Por Sergio Castelli * y María Constanza Leiva **
En los tiempos que corren, las series biográficas se encuentran dentro del ranking de las más vistas y valoradas por los espectadores, lógicamente, aquellas que orientan el foco hacia los delincuentes más temidos de los últimos años son de lo más interesantes para el público. Y en este marco es que las series como “Escobar, el Patrón del Mal”; “Narcos”; “El Señor de los Cielos”; “El Chapo”, fueron de lo más exitosas, por lo que todo lo relacionado a ellas cobró una trascendencia llamativa.
En este contexto es que reconocidos narcotraficantes y sus familiares han intentado obtener aún más rédito económico de la situación, iniciando los trámites de registro de sus nombres, apodos, firmas, rostros e incluso el diseño de sus huellas dactilares ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
La intención generalizada era la de obtener la exclusividad en la marca para identificar diversos productos, tales como bebidas alcohólicas, joyas, prendas de vestir, y hasta artículos religiosos, ya que según trascendió a los medios, incluso existió un intento de registrar tanto la imagen como el nombre de Jesús Malverde, la leyenda conocida como el “el santo de los narcos”.
Ahora bien, en la mayoría de los casos el Instituto Mexicano ha tenido una postura negativa a la concesión de los registros, utilizando como fundamento que los nombres e imágenes sobre las que se presente el registro de marca hacen referencia a personajes que atentan contra la moral y el orden público, los cuales son citados como impedimento legal en las leyes de Propiedad Intelectual y de Derechos de Autor. También, en algunas ocasiones se determinó los solicitantes pretendían el registro de nombres propios o seudónimos de terceras personas sin acreditar el consentimiento de los titulares de dichos nombres o seudónimos.
Por mencionar alguno, la Sra. Diana Espinoza Aguilar, pareja del Sr. Rafael Caro Quintero, conocido como “Príncipe del Narco”, inició los trámites de registro de la marca, los que recibieron como principal objeción que no contaba con las facultades suficientes para adjudicarse la titularidad y exclusividad de dicho nombre. Otra de las objeciones señaladas fue que dicho nombre hacía referencia a uno de los narcotraficantes más poderosos de la década de los ochenta, por lo que contaba con un fuerte contenido ideológico contrario a la moral y a las buenas costumbres.
Pese a los impedimentos, algunos afortunados lograron traspasar los obstáculos y obtener el registro de sus nombres y seudónimos como marca comercial.
Uno de ellos fue “Don Neto”, fundador del Cártel de Guadalajara en los ochenta, quien por el año 2009 obtuvo el registro de su nombre para ser utilizado como signo identificador de bebidas alcohólicas.
“La Reina del Pacífico”, el seudónimo con el que es conocida la narcotraficante Sandra Ávila Beltrán, se encuentra registrado y vigente hasta el año 2024, cuando podrá ser renovado por su titular, el grupo corporativo Gruma, la marca es viable para la identificación de comestibles como café, cacao, azúcar, harina, preparaciones a base de cereales, panificados, pastelería, helados, miel, jarabes, entre otros.
El Chapo Guzmán también cuenta con marca en uso “El Chapo 701” para identificar prendas de vestir, aunque la titularidad definitiva de la marca se encuentra en litigio.
* Agente de la Propiedad Industrial. ** Abogada.