Nos dice Scalabrini OrtIz: “Bajo la dominación extranjera, que es invisible porque actúa a través de personeros lugareños, se coarta el libre desenvolvimiento de la personalidad humana, se impide la diversificación de funciones de la vida moderna, y así se desarrollan sociedades contrahechas y monstruosas, verdaderos íncubos, frutos del demonio y de la voluntad del extranjero.
Una oligarquía de intermediarios corruptos -abogados, directores, síndicos, corredores, o simples subordinados comerciales- sustituye en el ejercicio del poder a los hombres con verdadera y altruista vocación de mando. La vanagloria y la estulticia desplazan al temple y a la honradez del genuino dirigente.
El imperialismo toma a su servicio a las mejores inteligencias de un país, para que aboguen y aleguen a su favor en contra de la nación. Las relaciones del individuo y de la sociedad quedan entonces interceptadas por esas oscuras fuerzas internacionales que obran dentro de la dinámica nacional a través de sus voceros. La desmoralización cunde, y con ella la desconfianza en su propio esfuerzo. Una sociedad antinatural y antimoral es la consecuencia inmediata de esa corrosiva intervención extranjera.
El Estado manejado por los servidores del capital extrajero, se revierte contra el interés de sus subordinados y se crea -así- un orden antinatural, esencialmente anticristiano, porque como muy bien lo dijo Leon XIII, “el Estado se pone en oposición con las reglas y las prescripciones de la naturaleza cuando deja al error y al vicio una libertad que permite desviar impunemente a las inteligencias de la verdad y a las conciencias de la virtud. (Inmortale Dei) Bases para la Reconstrucción Nacional – Editorial Ultra – Pág. 63.
Situación actual
Las expresiones de Scalabrini Ortiz se condicen con la realidad que entre liberales y progresistas construyeron y atosigaron a los argentinos por medio del proceso democrático que desde 1983 instituyó un régimen partidocrático que reemplazó la discusión por las ideas, promoviendo la lucha por el poder.
De esta forma y durante 40 años -con sus fracasos- se autoinfligieron un profundo descrédito que los sectores de la juventud lo tuvieron en cuenta para encontrar en el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, una posibilidad de reemplazo de la vieja política. De esta manera y aunque en primera vuelta obtuvo 30% de los votos, en la segunda apoyado, por sectores de la oposición dialoguista, logra más de 50% y se convirtió en presidente de la República Argentina para asumir la responsabilidad de representar y defender los intereses argentinos, respetando las decisiones que históricamente nos ubicó como independientes de conflictos bélicos de otros Estados.
Sin embargo, como presidente y al declararse “anarcolibertario”, promete destruir al Estado y a toda organización intermedia que cercene la libertad y derechos individuales, garantizando la defensa irrestricta de la propiedad privada, como premisa innegociable.
Lo que nunca dijo en su campaña era que iba a apoyar a Israel en la guerra y genocidio contra Palestina y a Ucrania en contra de Rusia y que, en lo interno, firmaría acuerdos con intereses anglosajones para otorgarle a EEUU el control de nuestros ríos y mares, la construcción de bases militares y un puerto en Tierra del Fuego, además de conformar Sociedades Anónimas para administrar Fabricaciones Militares para hacer armas y bombas para dichas confrontaciones.
Por último en forma oculta e intempestiva y clara maniobra totalmente autocrática extrajo parte de las reservas en lingotes de oro del Banco Central, para depositarla en la banca Londinense y ponerlas a disposición de la especulación financiera.
Mientras todo esto sucede, la clase política denominada “la casta”, cuyo modus operandi es la especulación personal o partidaria le aprueba la ley “Bases” mediante “negociaciones” vía los gobernadores, otorgándole el poder de destruir al Estado en sus responsabilidades esenciales y entumeciendo física y mentalmente las reacciones populares ante semejante delirio político.
Esto ensombrece aún más el futuro de los argentinos que bajo el peso del desconcierto se ven empujados paulatinamente -más allá de las reacciones, movilizaciones y protestas- hacia la desesperación y el descreimiento de un régimen que de democrático tiene poco y nada.
Mientras tanto, los sectores conectados con las actividades extractivas se entusiasman sin que les importe el calamitoso retroceso de la actividad industrial, comercial y de servicio que se va muriendo frente a un mercado interno dinamitado por una estanflación inducida.
El Gobierno y los jerarcas del poder financiero se regocijan, generando esperanzas también a quienes desde las actividades agropecuarias ven un futuro ganancioso, sin tener en cuenta para nada el desastre social que va quedando tras el tremendo ajuste, junto a la desaparición del poder industrial y tecnológico argentino.
Hoy a gobernadores e intendentes los invade la desesperación y buscan fuentes de financiamiento que recompongan sus cuentas públicas, sea para el transporte público, la mejora de sueldos, extensión de contratos, recomposición de las cajas jubilatorias y realización de obras públicas prometidas.
Frente a esta irracional ideología presidencial, sectores populares toman nota de que con las movilizaciones sólo reciben críticas, denostaciones y represión, mientras la inconmensurable crisis social impone reacciones violentas, que por ahora es verbal y con pequeñas escaramuzas pero sabemos por la vieja sentencia, que la violencia de arriba genera la violencia de abajo.
Pensemos que en Córdoba -provincia destacada por su obra pública- la pobreza superó 50%, mientras las protestas de distintos sectores van subiendo de tono mientras igualando el accionar de las autoridades provinciales con el nacional ante la falta de humanidad y sensibilidad social por el ajuste salvaje implementado.
El pretexto según los sectores de la oposición dialoguista, fue darle herramientas al Presidente para que gobernara aunque en el fondo, se le concedió el poder para destruir al Estado y gobernar autocráticamente ante el apoyo de ciertos sectores que no les importa la inhumanidad y el materialismo de las políticas ejecutadas por presidente anarcolibertario.
Estos hechos confirman que la lucha por el poder, transformó a muchos dirigentes en agentes de una democracia fallida, ya que el pueblo no gobierna ni decide nada, y quienes tendrían que ser sus auténticos representantes, son serviles agentes de partidos y coaliciones atornilladas al capitalismo financiero.
Por qué un movimiento nacional
Como estamos en el pleno despliegue de un cambio de época, donde se insinúa un proceso revolucionario definiendo un nuevo orden mundial ante la decadencia innegable del liberalismo, sobre todo en los momentos de su agonía ideológica, avanzan concepciones humanitarias, integradoras y responsables en el mantenimiento de la paz entre los pueblos y la armonía entre éstos y la naturaleza.
De esta forma ante la crisis que envuelve al unipolarismo que desde años viene ejerciendo EEUU, va emergiendo un multipolarismo bajo el compromiso de asegurar la integración de todos los Estados-Nación, con los mismo derechos y atribuciones, superando diferencias ideológicas, de razas, costumbres y credos religiosos, para el armado de un programa de intereses y compromisos comunes, para bien del mundo y su futuro.
Estamos frente a una verdadera revolución política, económica y social mundial, donde los pueblos deben consolidarse en su unidad de concepción y de acción, hecho que no puede promover el corrupto sistema liberal de partidos políticos, por lo que es fundamental, la formulación de una estructura política, social y sectorial que contenga la misión de conectar e integrar -en formulaciones y acciones comunes- a las distintas organizaciones intermedias de todas las actividades ejercidas por los sectores gremiales, empresariales, comerciales, profesionales, docentes, de la salud, etcétera, o sea del pueblo organizado. Este cometido debe ser encarado por un nuevo movimiento nacional.
Conclusión
El obsceno régimen partidocrático siempre busca ratificar su rol “democrático”, utilizando sin ningún pudor los inconcebibles desplantes de sus integrantes distrayendo y atosigando a la ciudadanía con distintos pretextos, como lo es el planteo adelantado de las elecciones 2025.
Todo sirve en la lucha electoral desde la instalación en los medios de escándalos de corrupción y latrocinios hasta casos de violencia de género de funcionarios como el acontecido entre el ex-presidente Fernandez y la ex primera dama Fabiola Yáñez, que como aberrantes, contribuyen aún más al armado del circo que enferma, distrae y oculta enorme atrocidades sociales.
Pero este marco deplorable de la clase política, sirve especialmente para ocultar el verdadero nudo gordiano que significan las operaciones de las fuerzas de ocupación con el gobierno, sobre negociados, concesiones leoninas y especialmente el avance definitivo en la apropiación de los recursos que les interesa, por encima del espíritu de libertad, independencia y soberanía que siempre sostuvimos.
(*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba