jueves 3, octubre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Reforma financiera en Estados Unidos: equilibrio entre responsabilidades y libertades

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Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE)

Tras varios meses de duras negociaciones entre los bloques parlamentarios y de intensos lobbys por parte de entidades financieras y organizaciones de clientes y usuarios, finalmente la semana pasada el Senado de Estados Unidos convirtió en ley la reforma financiera más importante anunciada en ese país desde la crisis de 1929. Sólo restaba la firma del presidente, Barack Obama, para que la normativa entrara en vigencia, y antes de ayer el mandatario promulgó definitivamente la nueva ley.

Según la opinión del economista Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, los cambios introducidos en Estados Unidos resultan “positivos, en la medida en que van en la dirección de eliminar las causas que posibilitaron la crisis de las llamadas ‘hipotecas basura’”.

En diálogo con Comercio y Justicia, el analista consideró que las reformas “apuntan a remediar los problemas que se generaron por la desregulación salvaje que se dio en Estados Unidos en los noventa” y que tiende a que, entre otras cosas, “los bancos no puedan transferir las hipotecas, sino que deban asumir los riesgos”.

Pese a las múltiples diferencias existentes entre la crisis financiera global que comenzó en Estados Unidos en 2008 y el estallido económico social que se vivió en Argentina en 2001, Beker estimó que ambas crisis “mostraron que el sistema financiero es un tema lo suficientemente serio como para requerir regulaciones que impidan que sus problemas repercutan sobre el resto de la actividad económica”.

“Lo que se discutió en Estados Unidos, como en toda reforma financiera, es cómo lograr un delgado equilibrio entre las responsabilidades del sistema y las libertades que necesita para ser el mecanismo que oxigena al resto de la sociedad. La discusión era: hasta dónde y cómo regular sin provocar un estrangulamiento del sistema”, consideró el director del CENE.

Los objetivos de la reforma
Los cambios aprobados por el Senado norteamericano están orientados a aumentar la regulación y las exigencias de liquidez, capital e información de las grandes entidades financieras, ya sean bancos u otras entidades (como tarjetas de crédito, aseguradoras, financieras, entre otras).
En ese sentido, apunta a contener el crecimiento y la aparición de grandes empresas en el sector, aumentar la transparencia de los mercados de derivados y reducir los riesgos de fallas sistémicas.

También buscan incrementar la protección de los consumidores de servicios financieros y aumentar las exigencias de información a las calificadoras de riesgo y los fondos de libre inversión (“hedge funds”).

Por último, otro elemento importante de esta reforma es que prohíbe los rescates a algunas entidades financieras, como ocurrió los últimos meses.

“Estas reformas representan las protecciones más fuertes de la historia para los consumidores financieros”, sostuvo Barack Obama el miércoles durante la ceremonia de promulgación de la nueva ley, al tiempo que consideró que las nuevas “protecciones” serán aplicadas por un nuevo organismo de control para los consumidores que no tendrá más que una tarea: “Proteger a la gente, no a los grandes bancos, no a las entidades crediticias, no a las casas inversoras, en el sistema financiero”, enfatizó.

“Gracias a esta ley los estadounidenses nunca más tendrán que asumir las consecuencias de las fallas de Wall Street. No habrá más rescates (de instituciones financieras) pagados por los contribuyentes”, destacó el presidente demócrata.

Las principales medidas
La nueva legislación creó un nuevo Consejo de Estabilidad Financiera, que será el encargado de monitorear los riesgos del mercado y las posibles amenazas que puedan aparecer. Asimismo, la Reserva Federal podrá monitorear grandes empresas financieras que no sean bancos, pero cuya caída pueda dañar el mercado (como es el caso de las aseguradoras).

En el marco del fortalecimiento de requisitos de liquidez y capital, la reforma dispone límites a las concentración de préstamos, mayores exigencias de transparencia en las información de la empresa y sus subsidiarias, límites de préstamos a una sola firma y mayores requerimientos de capital para tomar mayores riesgos.

La iniciativa fortalece, además, la regulación y supervisión de los mercados de securitización y se les exigirá márgenes de liquidez y capital a las compañías que participen en él.

Una nueva oficina de la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) supervisará y regulará la información que deben entregar las calificadoras de riesgo, así como establecerá las normas que eviten conflictos de intereses.

Se crea también un nuevo régimen para evitar rescates en grandes empresas financieras, tendiente a que se produzca una liquidación ordenada de una firma de gran tamaño que no sea un banco comercial pero que puede dañar el sistema.

La normativa fortalece -además-  la presencia de los usuarios, pues crea un ente independiente de Protección al Consumidor de Servicios Financieros, que podrá regular algunas prácticas de las entidades consideradas “injustas” o “engañosas”. Además podrá examinar a los principales proveedores de estos servicios.

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