viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Se reiteran expresiones antisemitas de personas que integran el Gobierno o son cercanas a él

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Esta vez, el abogado Gregorio Dalbón, quien se presenta como asesor de Alberto Fernández y patrocina a la vicepresidente en varias causas, dijo que el fiscal que instruye la pesquisa “Olivos” recibe dinero de la comunidad judía

La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) rechazó las declaraciones del abogado Gregorio Dalbón, quien se presenta ante la sociedad como asesor del presidente Alberto Fernández y patrocina a la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner en varias causas judiciales.

En una entrevista radial, Dalbón atacó y le atribuyó la comisión de un delito al fiscal Ramiro González, quien instruye la pesquisa por los festejos en la residencia de Olivos durante la fase más crítica de la pandemia, el año pasado, en la que fueron imputados el primer mandatario y su pareja, Fabiola Yañez.

“Ramiro González puede hacer lo que quiera, pero es un coimero, y sabe que yo lo sé. Yo sé que la colectividad judía lo coimeó”, espetó Dalbón, quien asegura que acordó con el primer mandatario la estrategia a seguir en el caso “Olivos”, a pesar de que el ahora imputado se presentó sin defensor oficial.

La Asociación Argentina de Fiscales (AAF) también repudió los dichos del letrado.

Paralelamente, en las redes sociales se suman los pedidos para que la comisión de ética del Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires le inicie un sumario y para que el Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) tome cartas en el asunto.

Discursos de odio

La DAIA volvió a apelar a la responsabilidad comunicacional de quienes intervienen en el debate público, para desterrar definitivamente los tipos discursos de odio. “Generalizar peyorativamente acerca de todo un colectivo atenta contra los principios de la igualdad, la diversidad y la democracia. Este tipo de discursos judeofóbicos menoscaban la convivencia pacífica y se imprimen en prejuicios arraigados culturalmente que la sociedad debe desnaturalizar”, sostiene el comunicado que difundió la entidad.

Judeofobia

Según el último informe del Centro de Estudios Sociales de la DAIA, que mide la judeofobia cualitativa y cuantitativamente, los casos judicializados por antisemitismo en las redes sociales aumentaron 100% en el país.

Los últimos resultados del estudio anual -que se publica desde 1998- comprenden 2019 y 2020 y exponen los detalles de esa suba.

El relevamiento difundido a principios de agosto precisa que en 2019 se registró 10% más hechos antisemitas respecto de 2018. También detalla que en 2020 la DAIA recibió 507 descargos, 45% menos respecto al año anterior.

Entre otras aristas, el documento indica que se observa un incremento exponencial de la tipología discriminatoria “conspiración-dominación del mundo”, que alcanzó 19% en 2019 y 21% en 2020.

Al respecto, valora que el avance de ese tipo de expresiones muestra un rebrote de los discursos antisemitas más tradicionales mientras retrocede lo se conoce como “antisemitismo moderno”, que se manifiesta mediante los tipos discursivos “simbología nazi” y “Medio Oriente”.

Durante el periodo que comprende el informe de la DAIA, personas cercanas o que integran el gobierno fueron señaladas como antisemitas. Un caso es el del periodista deportivo Víctor Hugo Morales, denunciado por expresiones jodeofóbicas a principios de febrero de 2020 por el diputado nacional Waldo Wolff, ante el Inadi.

En el escrito que le cursó al organismo, el legislador recordó que en su programa radial de la semana anterior, Morales, refiriéndose los judíos, planteó: “¿De qué manera creen en Dios?”.

Wolff destacó que lo hizo al hablar del supuesto suicidio del fiscal Alberto Nisman y del hecho de que fuera sepultado en un cementerio judío. En esa línea, manifestó que el locutor dijo que las personas que profesan el judaísmo se “hacen trampa a sí mismas frente a Dios”.

“Opinar sobre cómo los judíos enterramos a nuestros muertos y poner en tela de juicio nuestra fe y vínculo con Dios se condice solo con prácticas medievales del más rancio y tradicional antisemitismo”, expuso Wolff.

El diputado estimó que el último antecedente público del Inadi relativo a su posicionamiento respecto a expresiones antisemitas dejaba “mucho que desear”. Así, apuntó al episodio que había protagonizado hacía unos días Salim Sad, un periodista de la TV Pública que, vía Twitter, responsabilizó irónicamente a los judíos por el accidente del basquetbolista Kobe Bryant a bordo de un helicóptero Sicorsky.

“Helicóptero Sicorsky S 76, de apellido judío, mata a Kobe Bryant”, escribió Sad mientras el mundo se hacía eco de la triste noticia.

Pese a que el empleado estatal afirmó que le habían robado el celular, los usuarios de aquella red social desarchivaron las muchas publicaciones antisemitas que posteó a lo largo de los años y desactivó su cuenta. Pese a ello, el Inadi se limitó a instarlo a reflexionar.

Diario israelí

Entre las muchas críticas a Salim Sad se destaca un artículo publicado por el diario israelí Aurora, que calificó el comentario como un acto antisemita. La nota también puso en evidencia la ignorancia del comunicador y destacó que Igor Ivanovich Sikorsky, el fabricante del helicóptero, nació en Kiev, y que era católico ortodoxo. “La intención de su twitt primó por sobre toda investigación que pudo haber realizado con anterioridad”, alegó el autor del texto.

Recientemente, en el marco de la causa por el Memorándum con Irán, las expresiones sobre las querellas del procurador del Tesoro de la Nación, Carlos Zannini, fueron objeto de repudio.

A fines de mayo, Luis Czyzewski y Mario Averbuch, familiares de víctimas del atentado a la AMIA y querellantes en esa causa, recusaron a los jueces del Tribunal Oral Federal 8 Gabriela López Iñíguez, José Michillini y Daniel Obligado porque aceptaron que el ex jefe de Interpol, Ronald Noble, declare como testigo y no como imputado, y por ordenar la audiencia en la cual Fernández de Kirchner solicitó la nulidad del caso.

Por medio de su abogado, Mariano Fragueiro Frías, Zannini, también procesado en el expediente, hizo declaraciones incendiarias que generaron duras respuestas. Entre otras cosas, dijo que el “temor de las querellas no es a la parcialidad sino a que se convalide la verdad”.

También alegó por escrito que los querellantes desarrollaron “una especie del catalogado por la ciencia como síndrome ‘adámico’, característico de echarles la culpa a los demás de situaciones que ellos mismos provocan”.

La versión de Zannini cosechó fuertes críticas. El ex secretario de Seguridad Interior y de Inteligencia (ex SIDE), Miguel Ángel Toma, miembro del espacio Peronismo Republicano, estimó que acusar a los familiares de las víctimas de la AMIA de “negarse a conocer la verdad” es “inhumano” y que configuró una “doble victimización”.

Toma agregó que los intentos de los encartados para anular la causa que se generó con la denuncia que presentó Nisman poco antes de ser hallado sin vida en circunstancias aún no esclarecidas, no es sólo de naturaleza judicial sino que también se vincula con el “realineamiento geopolítico” del Estado en sus relaciones exteriores.

Por su parte, el diputado nacional y presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, definió como “insostenible y despreciable” el proceder de Zaninni. En tanto, para el ex embajador en Estados Unidos, Brasil, Unión Europea y China, Diego Guelar, con sus dichos Zannini bordeó el antisemitismo.

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