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Medios y plataformas digitales: la ya “eterna” disputa por las audiencias 

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Por Pablo De La Vega [email protected]

En un  fallo que respalda con contundencia la postura de los medios de prensa mundiales, una corte de apelaciones francesa ratificó la orden para que el gigante tecnológico Google pague a las empresas de noticias por mostrar la información que producen en los resultados del buscador.

El Tribunal de Apelaciones de París rechazó el recurso de la empresa estadounidense, que se había negado a cumplir la orden de la Autoridad de la Competencia de Francia: negociar con editores y agencias noticiosas una compensación económica por el material que muestra cuando los usuarios utilizan su buscador. Además, la justicia francesa había validado en agosto pasado la decisión del ente de regulación francés. 

El planteo de los medios franceses, impulsado principalmente por el sindicato de editores de la prensa de revistas y la Agencia France-Presse (AFP), se basa en la Ley de Derechos Afines (o conexos). Éstos, derivados de los derechos de autor, prevén una remuneración de parte de las plataformas digitales a los medios de prensa por publicar los contenidos de estos últimos, especialmente videos y fotos. 

Pero además se produce en el marco de una gran crisis en el sector de la prensa francesa, que no es diferente de la que vive el resto de los medios del mundo. 

No es novedad que la irrupción de los dispositivos móviles, la expansión de Internet y las redes sociales y las nuevas lógicas de consumo de noticias de las personas pusieron en crisis el modelo de negocios de los medios hace varios años, contexto en el que las plataformas tecnológicas vieron la oportunidad de hacer crecer su propio plan expansionista.

“El modelo que persiguen las plataformas es no producir nada y apropiarse de la mayor parte de los ingresos: reciben la inmensa mayoría de la publicidad digital generada por este contenido”, cuestionó en su momento AFP. De esa forma, destacó que con esas condiciones el valor lo ganan quienes solamente transmiten la información. “Es como si los distribuidores se llevaran todos los ingresos de taquilla y sólo dejaran migas de pan para los productores de películas”, ejemplificó.

Además, criticó el anuncio de Sundar Pichai, director Ejecutivo de Google, quien propuso mil millones de dólares durante tres años para remunerar a los editores que «crean y organizan contenido de alta calidad».

Si bien se consideró que el plan era al menos un reconocimiento del hecho de que la información de calidad tiene valor, AFP criticó que la decisión esté en manos sólo de Google, porque consideró que va a seleccionar a los editores de su predilección y tendrá el control total del esquema, que -por otro lado- seguramente no se renueve, vencido el plazo.

Pero ahora, la corte falló a favor de los medios y rechazó el argumento de Google de que el organismo de control de la competencia excedió su autoridad en su decisión de abril pasado. El día 9 de ese mes, el ente francés que regula la competencia había dado un plazo de tres meses a Google para que negociara “de buena fe» con los medios de prensa la aplicación efectiva de la ley votada en el Parlamento Europeo en 2019.

El plazo se cumplió y el acuerdo “de buena fe” no se produjo o va a llegar tarde. Los voceros de Google aseguraron, horas antes de la decisión del tribunal, que la empresa estaba “a punto” de alcanzar un acuerdo con los editores. Pero, en rigor, las negociaciones no habían avanzado demasiado desde abril. 

“Si la sentencia del Tribunal de Apelación los favorece, cada editor y agencia deberá iniciar procedimientos individuales. La ley no se implementaría en el corto plazo, mientras que ya ha pasado un año desde que entró en vigor. Otros Estados miembros de la UE, que están siguiendo lo que está sucediendo en Francia, no tendrán prisa por implementar una directiva de la UE que ya parece muerta en el agua. Entonces, Google tendrá mucho tiempo para imponer su ley en las negociaciones título por título, que se llevarían a cabo en el contexto de un entorno de medios muy frágil”, publicó, en su momento, la agencia de noticias AFP.

Es que la empresa planteaba el nudo del debate entre medios y empresas digitales como Google y Facebook: la pelea de editores y agencias para retener una parte, aunque sea pequeña, del valor del contenido que producen y que se transmite por las plataformas de forma gratuita.

La expectativa de los medios franceses sobre la decisión del Tribunal de Apelación es que permita a la Autoridad de Competencia supervisar las negociaciones para asegurarse que den como resultado un método de cálculo “claro y sostenible”. 

Los editores esperan que Google comparta información clave. El mensaje de los medios es llamativamente simple: ¿cómo es posible que un actor tan importante en el control y manejo de datos (que lo sabe todo sobre todos), no comparta cifras básicas, como ingresos publicitarios obtenidos en un territorio determinado, con las partes interesadas identificadas?

El año pasado, Francia se convirtió en el primer país de la UE en adaptar una directiva para modernizar las leyes de propiedad intelectual a su legislación nacional, incluyendo el requisito de que los motores de búsqueda paguen por ofrecer extractos de artículos noticiosos.

Los medios habían presionado para el cambio de normas ante la caída de los ingresos en el periodismo tradicional, pero Google se resistió.

El conflicto llegó a casos contradictorios. En Australia también se produjo una lucha similar, en marcha, con plataformas que amenazan con dejar de hacer referencia a los títulos de los medios en sus canales. 

En su momento, la ley de derechos afines fue cuestionada por integrantes de plataformas tecnológicas como un capricho regulatorio. Para la norma se basó en experiencias de industrias de la música y el sector audiovisual para compensar a los artistas, intérpretes o ejecutantes, por la redistribución de sus obras. Google se opuso desde un principio a la ley de derechos afines.

Para los editores, la empresa estadounidense cree que ya hace un gran servicio a ellos al dar visibilidad su contenido. “Es como si una emisora ​​de radio les dijera a los artistas intérpretes o ejecutantes a quienes actualmente paga derechos conexos: ‘Te damos visibilidad al retransmitirte, así que vamos a dejar de pagarte”, destacó la crítica a la postura de Google.

Plataformas tecnológicas y medios de prensa tienen una relación más parecida a un matrimonio que no se soporta pero que (por ahora) mantiene la convivencia por conveniencia.

Entre las partes se lanzan dardos y flores por igual. Se cuestiona el manejo inescrupuloso de los datos o el espacio para fake news en redes sociales. Se responde con toneladas de dólares y desarrollo con el Facebook Journalism Project o el Google News Initiative, proyectos para el impulso de los medios. El “retruco” lo plantean los medios, que cuestionan las iniciativas porque canibalizan su producto con la zanahoria de la masividad.

Medios que, hay que reconocerlo, abrazamos cuanta red social se convierte en popular para buscar lectores y seguidores. 

En un contexto cada vez más tecnológico e hiperconectado, es probable que fallos como los producidos en Francia se multipliquen en muchos países. 

Sin embargo, queda la sensación de que son un paliativo que no cura la dolencia y que el ancho de espadas está del otro lado de la mesa.

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