Por Rodolfo Furfaro
La semana pasada todas las miradas estuvieron puestas en la reunión del G20 que se realizó el jueves y viernes en Japón.
Principalmente en la esperada reunión entre el presidente chino, Xi Jinping y el estadounidense Donald Trump, por lograr un acuerdo a la guerra comercial entre ambos países. Hubo numerosos rumores, teorías y tuits sobre lo que se podía esperar de este encuentro, desde “el acuerdo está 90% cerrado”, pasando por “habrá seis meses más de tregua”, hasta “ambos mandatarios evitarán la resolución mientras no tengan problemas en sus respectivas economías”.
A pesar de todo ese espectáculo, con actores dignos para un premio de la academia, es importante que los inversores no se dejen engañar ni se vean encandilados por las luces del show. Y la realidad es que el S&P 500, el índice más importante de acciones de EEUU, se animó a testear máximos históricos, y a pesar de no haberlos superado, se encuentra a sólo una excusa de romper la barrera de los 2970 puntos.
Entonces, ¿cómo se explica que a pesar de la guerra comercial, las perspectivas mundiales de desaceleración económica y los conflictos en medio oriente que han generado vaivenes en el precio del petróleo, la bolsa parezca más firme que nunca?
Para encontrar la respuesta a esta dicotomía tenemos que mirar al mercado de renta fija. Y es que la tasa de rendimiento estadounidense a 10 años se ha comprimido hasta llegar a 2,02% luego de haber llegado a rendir 3,23% en noviembre del año anterior.
Hay que tener en cuenta que los movimientos bajistas de la tasa de interés tienen un triple impacto en los mercados: incentiva a las empresas y países a seguir endeudándose con bajo costo e invertir el capital recibido; genera que los inversores desalentados por los bajos rendimientos busquen activos de mayor riesgo como las acciones, y por último, produce mejores valuaciones de los activos de renta variable producto de descontar el flujo de fondos futuro a una tasa menor. Si a esto le sumamos que el presidente de la Fed, Jerome Powell, cambió su discurso dando a entender que se podría llegar a recortar la tasa de interés si la economía norteamericana no logra los objetivos de inflación estipulados, el resultado que tenemos es un mercado alcista que se anima a más y un dólar a nivel mundial depreciándose.
Este contexto favorable para emergentes, ha sido clave para la recuperación de los mercados argentinos y la estabilidad de la moneda. Recordemos que la crisis del año pasado se originó en parte por el aumento de tasas de la Fed. Con lo cual con un panorama internacional favorable, el porvenir de los mercados locales depende de factores endógenos. En este sentido, la incertidumbre política y sobre todo el sentimiento que pueda tener el mercado con respecto al resultado de las PASO es probable que generen volatilidad en los activos.
De esta manera con un dólar que se apreció en las últimas jornada, tiene sentido dolarizar parte del portfolio que se encontraba en pesos, al menos de manera táctica hasta tener los resultados de agosto. Si bien el BCRA tiene la capacidad de frenar cualquier movimiento brusco del tipo de cambio, un pequeño ajuste en el valor del mismo debido a la dolarización de los portafolios es esperable. Además, también sería momento de tomar parte de ganancias en los títulos que han aumentado de precios, como bonos soberanos de ley local y hacer un minuciosos stock picking en acciones ya que algunas valuaciones comienzan a estar elevadas. De darse un resultado alentador en las elecciones nacionales, habrán oportunidades de tomar posiciones de riesgo nuevamente.
*Magister y jefe de Operaciones y Research de S&C Inversiones