Las máximas autoridades de Rusia y China, en sucesivas visitas a nuestro país, se han mostrado dispuestas a respaldar financieramente nuevos emprendimientos de gran valor estratégico para consolidar programas de inversiones.
Durante la tercera semana de julio se produjeron una serie de acontecimientos de mucha trascendencia a cargo de los máximos dirigentes de dos muy importantes integrantes del “Grupo Brics”, que reúne en su seno a cinco países de cuatro continentes, incluso los más poblados del planeta. Se trata de economías identificadas como “emergentes”, para sustituir a la menos apropiada denominación de “en desarrollo” que se usaba hasta una década atrás.
De esta manera se distinguen de las “industrializadas” que abarcan Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Japón. No obstante, según lo ha determinado el Departamento de Pronósticos del Fondo Monetario Internacional, China ya se ha convertido en primera potencia ecuménica; mientras India ha pasado a ser la tercera, Rusia sexta y Brasil séptima. Se incluyó a Sudáfrica, que carece de semejante relevancia, para que dicho continente no quedara sin representación.
Es de rutina que por año realicen por lo menos dos reuniones plenarias. En esa oportunidad se programó la primera de 2014 para el 15 de julio en la ciudad de Fortaleza, Brasil, cuya citación corrió por cuenta del coordinador de turno, el presidente ruso Vladimir Putin. Él mismo, en forma personal, se ocupó de convocar a nuestra Presidenta para que asistiera como invitada especial; lo cual de por sí constituyó un hecho nada habitual y ampliamente auspicioso para el país.
El temario tratado
Durante el curso de tales deliberaciones resolvieron por unanimidad crear un Banco Internacional de Inversión, fijándole un régimen y monto a los respectivos aportes que han considerado indispensables para dotarlo de disponibilidades por el equivalente a US$100 mil millones. El mismo será totalmente independiente de los organismos internacionales ya existentes y su campo de acción estará orientado a respaldar la ejecución de grandes obras en los países “emergentes”.
Cabe advertir de que no se trata de un proyecto destinado a competir con el FMI y el Banco Mundial sino a cubrir áreas no suficientemente atendidas por dichas instituciones.
Por lo tanto, la mencionada invitación a nuestro país es un claro testimonio de la distinción que ello supone, dado que fue el único no componente nato que estuvo presente. Resulta obvio que el precitado objetivo requerirá realizar una serie de tareas previas, nada sencillas, hasta que se logre inaugurarlo y dar efectivo comienzo a sus operaciones; pero con su sólo anuncio promete ser el máximo acontecimiento en esa materia de los últimos setenta años. Debe recordarse que los cinco países que conforman el Brics reúnen entre ellos nada menos que 2.950 millones de habitantes, 40,7% de la población ecuménica y 24,6% del respectivo producto bruto; lo cual da una pauta de la gravitación actual y sus perspectivas futuras.
La gira americana de las autoridades rusas
Previamente a esas reuniones, el presidente ruso y su séquito arribaron a Cuba, país con el que convinieron nuevas líneas de crédito en un momento en que está sufriendo muy serias restricciones; aunque lo más significativo fue la condonación total de préstamos impagos por alrededor de US$35.000 millones, muchos de los cuales databan desde hace unos cincuenta años. Dicha gira se completó con los pactos celebrados con Venezuela, proporcionándole financiamiento a largo plazo y bajo interés que le permitirá encarar inversiones por un total de US$4.750 millones, cifra factible de ser ampliada.
Luego de cumplido ese periplo, recalaron en Brasilia donde suscribieron entre sus componentes 37 convenios, destinados a insuflar una mayor dinámica y presencia al Grupo Brics en el ámbito mundial. El programado arribo a Buenos Aires era para ellos en la etapa intermedia del circuito, que les permitió generar con nuestro país múltiples coincidencias para ejecutar inversiones en el área petrolífera, gasífera y de alta minería por más de US$5.000 millones.
Esta intensificación de contactos con Rusia había comenzado en la década de los años 80 (siglo XX), asegurando entonces una amplia red de adquisiciones a nuestro país con que procuró paliar, en cierta medida, el virtual aislamiento de EEUU y Europa Occidental. Una vez resuelta esa instancia disminuyó notoriamente su demanda, pero pareciera que ahora han decidido reanudarla; dándole un significativo impulso recíproco.
La posterior visita de Xi Jinping
Si lo ya referido aparece como una gestión de enorme valor, la posterior llegada del presidente chino la superó ampliamente. Éste no vaciló en exaltar la relevancia que adjudican a nuestras relaciones, subrayando enfáticamente que “está dispuesto a hacer esfuerzos para que más productos argentinos ingresen al mercado chino”. La delegación no sólo estableció lazos con el Gobierno sino que los 250 empresarios que la integraban celebraron “rondas de negocios” en las que se concretaron 28 acuerdos o preacuerdos con empresas argentinas que, en conjunto, ascendieron alrededor de US$1.500 millones y se comprometieron adicionalmente a seguir consolidando dichas relaciones.
Las mencionadas declaraciones no son simples expresiones sino que tienden a generar vínculos de intercambio y financieros nuevos de una magnitud inédita. Ello es consecuencia de que hace algunos meses han flexibilizado la restricción del “hijo único” que regía desde hace tres décadas, duplicando el número permitido. De esta forma se operará un importante incremento de la población y, además, han comenzado la recalificación de más de 300 millones de trabajadores rurales para afectarlos a tareas urbanas. En consecuencia, sus compras de alimentos se extenderán considerablemente y tanto Brasil como Argentina son reconocidos como los más aptos para cubrir tales requerimientos. No puede olvidarse que en nuestro caso ya son el principal proveedor y con los nuevos convenios también lo serán en carácter de inversores y financistas.
Los temas aprobados el 19 de julio se refieren sustancialmente a embarques de soja (incluso harina y aceite), vino tinto, carne vacuna, mariscos y leche en polvo. La manifiesta intención de llevar adelante lo pactado los indujo a coadyuvar en la constitución e impulsar la permanente operatoria de la “Primera reunión de diálogo estratégico para la cooperación y coordinación económica entre China y Argentina”, la que a partir de este momento deberá vigilar el cumplimiento de todo lo acordado y evitar que se extiendan los plazos de ejecución.
Nuestra Presidenta al encontrarse con su par chino, el día 18 de julio, respondió denominando lo que estaba aconteciendo como una “etapa fundacional”. Si bien las relaciones diplomáticas datan del año 1972 y los máximos mandatarios del país asiático estuvieron otras tres veces antes en nuestro país, la última fue en el año 2004. En todas ellas sus modalidades y centros de interés en el intercambio se reiteraron, aunque no siempre se han concretado integralmente las operaciones planteadas. De todas maneras, las diversas inversiones chinas concretadas en nuestro territorio datan de 2004 y han totalizado unos US$10.000 millones (versan sobre productos agrícolas, petróleo, gas y algunos tipos específicos de maquinarias). Tales antecedentes se han convertido en preanuncio de nuevos y mucho más relevantes proyectos a ejecutar en el transcurso de esta segunda década; que también han encarado con igual intensidad en Venezuela.
En el caso de este país, gran productor de petróleo, se advierte que la intención del gigante chino es operar en elevados niveles, pues inicialmente se ha convenido un cronograma para la provisión diaria de 100 mil barriles, pero está previsto que esa cifra pueda llegar a decuplicar para fines de esta década. Hasta el momento era con este país con el cual mantenía el monto operativo más alto (unos US$20.000 millones) aunque centrado exclusivamente en la adquisición de combustibles.
El esquema de la nueva relación con Argentina
Los acuerdos interestatales suscriptos tienen diversas características. En primer lugar deben mencionarse los relativos al financiamiento y participación en la construcción de dos centrales hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz por US$6.400 millones; a lo que debe agregarse una línea de crédito de US$2.100 millones destinada a renovar el equipamiento de la empresa Trenes Argentinos, Cargas y Logística, que hasta hace poco se identificaba como Belgrano Cargas.
Las precitadas centrales patagónicas, según la publicación en el Boletín Oficial del 21 de julio, serán construidas por una asociación de la empresa local especializada Electroingeniería y la china Gezhouba, que ganaron la licitación con amplitud. Está previsto al efecto que el Gobierno argentino -pero sustancialmente un grupo escogido de bancos chinos- garantizarán el fluido financiamiento. Como reaseguro de su presencia, Argentina se obliga a hacerles conocer la evolución de las negociaciones con los acreedores, de las relaciones con el Club de París y, en caso de apelarse a éste, los acuerdos que se pudieren concertar con el FMI.
Una segunda área corresponde a un convenio celebrado por los dos bancos centrales por el término de tres años que permitirá, en el momento que lo deseen, intercambiar por una suma de hasta US$11.000 millones, moneda de ambos países con destino a reforzar las respectivas reservas que adoptan técnicamente la modalidad de los swaps. Sobre el particular, debe repararse en el elevado monto concertado ya que una cifra de tal magnitud no es nada habitual. Es cierto que en el año 2004 se convino, aunque por menor importe, algo semejante que luego no se utilizó, pero en el actual momento puede llegar a ser un fuerte respaldo adicional frente a pretensiones usurarias como las de los holdouts (fondos buitres); lo cual no ha pasado desapercibido para los hábiles negociadores asiáticos.
Debe insistirse en que se está viviendo una nueva etapa y que ésta significará para nuestro país un período de expansión muy relevante que muchos analistas privados parecen no evaluar adecuadamente. Hasta fines de la presente década la producción agropecuaria y las actividades industriales conexas estarán en condiciones óptimas para dar un gran “salto”, llegando a proveer alimentos a más de 740 millones de habitantes del planeta. Obviamente, China encabezará los principales destinos.