Se trata de pasivos con fintech u otras compañías, tales como mutuales, cooperativas e incluso tarjetas de crédito no bancarias
Más de seis millones de personas en Argentina tienen deudas por 195.000 millones de pesos con fintech u otras compañías de préstamos no bancarios. De ese total de personas, casi la mitad nunca accedió a un préstamo en una entidad financiera tradicional, según un relevamiento del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Se trata de préstamos contraídos con entidades identificadas como “Otros Proveedores No Financieros de Crédito” (OPNFC), un grupo heterogéneo de empresas que incluye desde cooperativas y mutuales hasta firmas de venta de electrodomésticos y fintech, entre otros.
Según el informe, hacia octubre de 2020 eran 6,1 millones las personas que tenían a su nombre créditos con al menos un OPNFC, de las cuales cerca de 2,8 millones (46 por ciento) no poseían deuda con el sistema financiero.
Si se considera que los bancos poseían a ese momento asistencias crediticias a 13,4 millones de personas, los deudores exclusivos de los OPNFC representaban entonces a cerca de 20 por ciento de las personas deudoras de las entidades financieras tradicionales.
La mayoría de las financiaciones que otorgaron los OPNFC están a cargo de empresas emisoras de tarjetas por un total de 115.540 millones de pesos (60 por ciento), seguido de las venta de electrodomésticos con 21.639 millones de pesos (11 por ciento), las cooperativas y mutuales con 18.118 millones de pesos (9,3 por ciento) y las fintech con 8.519 millones de pesos (4,4 por ciento), entre otros.
En promedio, cada deudor tiene a su cargo un monto de 31.706 pesos con una tasa nominal anual promedio de 84 por ciento, muy superior a la que ofrecen los bancos y entidades financieras tradicionales.
Precisamente, las elevadas tasas que cobra el sistema no bancaria se deben en parte a los altos niveles de irregularidad para el total de los OPNFC que, en octubre de 2020, alcanzaron 39 por ciento, significativamente superiores a los del sistema bancario del sector privado, que se ubicó en 5,1 por ciento (3,2 por ciento para préstamos a las familias) en promedio entre enero y octubre de 2020.
Sin embargo, esto no se debe a un deterioro de la cartera en situación irregular sino a la contracción en la cantidad de nuevos préstamos, que redujo el total de saldos adeudados y, por lo tanto, la base de comparación para calcular el porcentaje en mora.
En total, la cantidad de empresas proveedoras de créditos no bancarios alcanzó en enero de 2021 las 323 empresas frente a 235 proveedores a fines de 2018.
Desde octubre de 2020, el BCRA introdujo modificaciones significativas en la regulación que implican, básicamente, la obligación de registro como OPNFC para la mayoría de las empresas no financieras de crédito (aun cuando no reciban financiamiento de entidades financieras) y el cumplimiento de disposiciones que otorgan mayor protección a la persona usuaria de servicios financieros.
Moody´s y los bancos
Días atrás, la calificadora de riesgo Moody’s había elevado de “negativa” a “estable” la perspectiva de los bancos que integran el sistema financiero argentino, al explicar que la expectativa es que esas entidades mantendrán una calidad crediticia sostenida en sus actuales fundamentos, aunque con riesgos por el contexto macroeconómico.
“En Argentina, la calidad crediticia de los bancos probablemente permanecerá estable en el horizonte de esta perspectiva, aunque existen riesgos a la baja debido a los desequilibrios macroeconómicos persistentes”, dijo Marcelo De Gruttola, vicepresidente de Moody’s, al presentar el informe.
Si bien los bancos locales “siguen expuestos a difíciles condiciones operativas, es probable que su calidad crediticia se mantenga estable en los próximos 12 a 18 meses”.
En ese sentido, planteó que “el crecimiento crediticio limitado de los bancos en los últimos tres años, junto con el aumento de las reservas para pérdidas crediticias, mitigará parcialmente el impacto de una mayor morosidad en 2021 a medida que finalicen las medidas de alivio financiero y los períodos de gracia”.
Para Moody’s, el fondeo en moneda local y extranjera de los bancos sigue expuesto a cambios de políticas y fluctuaciones en la confianza del mercado.