viernes 15, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Mucha música, en pocas manos

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Frente a la progresiva muerte del CD y la distribución en la web, los grandes sellos apuntan a la regulación de derechos fonográficos para preservar la continuidad del negocio. En Argentina, cuatro compañías concentran 90% del mercado.

El negocio de la música se encuentra frente a un punto de inflexión histórico y estas variaciones ya impactan de lleno en los indicadores de la industria. Según datos provistos por la cámara que agrupa a los productores fonográficos en Argentina, 70% del negocio de la música se desplazó de la venta del soporte físico (CD o DVD) a la ejecución pública, predominando el consumo de música en medios electrónicos tradicionales o de última generación y en recitales o eventos.

De acuerdo con el último informe que publicó el Laboratorio de Industrias Culturales (LIC) referido a este tema, el volumen general de ventas de copias legales en Argentina durante 2010 fue -según el último reporte de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (Capif)- de algo más de 320 millones de pesos. Pero la misma fuente estima que 60% del mercado corresponde a ventas ilegales, con lo cual el total ventas ascendería a más del doble esa cifra, rondando 800 millones de pesos.

Lo cierto es que, en los últimos años, la música se mudó a la web y se dispersó en cientos de miles de dispositivos por medio de la descarga directa. Esta transformación profunda de las reglas del mercado musical implicó la crisis de una de las industrias culturales claves del siglo XX.

La ampliación de las posibilidades técnicas se produjo “en un escenario de alta concentración económica, donde las majors, principales compañías del mercado, se habían alzado con la mayoría de los derechos legales sobre los repertorios existentes”, explica el último boletín informativo del LIC referido al tema. ¿Qué estrategia se dieron los principales defensores de las reglas de ese mercado heredado del siglo anterior? A modo de estrategia preventiva y frente a la incertidumbre tecnológica, las compañías internacionales pusieron principalmente el acento “en la gestión de derechos por sobre la fabricación de fonogramas, asociándose incluso en muchos casos con empresas conexas, fabricantes de aparatos reproductores”.

Según el reporte digital 2011, elaborado por IFPI (organización internacional que promueve los intereses de la industria discográfica), citado por el LIC, en la actualidad los canales digitales representan 29% de los ingresos de la industria musical a nivel mundial, porcentaje superior al de 2009, que fue de 25%.

Cuatro gigantes

Las ventas de música en nuestro país, se encuentran monopolizadas por cuatro grandes empresas, las ya citadas majors.

Según los datos provistos por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), según la distribución anual de los 20 CD más vendidos en la última década por compañía discográfica, Sony Music lidera el mercado. No obstante, mientras en 2008, la Sony superaba 55% del conjunto, una década más tarde había caído a 30%. La EMI, por su parte, conservó en el tiempo 10% de las ventas, a la vez que la Universal y la Warner subían de 10% a 25%. En toda la serie histórica, el total de “otras” compañías no supera 10%. En efecto, el resto del mercado se lo reparten un grupo de empresas independientes denominadas indies. Estas pequeñas empresas trabajan con presupuestos más reducidos y tienen menos acceso a los canales de promoción tradicional (espacios radial y televisivo) pero su fortaleza reside en la cercanía que generan con el artista y su habilidad en la captación de nuevos talentos.

Además, en Argentina 89% de los sellos musicales se encuentra en la ciudad de Buenos Aires, lo que evidencia, además, una producción altamente concentrada geográficamente.

Cuánto se vende

Si bien luego de la crisis de 2001 la industria fonográfica mostró signos de recuperación, su crecimiento no se acercó a los niveles de fines de los años 90. Este comportamiento se diferencia del resto de las industrias culturales argentinas, que crecieron en la última década a un ritmo mucho más acelerado.

Según el informe del LIC con base en los datos del Sinca, en 1998 la facturación alcanzaba 358 millones de pesos, para caer a 103 millones en 2002 y volver a trepar hasta 376 millones de pesos en 2007. Devaluación mediante, el aumento no parece ser sustantivo. En cuanto al total de unidades vendidas, si en 1998 se llegaba a 24 millones de unidades, en 2007 se alcanzaron 18 millones.

Por otro lado, si se observa la relación entre la cantidad de habitantes y las unidades de fonogramas vendidos por año, también es visible una tendencia decreciente, con una aguda caída en el año 2001. Según datos de Capif e Indec, los valores actuales rondan 40 discos promedio cada cien habitantes desde la recuperación económica posterior a dicha crisis, lo cual se aleja de los 60 discos promedio que se registraban a fines de la década de 90.

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