jueves 5, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Un balance económico del chavismo

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El país caribeño se encamina a la última semana de un proceso electoral muy importante para la región -y también para Estados Unidos-

El próximo 7 de octubre, Venezuela acudirá a las urnas para elegir quién ejercerá la presidencia por los próximos seis años. Por primera vez desde la llegada de Hugo Chávez al poder, en 1999, la oposición parece haber logrado conformar una coalición firme, que postula a un único candidato -Henrique Capriles- quien, apuntalado por su imagen, plantea la posibilidad de una relativa disputa a la supremacía chavista, que ha atravesado triunfante 14 procesos electorales en su país.

La disputa venezolana trasciende con creces las fronteras de ese país y es utilizada en otras latitudes según las conveniencias particulares. Una clara muestra de ello ha sido el apoyo explícito de Mauricio Macri a Capriles, a quien se vincula con empresas norteamericanas que anhelan retomar el control del petróleo venezolano. Hay que recordar que Chávez, apenas pudo conjurar el golpe de Estado sufrido en 2002, avanzó en la estatización de todo el negocio petrolero y puso al frente de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) a Alí Rodríguez, quien este año quedó al frente de la Unión de Naciones del Sur (Unasur).

Otra muestra de la importancia geopolítica de los comicios venezolanos ocurrió en la reciente visita de la la presidenta Cristina Fernández a la Universidad de Georgetown (Washington), donde presentó la Cátedra Argentina. Allí fue interrogada por alumnos de Estados Unidos -país donde Hugo Chávez es poco menos que el diablo- con relación a qué puede ocurrir en esas elecciones, oportunidad en la cual la mandataria consideró que “poner en duda la concepción democrática de Chávez no es justo. No debe haber presidente latinoamericano que haya pasado por más elecciones”, consideró.

La polarización que genera el líder venezolano impide, la mayoría de las veces, un análisis de su gestión económica, que muestra puntos altos y bajos. La consultora Federico Muñoz y Asociados realizó por estos días un importante esfuerzo en ese sentido, con el objeto de “hacer una evaluación pretendidamente objetiva de sus catorce años de gestión económica”.

El dilema del petróleo

En 1999, Chávez asumió la presidencia de un país con una economía en recesión y elevada inflación, en medio de un contexto internacional poco favorable, signado por la crisis rusa y el desplome en el precio de los hidrocarburos. La debilidad de la economía persistiría por algunos años, en los que el mandatario incluso soportó un intento de golpe de Estado, en 2002, motorizado por los empresarios agrupados en Fedecámaras.

No obstante, tras unos convulsionados primeros años de gestión, el contexto internacional comenzó a registrar una sensible mejoría, empujando la economía de Venezuela a una rápida recuperación; de hecho, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 17% en 2004.

“La clave estuvo en el incremento sustancial que registró el precio del petróleo a partir del 2003”, indicó la consultora. En ese marco, las exportaciones hidrocarburíferas de Venezuela crecieron exponencialmente: alcanzaron 90.000 millones de dólares en 2011, mientras eran de poco más de 25.000 millones de dólares una década atrás.

De esa manera, el fuerte ingreso de dólares y la apropiación de la renta petrolera por parte del Estado conducido por Hugo Chávez permitieron financiar un aumento sostenido del gasto público, que pasó de representar 29% del PIB a 42%, en 2012.

La contrapartida de este fenomenal aumento de las exportaciones petroleras fue la creciente desaparición de las base exportadora no petrolera: las ventas externas no hidrocarburíferas son actualmente menores en valor absoluto que hace 15 años y representan apenas 5% del total de las ventas al exterior, según la evaluación de la consultora argentina.

“Poco a poco, la economía venezolana se fue asimilando a la de un emirato árabe, no sólo por las condiciones favorables para el desarrollo de la actividad petrolera sino -y sobre todo- por el desaliento a la iniciativa privada y el creciente peso de las empresas estatales en la economía”, evaluó el trabajo.

Una “macro” en problemas

Pese al importante incremento de sus exportaciones, Venezuela sufrió problemas durante los últimos años en el frente externo. “La escasez de divisas obedece a la persistente fuga masiva de capitales, derivada de la inestabilidad de las reglas de juego y del escaso respeto chavista a la propiedad privada”, apunta el informe.

El gobierno decidió combatir la escasez relativa de dólares mediante el control de cambios, lo cual, a su vez, derivó en la formación de un mercado de divisas paralelo crecientemente desvinculado del mercado oficial, tal que la brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelo trepa a 174%. Pese a estos controles, la pérdida de reservas se intensificó en los últimos años.

La administración Chávez también vio desmejorar su macroeconomía por causa de un importante nivel de inflación, la salida de capitales, una intervención estatal poco clara y una desarticulación de la matriz productiva debido a que la economía se volvió crecientemente dependiente de las exportaciones petroleras e incrementó su vulnerabilidad frente a shocks externos.

La clave de sus triunfos

“Sin embargo, a pesar del deterioro que evidencian algunos indicadores macroeconómicos, se han verificado progresos en materia social que no pueden ser desconocidos”, subrayó el informe de Federico Muñoz y Asociados.

Al inicio de la gestión Chávez la mitad de la población estaba sumida en la pobreza, en tanto la distribución del ingreso resultaba muy desigual: el ratio de ingresos entre el primer y el último decil era 25. En 2011, la tasa de pobreza había caído a 33% y la brecha del ingreso, a 14. Estos logros se vinculan con el muy fuerte aumento del gasto público social, en particular con la implementación de “misiones” en las áreas de educación, salud y vivienda.

“En última instancia, son estos progresos en los indicadores sociales -que beneficiaron a un sector históricamente postergado de la población venezolana- los que contribuyen a explicar el sostenimiento de la popularidad de Chávez tras casi catorce años ininterrumpidos en el poder”, enfatizó la consultora.

En suma, un análisis más detallado de la economía venezolana revela que muy dificilmente la experiencia chavista pueda ser superada por otra si no atiende a los beneficios que ésta ha significado para millones de venezolanos históricamente postergados.

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