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En los pagos del doctor Carlos García Allocco, quien fue vocal del Tribunal Superior de Justicia y gran impulsor de las subastas electrónicas, encontraron un argumento para liberar a un postor remiso del pago de $12 millones más comisiones y gastos.
Como se explica en la nota contigua, la Cámara Multifuero de Marcos Juárez liberó a Carlos Horacio Paolucci de abonar la multa en concepto de cláusula penal porque el acuerdo reglamentario que incluyó la sanción económica entró en vigencia después del decreto de subasta, pero antes de su inscripción como usuario.
Paolucci, al ser sancionado, argumentó que había seleccionado el botón «Ofertar $50.000.000» para ver si se desplegaban otras opciones de oferta, pero tanto el juez de grado como la alzada sostuvieron que no se advierten puntos oscuros o dudosos en cuanto a suponer que quien pulsa el recuadro que dice «ofertar $50.000.000» está interesado en hacer una oferta por ese monto, no en requerir información.
Los camaristas expresaron su coincidencia con el juez a quo, en cuanto a calificar lo actuado por el postor como de una torpeza inexcusable.
La plataforma digital en la que estaba interactuando no era una pista de pruebas ni un juego de azar. Era una cuestión seria, una página oficial que decidía el destino de bienes de la quiebra de una empresa del medio y fuente de trabajo de 34 empleados en Córdoba y cuatro en Leones.
La salvación de Paolucci llegó al sostener la Cámara que se cambiaron las reglas por las cuales se iba a regir esa subasta 14 días antes de su comienzo, pero después de decretada y publicada, por lo que no puede aplicarse ya ordenado el nuevo régimen de sanciones que, al contener una grave, su interpretación debe ser de carácter restrictivo.
Este primer fallo sobre sanciones en las subastas electrónicas refuerza que el reglamento en su conjunto, y específicamente lo que hace a penalidades a incumplidores, se debe respetar, cumplir y hacer cumplir.
Ahora bien, la cámara omite analizar a cuál versión de reglamento adhirió Paolucci porque, como éste bien dijo en sus descargos, él se registró diez minutos antes de la finalización de la subasta y en ese proceso de inscripción aceptó el reglamento que sanciona con una cláusula penal equivalente a 20% de su oferta si no la honraba, como finalmente sucedió, más allá de que también argumentara que en tan sólo 10 minutos no podía leer sus 34 extensos artículos.
¿Cómo habría reaccionado el doctor García Allocco, si viviera, de esta salvación a quien se burló de su plataforma de subastas judiciales electrónicas?
* Abogado, especialista en derecho informático
