Por Sergio Castelli* y María Constanza Leiva**
Si hay algo con lo que los argentinos nos sentimos identificados es con el mate, aquella infusión que ha sido categorizada como sanadora del alma en diversas ocasiones y se consume en América desde la época precolombina. Es una bebida depuradora, por los antioxidantes que posee, y digestiva.
Se afirma que el término “mate” nació del vocablo quechua “matí”, cuyo significado es “calabaza”, por ser éste uno de los usuales recipientes desde donde se bebe la infusión.
Esta antigua bebida goza de una fuerte presencia en nuestro país. Según estudios realizados por el Instituto de la Yerba Mate, el mate se encuentra presente en 98 por ciento de los hogares del país, y se calcula que el consumo del yerba mate es de alrededor de 6,4 kilos por habitante.
Ahora bien, sobre gustos no hay nada escrito, y es que 44 por ciento de los bebedores de mate se ha declarado preferentes del mate endulzado; 42 por ciento prefiere el amargo y sólo 14 por ciento entiende que es indistinto.
Hay muchos significados ocultos detrás de las formas de cebar el mate, según la tradición, se entiende que si el cebador entrega un mate dulce, simboliza amistad; si es amargo, indiferencia; si es muy largo, que la visita fue indeseada; si es con cáscara de naranja: “te esperaré”. Ahora, si es lavado o frío, siempre tiene significado negativo: enemistad y desprecio.
Y es en este contexto, casi fanático del mate, en el que encontramos a Pablo Damián Gallego, quien desde su postura de emprendedor quiso plantear una solución a los problemas cotidianos del mate, y es que la yerba se enfría si no se ceba el mate con frecuencia y como consecuencia se “lava”, indicando que es tiempo de renovar la yerba y comenzar de nuevo.
Es por ello que Pablo creó un mate eléctrico que se mantiene caliente a la temperatura justa, permitiendo que la infusión se mantenga en perfecto estado por más tiempo.
El mate es de acero inoxidable en su interior y, dependiendo del modelo, se conecta directamente a la corriente a través de un cable o cuenta con una base de carga rápida QI y luz led.
Pablo comenzó este proyecto con fondos propios, ahorros y préstamos, aunque hoy que su invento ha salido a la luz, no hay dudas de que inversores no faltarán, ya que los primeros prototipos se vendieron como pan caliente.
Comenzó abriéndose paso a través de redes sociales, con sus cuentas de Twitter e Instagram, y no puede negar su sorpresa ante el repentino éxito con la venta de todas las unidades con las que contaba en stock, según le informó a Infobae.
Lo que no se puede negar es la revolución que ha ocasionado este invento en el mundo de los fanáticos del mate, como todos los nuevos productos que se relacionan con él. No nos olvidemos del famoso “desempolvillador” invento que surgió de unos jóvenes diseñadores industriales de la Universidad Nacional de Córdoba, el que también ocasionó un revuelo y hoy es un elemento cotidiano del juego de mate.
Amargo fue el primer día y muy dulce fue después; ahora vuelve a ser amargo: ¡el mate es como el querer!.
* Agente de la propiedad industrial ** Abogada