leer en medios escritos o ver por TV o por otros medios, el presidente Milei no deja de tener esperanzas de que finalmente “su casta” le apruebe la ley lapidaria para el trabajo, la producción, la libertad, independencia y soberanía nacionales.
Necesidad de una nueva visión estratégica nacional
Ante el temor que concita esta arremetida presidencial, resulta claramente evidente que la Argentina y los argentinos, al estar lidiando el día a día contra la pobreza, la desocupación, la recesión económica, los malos salarios y un destino incierto, no tenemos tiempo para advertir -aunque la presentimos- la ausencia de una visión estratégica Integral en lo nacional e internacional, ante un gobierno que, en manos del ultraliberalismo -en la figura de Milei-, resulta ser el infiltrado en el Estado Nacional para destruirlo, mientras los demás poderes siguen manejados por una dirigencia que hasta el momento se debate entre las reminiscencias de un neoliberalismo en plena crisis existencial y el esfuerzo para resistir al ultralibertario pero sin saber adónde ir.
Sólo las organizaciones libres del pueblo, como empresarios, sindicatos, industriales, comerciantes, cooperativistas, pymes, universidades, docentes etcétera tienen sobradas experiencias para prevenirlas -por haber vivido las secuelas dejadas por los fracasos políticos económicos y sociales padecidos a partir del golpe de 1976- las advierten y señalan claramente, porque sus conciencias se han afianzado en valores como el trabajo, la solidaridad, la inteligencia y el amor por este país, resistiendo a las especulaciones personales y particulares.
Han apostado a la existencia de una sociedad sana, libre, evolucionada y exigente en cuanto a abastecer a un mercado interno sostenido por el trabajo y la producción, la educación y el avance tecnológico, ya que para muchos significó y significa la playa de despegue de sus productos hacia los mercados americano e internacional.
Es muy posible que muchos estén esperando la llegada de un emergente que, con una capacidad excepcional, valores y templanza se convierta en el líder que nos alumbre el camino que no sólo defina el destino de Argentina y los argentinos sino también sobre la necesidad de entender lo que pasa en el mundo, ya que no podemos ni podremos seguir viviendo aislados.
Pero creo firmemente que se terminó época del gregarismo para comenzar la lucha de los pueblos, ya que con una evolución ordenada en cuanto a organización y conciencia social, se nos abre el camino a todos para que maduren la idea de ser los protagonistas esenciales en este cambio de época, época que los habilita para ser los que finalmente decidan ser y estén plenamente decididos a garantizar su concreción.
Hoy se está perfilando una lucha internacional, entre los que sostienen un poder mundial unipolar regido por Occidente como lo viene haciendo desde hace muchísimo tiempo, frente al nacimiento de un nuevo concepto sobre el poder mundial que desde Oriente promueve la multipolaridad, dando absoluta participación institucional a todos los Estados libres del mundo, planteando un camino que nos lleve a un universalismo más integrado, humano y abierto a todas las razas, credos e ideologías y que estén completamente de acuerdo en valorar la participación de los pueblos en los modelos de gobernanzas, única manera de recuperar la armonía y equilibrio con nuestra madre naturaleza.
Este modesto pensamiento -creo- esboza la estrategia o parte de ella que posiblemente nos esté faltando considerar, para que como una corriente de pensamiento debe transmutar en un nuevo movimiento nacional al servicio de y para todos los argentinos.
(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba
Los seres humanos siempre han buscado congregarse, primero en grupos familiares, bandas o clanes, y luego en organizaciones con distintos grados de complejidad. Los Estados son una de estas formas históricas de convivencia, con características determinadas y tienen preponderancia en el mundo moderno. El Estado es una definición referida a una forma de organización social, que cuenta con instituciones soberanas, que regulan la vida de cierta comunidad de individuos en el marco de un territorio nacional. existen otras definiciones pero modernamente, Carré de Malberg (1988) lo define como “una comunidad humana, fijada sobre un territorio propio, que posee una organización que resulta para ese grupo, en la que respeta a las relaciones con sus miembros, una potencia suprema de acción, de mando y coerción”. Los Estados que concentran fuertemente el poder en el monarca son reconocidos como absolutos.
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