sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Pandemia/teletrabajo: una mirada desde las buenas prácticas y el impacto de género

Cristina E. Giordano
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Columna de AMJA
Por Cristina E. Giordano

La Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) sigue sorprendiéndonos con nuevos espacios. El pasado día 4 iniciamos el ciclo Internacional “Desde ambos lados del Atlántico – Una mirada de juezas y funcionarias españolas y argentinas”.

La primera disertante, Rosa Méndez Tomás, titular del Juzgado 32 de Barcelona y docente de la Escuela Judicial, habló de la implementación del Plan de Choque que dispuso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) luego de implementar -con errores y aciertos- medidas mediante decretos reales en las primeras fases de la pandemia.

Explicó que no hubo teletrabajo durante el estado de Alarma (nuestro ASPO) porque empleados, LAJ – Secretarios Letrados–  y jueces no tenían acceso remoto por dificultades técnicas y por protección de datos.

Al inicio del aislamiento se atendieron casos urgentes y se implementaron alternativas -guías de actuación- rápidas para dar respuesta a situaciones relacionadas con cuestiones de familia (alimentos y visitas de personas solas; cuidado parental, visitas y manutención de los hijos); y se dispusieron medidas especiales para recibir denuncias de violencia doméstica y contra la mujer -telefónica y en línea-, dictando medidas de protección y exclusión, en los casos que fuera necesario, del agresor de la vivienda compartida. Se aseguró que las víctimas fueran escuchadas, con cita previa y con la debida asistencia letrada, en los juzgados de Guarda y Violencia contra la Mujer.

Los decretos reales tuvieron vigencia hasta que finalizó el estado de alarma, en junio.

Con fecha 16 de ese mes, tomando la experiencia de los primeros meses de confinamiento, entró en vigencia el Plan de choque, que reguló el teletrabajo y la celebración de actos procesales mediante presencia telemática, cuidando las garantías del derecho de defensa -del imputado y del justiciable- y el debido proceso, siendo los LAJ (secretarios) y los jueces los garantes. Como novedad, se autorizó el dictado de sentencias “in voce” para determinados procesos (ej.: delitos leves y reclamaciones civiles menores), eximiendo del requisito del fallo escrito siempre y cuando se diera cumplimiento a la motivación suficiente del pronunciamiento con fecha y numeración necesarias para que los abogados pudieran acceder con facilidad a esas grabaciones. Se autorizaron las deliberaciones telemáticas y la celebración de comparecencias y vistas virtuales. Se dispensó la utilización de togas.

Soledad Genari, vocal del Superior Tribunal de Justicia de Neuquén, fue la segunda disertante representando a las juezas argentinas.

Relató que al inicio de la pandemia se hicieron correcciones con enfoque de género, relativas a las pautas y plazos para denunciar delitos sexuales, con directivas precisas al cuerpo médico forense.

Destacó el enfoque de género en los procesos de adopción que se estaban tramitando, lo que permitió que se diera continuidad -aun en pandemia- y se atendiera a las peticiones de sus protagonistas y a los proyectos de vida que ellos sustentaban.

Se refirió al protocolo de audiencias (virtuales y remotas) del fuero Penal, al debate que generó la trasmisión vía streaming; y a la logística que demandó el primer juicio por jurados -durante la pandemia- en un caso de femicidio. 

Por otra parte, en relación con la implementación del trabajo a distancia, habló sobre la necesidad de elaborar con enfoque de género los protocolos del teletrabajo, teniendo en cuenta los multirroles de las mujeres que se agregaron al unificarse los espacios de trabajo con los de la vida familiar.

Describió sesgos que se advierten en el Libro blanco de buenas prácticas (que se usó para diseñar la ley de teletrabajo).

Convocó a reflexionar y resignificar  términos como “presencialidad vs. ausentismo” para evitar que se repitan situaciones de desigualdad estructural relacionadas con hacernos cargo de las tareas de cuidado, de gestionar el hogar en todo lo doméstico, sin que de eso se hable, naturalizándolo o minimizándolo -se da por hecho-, como si trabajar desde tu casa fuera igual que ir a la oficina (en el chat de la actividad, las asistentes compartían experiencias, en algunos casos con palabras de agobio, refiriéndose al incremento del multitasking que ahora vivimos con el teletrabajo).

Mientras que, al mismo tiempo, en esta pandemia muchos de los varones deciden volver a la oficina, ocupar espacios y lugares de decisión… nosotras “teletrabajamos”… “cómodas” en nuestras casas. 

Construir hermandad con las juezas españolas nos enriquece y es una vía directa para conocer normativa, prácticas de la Unión Europea y jurisprudencia actualizada del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y reflexionar juntas sobre problemáticas comunes.  Continuaremos el miércoles 11, con colegas de ambos lados del mar.


Jueza de Control 6, Violencia Familiar, de Córdoba

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