ESCUCHAREl sistema político mostró una vez más su fortaleza. Más de 21 millones de personas participaron del acto democrático por excelencia: el sufragio, momento en que los ciudadanos se apropian del destino político de su ciudad, su región, provincia y del país, para encargar a otros ciudadanos la gestión de Gobierno.
Por Javier De Pascuale – [email protected]
Ése es el primer dato de la jornada de ayer. No hay opciones por fuera del sistema democrático, para nadie. Segundo dato: después de diez años de gobierno, el oficialismo nacional se mantiene como la primera fuerza, con el favor en particular del electorado de las grandes ciudades y provincias más pobladas.
El tan mentado “fin de ciclo” todavía no queda claramente dibujado en los resultados electorales, y aunque el FPV sólo haya ganado en ocho distritos de 24, el federalismo nunca decidió el destino político del país en democracia.
Con el presupuesto nacional, la emergencia económica y el paquete impositivo convertidos en leyes y ahora la mayoría asegurada en ambas cámaras del Congreso nacional, el Gobierno encabezado por Cristina Fernández de Kirchner tiene asegurada la llegada a diciembre de 2015. Si a esta base se le suma la capacidad del kirchnerismo de sostener iniciativa política y sorprender con medidas de alto riesgo pero fuerte impacto, tampoco el camino que se abre a partir de 2015 está cerrado para el FPV, aun después de la fuerte derrota de ayer en la provincia de Buenos Aires.
Un tercer dato es que la economía sólo impacta en forma lateral en el destino político de Argentina. Los fuertes desafíos que enfrenta la economía pueden haber impactado en cinco millones de votos oficialistas pero no necesariamente emerge un voto protesta en el país ni contra la inflación ni contra el “cepo” cambiario, por mencionar los aspectos más irritantes del “modelo”. De hecho, el electorado no juzgó la administración del Gobierno.
Hoy nada habrá cambiado sobre las mesas de los argentinos ni debajo de ellas. La Presidenta se repondrá de su operación, más lenta o más rápidamente, el dólar seguirá su carrera a los 12 pesos, la economía nacional incorporará la mejora de los indicadores internacionales y los más osados jugarán con los juegos que nos dejan las elecciones: las seis o siete fórmulas entre las que optaremos los argentinos en 2015. La del peronismo no K, encabezada por Sergio Massa. La del PRO, con Mauricio Macri de candidato.
Las posiblemente dos listas del radicalismo y sus aliados de UNEN, la de la izquierda y (¡sorpresa!) las probables dos listas de un FPV libre del apellido Kirchner pero todavía con fuertes apetencias de incidir en los destinos argentinos.
(Ver también “Epopeya”: Massa duplicó brecha sobre Insaurralde)
