Poco recordada, su influencia en la narración mediática de los temas legales se continúa al presente
Por Luis R. Carranza Torres
Casi nadie la recuerda. Court Martial se trató de una de las series de la primera época de la televisión. Pero, por motivos varios, quedó en lo mejor de su historia. Éxitos televisivos como JAG en su momento o las actuales series de NCIS reconocen su estructura en ella.
Definió, asimismo, una forma de tratar los temas controversiales que todavía hoy se lleva a cabo sin variantes en otras sagas tribunalicias del tipo de La ley y el orden o, en los 80, en La ley de Los Ángeles.
Integra, por derecho propio, no sólo ser la primera producción audiovisual televisiva dentro del subgénero de los juicios militares sino de aquellas presididas por la temática legal.
Se estrenó en la cadena ABC de Estados Unidos el 8 de abril de 1966. Veintiséis episodios en blanco y negro que, como dato curioso, fueron filmados no en ese país sino en los estudios Pinewood, en Inglaterra. Fue por ello una de las primeras (y pocas) series televisivas estadounidenses producidas en Europa.
De hecho se estrenó en Gran Bretaña un año antes que en Norteamérica, difundida por la London’s Associated Television (ATV) a partir del 5 de septiembre de 1965.
Producida por ITC Entertainment y Roncom Productions en coproducción, la serie detallaba las investigaciones llevadas a juicio militar por abogados del Judge Advocate General’s Office, el cuerpo jurídico del Ejército de Estados Unidos.
Los papeles protagónicos corrían a cargo de Bradford Dillman como el capitán David Young y de Peter Graves en el papel del mayor Frank Whittaker, a quienes acompañaba Kenneth Warren como el sargento John MacCaskey. La participación femenina estaba dada primero por la actriz inglesa Angela Browne como la sargento Yolanda Perkins, luego reemplazada por Diane Clare, también inglesa, como la sargento Wendy. Ambas vistiendo el uniforme de la Royal Army inglesa en lugar de la estadounidense.
La participación de militares de otra nacionalidad en la serie era justificada para el celuloide en la cooperación entre los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. La realidad de las cosas era un asunto de sindicación. En sus memorias, tituladas Are you anybody? An actor’s life, Bradford Dillman comentó: “… el sindicato de actores británicos sólo nos permitió un gran total de seis estrellas invitadas estadounidenses en la serie”. De allí que, a más de tener que sumar británicos al equipo jurídico militar, también “nos vimos obligados a emplear a todos los actores canadienses residentes en Inglaterra (Donald Sutherland era uno), junto con cualquier actor británico que podía hacer un acento americano aceptable. Muchos de los personajes estadounidenses sureños que aparecen en la serie son exprofeso porque éste es el acento que los británicos pueden imitar mejor”.
Que no hubiera mujeres oficiales jurídicas no tenía relación con los gustos de los guionistas o productores de la serie sino con un hecho de su tiempo: no las había, aunque sí en otras profesiones militares. Por ejemplo, en el episodio Angel of? la actriz Loan Hackett encarna a una enfermera militar con el grado de teniente, acusada de matar a sus pacientes.
Uno de los puntos fuertes y destacables de la serie es haber tratado temas duros, en los que el derecho se juntaba con las grandes dudas y disputas respecto de la condición humana. Es así que la comisión de crímenes de guerra, los campos de exterminio nazis, los límites de la brutalidad en la guerra, la posibilidad de redimirse de ellos, la objeción de conciencia o los homicidios por piedad, entre otros, fueron explorados en sus contornos dramáticos.
A diferencia de otros formatos de series judiciales en los que todo era blanco o negro, la serie se atrevía a tratar los grises, a debatir sobre lo que debía entenderse como correcto o incorrecto frente a una situación dada.
Cualquiera fuera el planteo de la trama, la generalidad de los episodios tenía el punto cúlmine de la tensión narrativa en una sala de audiencias frente a un tribunal militar. En ocasiones, los personajes principales actuaban en equipo, en tanto en otras, el capitán Young y el mayor Whittaker mantenían puntos de vista totalmente opuestos respecto a lo que debía hacerse, argumentando uno contra el otro frente al tribunal castrense. A lo largo de sus episodios desfilaron grandes actores del momento y otros que apuntaban a serlo, tales como Lee Marvin, Norman Fell, Vera Miles, Sal Mineo, Joan Hackett, Dennis Hopper, Cameron Mitchell, Donald Sutherland, e incluso una joven Judi Dench.
La serie tuvo mejor repercusión de público y reconocimiento de la crítica en Inglaterra que en el propio Estados Unidos; ganó en ese país el premio a la Mejor Serie Dramática de Televisión, en 1966, otorgado por la British Society of Film and Television Board. Un equivalente británico al premio Emmy estadounidense.
Pionera en más de un sentido, se atevió a contar asuntos que otros esquivaban, consagrando formas de tratar lo legal en la pantalla chica que permanecen vigentes hasta nuestros días.